RUTAS POR SEVILLA: Ruta Artística. Pintores
Luis de Vargas.
Luis de Vargas, se considera que nació
en Almendralejo entre 1502 y 1506, y que recibió sus primeras enseñanzas en el
arte de la pintura junto a su padre, Juan de Vargas, un artista del que apenas
han llegado noticias.
Finalizada su formación inicial, cuando
contaba unos veintiún años, decidió ampliar horizontes y viajar a Italia. Se
estableció en Roma, donde permaneció aproximadamente entre 1527 y 1534,
completando allí su aprendizaje en el entorno de los seguidores directos de
Rafael, entre quienes destacó especialmente Perino del Vaga.
En 1534 regresó a Sevilla, donde
trabajó hasta 1541. Ese año emprendió un nuevo viaje a Italia y volvió a
residir en Roma hasta 1550. De vuelta definitivamente en Sevilla, permaneció en
la ciudad al menos hasta 1567, fecha en la que se documenta ya su
fallecimiento.
Pacheco lo describió como un hombre
modesto y, sobre todo, como un pintor de gran calidad, subrayando que su
principal influencia italiana fue la de Pierino del Vaga.
A día de hoy,
siguen sin haberse identificado obras suyas pertenecientes a sus años
italianos, aunque es probable que algunas se conserven entre los numerosos
cuadros anónimos atribuidos al amplio círculo de seguidores de Rafael. Las
obras que conocemos con certeza corresponden a su última etapa, desarrollada en
Sevilla entre 1550 y 1567.
Catedral
de Sevilla
Retablo del Nacimiento de Cristo. Luis de Vargas.
1552-1555. Catedral de Sevilla
Entre ellas destaca el “Nacimiento de
Cristo” de la Catedral de Sevilla, fechado entre 1552 y 1555. Además de la
escena principal, el banco del retablo incorpora tres composiciones menores con
la Anunciación, la Presentación y la Adoración de los Reyes, mientras que los
laterales están ocupados por los cuatro evangelistas (Leer más).
Alegoría de la Inmaculada Concepción. Luis de Vargas. 1561.
Altar de la Concepción. Catedral de Sevilla
La Catedral de Sevilla acoge, en otra de sus capillas, un segundo e importante
conjunto pictórico de Luis de Vargas. Se trata de un retablo conocido
tradicionalmente como de la “Genealogía
de Cristo”, cuya tabla central representa efectivamente esta iconografía
que, sin embargo, en otras ocasiones se denomina “Alegoría de la Inmaculada Concepción”.
También, es vulgarmente conocido como “el cuadro de la Gamba”, llamado así por la pierna de Adán en primer
plano–“piu vale la tua gamba che tutto il mio San Cristoforo”-
Según Francisco Pacheco, esta obra debió de haber sido comenzada en 1536
cuando se dota la capilla, aunque debió de interrumpir este encargo con motivo
de su segundo viaje a Italia, siendo
concluido cuando regresó definitivamente a Sevilla.
El retablo está firmado y fechado por Vargas en 1561 y que se trata de
un conjunto excepcional presidido por la pintura de la “Alegoría de la Inmaculada Concepción”,
obra para cuya composición Vargas se inspiró en una escena del mismo título,
realizada por Vasari en varias ocasiones y cuya primera versión se encuentra en
la iglesia de los Santos Apóstoles de Florencia, para donde fue pintada hacia
1540.
Muestra en su parte inferior las figuras de Adán y de Eva, padres de la
Humanidad y transmisores del pecado original, a través de las sucesivas generaciones
que señala el árbol de Getsé y que llegan hasta la Virgen María. Esta última
fue concebida sin el pecado original, concepto que se recoge en una cartela que
un ángel sostiene al lado de la Virgen y que recoge una frase del “Cantar de los Cantares” que
señala: “Como lirios entre cardos así es mi amada entre las doncellas”.
El conjunto de este retablo se completa con la aparición en la predela
del retrato de su donante, el
chantre hispalense Juan de Medina, junto con su escudo de armas y una serie de santos representando a la iglesia triunfante. Además, aparecen
en los laterales las efigies de San
Pedro y San Pablo,
y en la parte superior una serie de ángeles músicos
Calvario
con donantes. Luis de Vargas.1560. Óleo sobre lienzo. Sacristía de los Cálices.
Catedral de Sevilla
También en la catedral de Sevilla se encuentra otra importante obra de
Vargas, a pesar de su pequeño tamaño; se trata de una tabla que
representa “El Calvario”,
en la cual aparece la firma del artista. Aunque no está fechada, por su estilo
puede datarse hacia 1560 y en ella el crucificado aparece sobre un fondo de
tinieblas con la Virgen y san Juan al pie, a los que acompaña la presencia de
un anónimo clérigo que será el donante de la pintura y que está acompañado por
san Francisco (Leer más).
El Señor de las Fatigas
Otras pinturas murales vinculadas a la
catedral de Sevilla han desaparecido igualmente; así ocurrió con el “Cristo camino del Calvario” que
pintó en 1561 en un altar situado en las gradas de la Catedral que dan a la
calle de Alemanes, que fue sustituido en el siglo XVIII por una copia, la cual
por haber estado al aire libre lo mismo que el original está ya también
prácticamente perdida (Leer más).
Las Santas
Justa y Rufina. Esquivel, Miguel. 1620. Óleo sobre lienzo. 218,50 x
139,50 cm. Altar de Santa bárbara. Catedral de Sevilla.
Han desaparecido las pinturas murales que Luis de
Vargas realizó en los muros de la Giralda entre 1553 y 1558, aunque una pintura
de Miguel de Esquivel (ver) firmada
en 1621 y que se conserva en la catedral de Sevilla nos permite adivinar la
situación e iconografía de dichas obras.
En el interior de la Catedral y en el arco de ingreso a la capilla del
Sagrario estuvieron dos representaciones realizadas por Vargas con el tema
de “Daniel en el foso de los
leones” y “Elías
en el desierto”, que tampoco han llegado hasta nuestros días.
Museo de Arte de Filadelfia
En el Museo de Arte de Filadelfia se conserva firmada por Luis de
Vargas una interesante pintura que representa “Los preparativos para la Crucifixión”, obra de gran empeño
compositivo en la que contrasta la recogida y serena actitud de Cristo, que
espera paciente a que sus verdugos terminen de barrenar el madero donde será
crucificado, con la agitada movilidad de los soldados, sayones y caballos, que
impiden a un grupo de Santos Varones que se acerquen a contemplar la escena. A
la derecha, se constata la presencia de un clérigo que será el donante de la
pintura y que aparece retratado en actitud orante.
Iglesia de Santa María la Blanca
Retablo de la Piedad de Luis de Vargas. 1564. Iglesia Santa
María La Blanca. Sevilla
La última obra de la que queda constancia dentro de la
producción de Vargas es el retablo de “La Piedad”, que firmó y fechó en 1564 y que fue realizada para
la Iglesia de Santa María la Blanca de Sevilla. En el tema principal de este
retablo la Virgen aparece teniendo a Cristo Muerto en su regazo y acompañada de
las Marías y de San Juan. Al fondo se abre un dilatado paisaje, sumido en la
penumbra y presidido por la orografía del monte Calvario. La iconografía de
este retablo se completa con la aparición en sus calles laterales de representaciones
de San Juan Bautista y San Francisco (Leer más).
Fundación Rodríguez Acosta de Granada
Juicio Final. Luis de Vargas. Óleo sobre tabla. (ver) (CC
BY 3.0)
Cristo
Juez se presenta de forma triunfal, entronizado sobre un conjunto de nubes y
acompañado por la Virgen, situada a su derecha. Un resplandor dorado lo
envuelve, y en él se distinguen dos ángeles portadores de los instrumentos de
la Pasión: uno sostiene la cruz y otro la columna junto con una corona de
laurel.
A ambos lados,
también sobre nubes, se agrupan santos y bienaventurados. Algunos pueden
reconocerse por sus atributos —como Santa Catalina, San Pedro, San Andrés, San
Esteban o San Lorenzo—, todos ellos ubicados en el lado derecho de la
composición.
En el registro
inferior aparecen ángeles sin alas que exhiben los libros de la Ley Divina,
rotulados como «LEX DONI», mientras otros tocan las trompetas que anuncian el
Juicio Final.
La parte baja
de la escena muestra, con un realismo impactante, la resurrección de los
muertos: los justos son guiados hacia la gloria celestial, mientras que los
réprobos son arrastrados por demonios hacia el infierno, representado como un
vasto abismo oscuro del que brotan lenguas de fuego.
Museo de Bellas Artes
San Sebastián. Vargas, Luis de. Óleo sobre tabla. 112 x
54 cm. Museo de Bellas Artes. Sala III. Adquisición de la Junta de Andalucía en 2006, para su depósito en el
Museo de Bellas Artes de Sevilla
San Sebastián fue tribuno de la guardia pretoriana de Diocleciano
a comienzos del siglo IV. Sometido a martirio al descubrirse su condición
de cristiano, fue condenado a morir a flechazos y, aunque
sobrevivió cuidado por Santa Irene, acabó muriendo apaleado y su cuerpo
arrojado a la Cloaca Máxima de Roma (Leer mas).
De ahí provienen los atributos que muestra en este lienzo:
el arco, las flechas y la cruz, testimonio de su fe. Aparece vestido
como oficial del ejército, con coraza y clámide, y no como es más habitual
verlo representado, semidesnudo, atado a un árbol y asaetado (Leer más).
La Purificación. Luis de Vargas. Hacia 1560. Óleo sobre
tabla. 225 x 153 cm. Museo de Bellas Artes. Sala III. Procedente de la Iglesia
de Santa Cruz fue adquirido por la Junta de Andalucía en 1990
La escena
representada por Luis de Vargas se inspira en el pasaje del Evangelio según san
Lucas (2, 22–40), donde se narra la Presentación del Niño Jesús en el templo:
“Cumplidos los días de la purificación conforme a la ley de Moisés, llevaron al
niño a Jerusalén para presentarlo al Señor (…) y para ofrecer en sacrificio,
según lo prescrito en la Ley del Señor, un par de tórtolas o dos pichones” (Leer más).
El prendimiento
de Cristo. Vargas, Luis de. Hacia 1562. Óleo sobre tabla traspasado a
lienzo. 67 x 109 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala III. Adquisición de
la Junta de Andalucía en 2007
Esta
obra representa el momento del prendimiento de Cristo, según el Evangelio de
San Juan, cuando describe el inicio de la Pasión de Cristo en el
episodio acontecido en el huerto de Getsemaní de Jerusalén. (Leer más)
Aparición de Cristo resucitado a la Virgen. Luis de
Vargas. Óleo sobre tabla. 116 x 43 cm. Museo de Bellas Artes. Sala III.
Adquisición del Estado en 1928 de la Colección del Deán López Cepero
Se ignora para dónde fue realizada esta pintura, aunque hay motivos suficientes para suponer que formaba parte de un retablo como son su formato alargado y el que forme pareja con "El Niño Jesús hallado en el Templo" (Leer más).


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