AREA DE SAN ANDRÉS
Calle Atienza.
De la confluencia
de Lepanto y plaza del Pozo Santo a la de Pedro Niño, Cervantes y San Andrés.
Debe su nombre
al pintor sevillano del s. XVII Martin de Atienza, secretario de la Academia de
pintura fundada por Murillo (ver).
Según González
de león (Las calles... ), su nombre más antiguo fue el de Santa Ana, por un retablo
de esta santa que tenía en la pared.
Al menos desde 1665, se llamó de la Coneja. El origen de este topónimo se debe, al parecer, a la existencia de un antiguo corral de vecinos con ese nombre.
Ya en el plano de
Sartorius (1848) la calle aparece rotulada del Olivo, al parecer por el árbol
plantado en el patio de una de sus casas.
Según González de león, en el pasado fue también conocida como Horno y calle del Horno de Santa Ana.
La fisonomía de
este espacio distaba mucho de la actual, pues en la calle existían dos
barreduelas: la llamada calleja de la Faltriquera, cerrada a petición de los vecinos
a principios del XIX, y la de Atienza, situada al principio de la calle y
paralela a la misma.
En 1890, tras
el derribo de varias casas, se acuerda refundir en una sola calle la del Olivo
y la de Atienza otorgándole este último nombre.
Esta operación
explica la morfología actual de la calle y el contraste entre su anchura
inicial y la estrechez inmediata. La misma formaba parte de un proyecto más
ambicioso, nunca culminado, que pretendía
trazar una vía ancha y espaciosa entre la plaza del Pozo Santo y San Andrés, desahogando
una zona urbana especialmente angosta.
En efecto, Atienza se abre en su arranque a
manera de plaza, formando una rinconada utilizada prácticamente como
aparcamiento de vehículos. A continuación se estrecha notablemente hasta su
final, formando varios recodos.
Toda la acera izquierda está ocupada por el muro lateral del Hospital del Pozo Santo, de considerable altura, con herrajes y celosías conventuales, lo que contribuye a dar a la calle un aspecto sombrío.
En el pasado
fue siempre un espacio urbano secundario, encajonado entre los muros del hospital
y la estrechez del Angostillo de San Andrés. Quizás por ello abundaron allí las
casas de prostitución, de las que aún queda alguna muestra.
Ya en 1814 las
actas capitulares recogen las quejas de los vecinos para que se cierre la
barreduela antaño llamada "Falltriquera" pues "sólo servía de depósito de basura
y acogimiento en la noche de mugeres rameras, soldados y paysanos” (Sec. 10, 1814,
p. 757).
En 1890 son los
curas y vecinos de la feligresía de San Andrés los que solicitan la
desaparición "de esa casa de lenocinio”.
Un poeta de
nuestro tiempo, Rafael Montesinos, evoca así el ambiente de la calle:
"Nuestros profesores nos habían dicho que para ir a la Politécnica no
pasásemos bajo ningún pretexto por la calle Atienza, callejón estrecho y sucio
que nos acortaba el camino. Sin embargo, un día, desafiando la prohibición, me
adentré por Atienza, sin que nadie me viese. Un olor a orines descompuestos, un
aire lleno de palabrotas obscenas, una tristeza aplastante de pecado bajo y
barato lo inundaba todo" (Los años irreparables)
En el numero 14
una placa nos indica que en el numero 10 nació Miguel Vázquez Garfia (ver).
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