AREA DE SANTA CLARA-JESÚS DEL GRAN PODER
Monasterio-Convento de Santa Clara
Fundado en 1289 por el rey Fernando III de Castilla, y levantado junto a un antiguo palacio perteneciente a su hijo, el infante Fadrique de Castilla.
Pero, el complejo
conventual, de Clarisas Franciscanas, fue construido entre los siglos XVI y
XVII, incrustándose prácticamente en el palacio previo, una construcción mudéjar
levantada tras la conquista cristiana de la ciudad, y de la que únicamente
conserva la denominada Torre de don Fadrique, de factura románica y gótica, que
realizada en sillería es un ejemplo único en la ciudad.
Sufrió
numerosas reformas con la desamortización del siglo XIX y parte del convento
fue cedido al Ayuntamiento a principios del siglo XX. Por la falta de
vocaciones fue abandonado por la comunidad en el año 1998.
En la actualidad el monasterio es propiedad del Ayuntamiento y se encuentra en rehabilitación.
Sin embargo, el presupuesto municipal no ha permitido restaurar el edificio al completo, quedándose muchas salas sin terminar. Dicha restauración terminaría siendo una modificación del edificio.
Los restos de las
monjas del convento que se encontraban enterrados en la sala "De Profundis" fueron desenterrados en
las obras y, al acabarse el presupuesto se imposibilitó reconstruir la sala, de
forma que los restos más antiguos fueron enviados al Museo Arqueológico de Sevilla y el resto
fue enterrado en una fosa común.
Ha abierto
sus puertas al público tras finalizar la primera fase de rehabilitación,
denominándose Espacio
Santa Clara, con entrada por la calle Becas.
Actualmente, es un
referente en los espacios culturales a nivel nacional e internacional, como eje
cultural fundamental donde estudiar, contemplar y conservar el patrimonio
hispalense en sus más amplias manifestaciones, englobando tanto el patrimonio
material como inmaterial.
Por la calle
Santa Clara, en el número 40, se localiza la puerta de acceso, actualmente
cerrada por la fase de rehabilitación.
El Convento se articula alrededor
del Claustro Central,
de estilo renacentista construido en el año 1532.
Tiene planta cuadrada y dos plantas de alturas con
arquerías sobre columnas con capiteles labrados.
En el centro del patio hay una fuente renacentista y a
su alrededor jardines con naranjos y palmeras.
Destacan las distintas puertas decoradas con yeserías
que se abren a este claustro. Son también de gran valor los zócalos de azulejo
en relieve y la techumbre entre las vigas de madera.
Desde el patio se puede observar la espadaña de la
iglesia.
Dentro de las estancias conservadas se encuentran el
antiguo Refectorio, con
entrada decorada con azulejos y pinturas con una leyenda de la Trinidad y los
símbolos de los Santos Juanes, en la salida con el escudo franciscano.
El interior, de planta rectangular, tiene una
cubierta de madera vista. Los muros y ventanas están decorados con unos
magníficos zócalos de azulejo de Cuenca, siendo el suelo original de losetas de
barro cocido y alambrillas.
Se complementa con el púlpito decorado con el ostensorio y los símbolos de las Santos Juanes y
hay un pasa platos que conecta con la Cocina.
Otras estancias,
convertidas en salas de exposición, rodean al claustro en la planta baja. Los dormitorios,
y la Sala Profundis que
ocupaba la antigua iglesia conventual, que fue reutilizada como cementerio, y
en la que encontramos pinturas murales de San Cristóbal y la Virgen de la
Antigua, junto al primer enterramiento gótico 1350. Actualmente no visitable.
En la galería superior se conservan restos de la
decoración mural y desde ella se accede a las dos enfermerías decoradas también con pinturas murales como la Cruz
con los símbolos de la pasión.
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