jueves, 4 de diciembre de 2025

 ALGUNOS PERSONAJES HISTÓRICOS EN LAS CALLES DE SEVILLA

José Canalejas. 

Calle Canalejas (ver)

José Canalejas nació en Ferrol el 31 de julio de 1854. Era hijo del ingeniero de ferrocarriles José Canalejas y Casas y de María del Amparo Méndez Romero.

Durante su infancia la familia se trasladó a Madrid, donde cursó el bachillerato en el Instituto de San Isidro con un expediente brillante. Compatibilizó luego los estudios de Filosofía y Letras y de Derecho, obteniendo la licenciatura en la primera en 1871 y al año siguiente en la segunda. Poco después alcanzó el doctorado en ambas disciplinas.

En 1873 comenzó a trabajar como auxiliar en la cátedra de su tío Francisco de Paula, dedicada a los “Principios generales de la literatura y a la literatura española”. Permaneció en ese puesto durante tres cursos. Sin embargo, no logró obtener plaza en dos oposiciones a cátedra, que perdió frente a Menéndez Pelayo y Sánchez Moguel.

José Canalejas. (ver) (CC BY 3.0)

Tras su paso por la universidad se incorporó a la compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Ciudad Real y a Badajoz, dirigida por su padre. Allí llegó a ocupar el puesto de secretario general y actuó como abogado en varios litigios con otras empresas ferroviarias.

El 15 de septiembre de 1878 contrajo matrimonio con María Saint-Aubin, su gran amor, aunque el matrimonio no tuvo descendencia.

Con la llegada de la Restauración borbónica se integró en el Partido Liberal de Sagasta. En 1881 obtuvo por primera vez un escaño en el Congreso, como diputado por Soria, y posteriormente por Ágreda y Algeciras, aunque sería el distrito de Alcoy el que quedaría vinculado a su trayectoria política hasta su muerte. Su oratoria, apoyada en una sólida formación cultural, lo convirtió pronto en una figura relevante, llegando a presidir el Congreso de los Diputados entre 1906 y 1907.

Canalejas en 1906 como presidente del Congreso. Joaquín Sorolla (ver) (CC BY 3.0)

Su primera experiencia ministerial llegó en 1888 al incorporarse al Gobierno como titular de Fomento, cargo que poco después cambiaría por el de Gracia y Justicia. Entre 1894 y 1895 estuvo al frente del Ministerio de Hacienda.

El fallecimiento de su esposa en 1897 lo sumió en una profunda crisis personal. Decidió entonces viajar a América para conocer de primera mano la situación en las posesiones ultramarinas. Se alistó y combatió en Cuba, lo que le valió la Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo. A su regreso informó a Sagasta de la gravedad del conflicto, aunque sus advertencias no fueron atendidas. Poco después estallaría la guerra con Estados Unidos, que culminó en 1898 con la pérdida de Cuba, Filipinas y Puerto Rico.

En 1902 fundó el Partido Liberal-Demócrata, desde el que defendió propuestas de corte más progresista, como la separación entre Iglesia y Estado. Durante el reinado de Alfonso XIII volvió a desempeñar cargos ministeriales: fue ministro de Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas en mayo de 1902 y, años más tarde, ministro de Gracia y Justicia en un gabinete que él mismo presidía.

En junio de 1908, contrajo nuevo matrimonio, con María Fernández Cárdenas a la que estaba ya unido desde años atrás, y que le dio cuatro hijos: José, María, Luisa y Rosa: el primero, II duque de Canalejas, sería asesinado en el Madrid revolucionario de 1936.

Entre 1910 y 1912 encabezó el Gobierno en tres ocasiones. Su mandato se caracterizó por un ambicioso programa de reformas: suprimió la Contribución de Consumos, instauró el servicio militar obligatorio y promovió la llamada Ley del candado, que limitaba el establecimiento de nuevas órdenes religiosas. En materia internacional viajó a Marruecos con el rey en 1911 y ordenó la ocupación de varias plazas en respuesta a la expansión francesa, iniciando negociaciones que desembocarían, tras su muerte, en el establecimiento del protectorado hispano-francés.

La mañana del 12 de noviembre de 1912, mientras observaba el escaparate de la librería San Martín en la Puerta del Sol, fue asesinado por el anarquista Manuel Pardiñas, quien se suicidó tras el atentado. Su muerte truncó el proyecto de reformas con el que pretendía modernizar la vida política española y combatir el caciquismo y el fraude electoral.

Manuel Pardiñas, autor del atentado contra Canalejas (ver) (CC BY 3.0)

José Canalejas se encuentra enterrado en el Panteón de Hombres Ilustres, junto a la Basílica de Nuestra Señora de Atocha.

A título póstumo, el Rey le concedió el ducado de su nombre, que asumió su viuda.

Monumento funerario de José Canalejas. Mariano Benlliure, 1913. Panteón de Hombres Ilustres (ver) (CC BY 3.0)


A lo largo de su carrera desempeñó también cargos relevantes en instituciones académicas. Fue varias veces presidente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación. En 1900 fue elegido miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, aunque no llegó a tomar posesión. De igual modo, pese a haber sido elegido para la Real Academia Española en 1904, tampoco ocupó su silla.

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Gertrudis Gómez de Avellaneda.

Gertrudis Gómez de Avellaneda. Madrazo, Federico, Museo Lázaro Galdiano. Madrid (ver) (CC BY 3.0)

Gertrudis de los Dolores Gómez de Avellaneda y Arteaga nació el 23 de marzo de 1814 en Santa María de Puerto Príncipe, la actual Camagüey, en la entonces colonia española de Cuba. Era hija de Manuel Gómez de Avellaneda y Gil de Taboada, un comandante de Marina originario de España destinado en la isla, y de Francisca de Arteaga y Betancourt, criolla de familia distinguida con raíces vascas y canarias.

Su padre había llegado a Cuba en 1809 y tenía dos hijos anteriores al matrimonio. Del matrimonio nacieron varios hijos, aunque solo Gertrudis y su hermano Manuel sobrevivieron. Tras la muerte del padre, en 1823, su madre contrajo nuevas nupcias con el militar gallego Gaspar Isidoro de Escalada y López de la Peña, con quien tuvo tres hijos: Felipe, Josefa María de la Luz y Emilio Isidoro.

La educación de Gertrudis fue cuidada, acorde con la posición social de su familia. A los catorce años rechazó un matrimonio concertado, decisión que la llevó a perder la herencia de su abuelo. En 1836, su padrastro convenció a la familia de vender las propiedades en Cuba y trasladarse a la Península. El viaje comenzó el 9 de abril de ese año, y durante la travesía la joven poeta escribió el célebre soneto “Al partir”, pieza que marcaría profundamente su futura producción literaria.

La familia se instaló primero en La Coruña, donde permaneció dos años. Allí compuso sus primeras obras poéticas, entre ellas “A la poesía”, “A las estrellas”, “La serenata” y “A mi jilguero”. En la capital gallega vivió un romance con Mariano Ricafort Palacín y Abarca, hijo del capitán general de Galicia.

Más tarde, junto a su hermano Manuel, se trasladó a Andalucía y fijó residencia en Sevilla. En 1839 comenzó a publicar versos bajo el seudónimo de “La Peregrina” en periódicos y revistas sevillanas y posteriormente gaditanas. En Sevilla conoció a Ignacio de Cepeda y Alcalde, joven estudiante de Derecho que se convirtió en su gran pasión, aunque nunca compartida con la intensidad que ella esperaba.

Calle Gravina número 9 (ver)

Placa conmemorativa

A partir de 1840 la escritora se instala en Madrid y comienza un periodo de fecunda actividad literaria. Éxito literario que coincide con la relación amorosa que la escritora mantiene durante 1844 y 1845 con el poeta Gabriel García Tassara. Fruto de esta relación es el nacimiento de una niña, María, o Brenhilde, en abril de 1845 que solo sobrevivirá siete meses, sin que su padre se digne a verla, ni mucho menos reconocerla como suya.

Desde 1840 residió en Madrid, donde inició una etapa de intensa y fructífera creación literaria. Entre 1844 y 1845 mantuvo una relación con el poeta Gabriel García Tassara, de la que nació una niña, María —también llamada Brenhilde—, que falleció a los siete meses sin ser reconocida por su padre.

El 10 de mayo de 1846 contrajo matrimonio con Pedro Sabater, gobernador civil de Madrid. La unión duró pocos meses, pues Sabater murió en Burdeos en agosto de ese mismo año. Tras su viudez, Gertrudis pasó un tiempo en un centro espiritual de la Congregación de la Sagrada Familia de Burdeos.

De vuelta en Madrid, en 1853 presentó su candidatura a la Real Academia Española, que la rechazó alegando la ausencia de mujeres en su reglamento. No obstante, fue admitida como socia del Ateneo de Madrid y del Liceo Artístico y Literario.

El 26 de abril de 1856 se casó con el coronel y político Domingo Verdugo y Massieu. En 1859 ambos viajaron a Cuba, lo que permitió a la escritora regresar a su país natal tras veintitrés años. Durante esta etapa desarrolló una relevante labor periodística como fundadora, directora y redactora del Álbum cubano de lo bueno y lo bello.

La muerte de su esposo a finales de 1863 profundizó su inclinación espiritual y una vida de marcada austeridad religiosa. En 1864 volvió a la Península después de pasar por Nueva York, Londres, París y Sevilla, hasta reinstalarse definitivamente en Madrid.

Gertrudis Gómez de Avellaneda murió el 1 de febrero de 1873, a los cincuenta y ocho años. Sus restos reposan en el cementerio de San Fernando de Sevilla, junto a los de su hermano Manuel y su segundo esposo.