RUTAS POR SEVILLA: Santos y Santas
Fray Diego de Deza.
Calle Fray Diego de Deza (ver)
Diego de Deza
nació en Toro en 1443, en el seno de una familia noble de origen gallego. La
ciudad, una de las más destacadas del antiguo reino de León, gozaba entonces de
un notable peso político y fue escenario de episodios relevantes durante el
reinado de los Reyes Católicos. Era hijo de Antonio Deza e Inés Tavera,
pertenecientes a linajes en los que figuraban personajes de relieve, como el
arzobispo Alonso de Fonseca —tío segundo de fray Diego—, el cardenal y
arzobispo de Toledo Juan de Tavera, fallecido en 1554, y un sobrino nieto del
propio Deza, que llevaría su mismo nombre y alcanzaría las sedes de Coria y
Jaén, donde murió en 1579.
Es probable que
recibiera su primera formación en el ámbito familiar o en alguno de los
numerosos conventos entonces existentes en su ciudad natal. Prosiguió estudios
de Letras clásicas, Humanidades, Filosofía y Teología en el convento de San
Esteban de Salamanca y en la Universidad salmantina.
Entre los
conventos de Toro destacaba el de San Ildefonso, de la Orden de Predicadores,
al que ingresó con dieciséis años para profesar como dominico. Este monasterio
había mantenido estrecha relación con su familia, que tenía allí su lugar de
sepultura.
Tras la
profesión religiosa fue enviado al célebre convento de San Esteban de
Salamanca, sede desde 1299 de un “Studium Generale”, centro superior de
estudios de los dominicos en España. Estrechamente vinculado a la Universidad,
de su claustro procedían muchos de los profesores que ocupaban las cátedras
salmantinas. Deza fue uno de ellos: enseñó en la Universidad entre 1476 y 1480
y ejerció como catedrático de 1480 a 1486.
Fray Diego de Deza y Tavera. Zurbarán, Francisco. Hacia 1631. Óleo
sobre lienzo. 211 x 161 cm. Museo del Prado. No expuesto (ver) (CC BY 3.0)
En 1486 fue
nombrado tutor del príncipe Juan, heredero de los Reyes Católicos, lo que le
llevó a incorporarse a la vida cortesana y a abandonar su cátedra.
Algunos
cronistas le atribuyen un papel relevante como mediador en favor de Cristóbal
Colón, a quien apoyó ante los monarcas y acompañó a Salamanca para la
exposición de sus propuestas frente al claustro universitario.
El Papa
Alejandro VI lo designó obispo de Zamora en 1494 y, dos años después —el 24 de
julio de 1496—, obispo de Salamanca, entonces compatible con la administración
simultánea de varias diócesis. El príncipe Juan residió con él en esta ciudad,
donde contrajo la enfermedad que provocaría su muerte en octubre de 1497. Ese
mismo año, y gracias a las disposiciones de la bula Quanta in Dei Ecclesia y
del breve Alias ex certis (14 de noviembre de 1499), el pontífice le confió,
junto a Cisneros y Francisco Desprats, la reforma de la Orden de Predicadores.
En 1498 fue promovido al obispado de Jaén.
En ese mismo
periodo, mediante bula de Alejandro VI, fue confirmado como inquisidor general
de Castilla y León (1498), cargo cuya jurisdicción se amplió en 1499 a los
territorios de la Corona de Aragón.
Entre 1500 y
1504 ocupó la sede de Palencia y en 1504 fue nombrado arzobispo de Sevilla,
dignidad que mantuvo hasta 1523.
Durante su
etapa sevillana instauró, en 1515, el estatuto de limpieza de sangre en el
cabildo catedralicio, convirtiéndose en el segundo de España en restringir el
acceso a quienes descendían de judíos o conversos. También impulsó la creación
del Colegio de Santo Tomás de Aquino (1517), concebido como un centro de
estudios superiores al estilo de los de San Esteban de Salamanca o San Gregorio
de Valladolid. Continuó fomentando la conversión de los moriscos y actuó como
benefactor de instituciones religiosas y asistenciales, lo que le valió el
apelativo de “padre de pobres”.
Fue
designado arzobispo de Toledo, aunque no llegó a tomar posesión, pues falleció
el 9 de junio de 1523, casi octogenario y aquejado de gota, en el monasterio de
San Jerónimo de Buenavista. El papa Adriano VI había promulgado ya las bulas de
su nombramiento. Sus restos reposan en la capilla de San Pedro de la Catedral de
Sevilla.
Sepulcro en la catedral de
Sevilla