RUTAS POR SEVILLA: Ruta Artística. Escultores
Antonio Quiros.
Fue un
destacado escultor e imaginero sevillano, cuya figura permaneció en relativo
olvido dentro de la historiografía hasta fechas recientes, cuando diversas
investigaciones documentales han permitido reconstruir su trayectoria,
atribuirle importantes obras y situarlo como autor de piezas fundamentales para
varias hermandades de Sevilla.
Nació en
Sevilla en 1663. Su padre, Domingo Cardoso de Quirós, era natural de Mesão Frio
(Portugal), y su madre, Juana Díaz de la Iglesia, sevillana. En 1691 contrajo
matrimonio con Josefa García, ingresando ambos en la Hermandad Sacramental y de
Ánimas Benditas del Purgatorio del Salvador, donde desempeñó distintos oficios
dentro de la Junta de Gobierno, entre ellos prioste de cera, fiscal y prioste
de la corporación de Ánimas. Tras la muerte de su primera esposa, volvió a
contraer matrimonio en 1703. Falleció en Sevilla el 27 de junio de 1721.
A lo
largo de su carrera colaboró con el célebre imaginero Francisco Antonio Gijón,
participando junto a él en la renovación de las esculturas del Monumento
Eucarístico de la Catedral hispalense.
Entre
sus obras más destacadas se encuentra la Virgen de
Villaviciosa, que preside el misterio del Duelo de la Hermandad
del Santo Entierro, así como las figuras que lo acompañan (las Tres Marías, San
Juan Evangelista y los Santos Varones). Para las andas de la urna realizó,
además, varios medallones, cuatro ángeles y doce serafines, hoy desaparecidos
tras la invasión francesa y la Guerra de la Independencia. Para la misma
cofradía talló también el Triunfo de la
Santa Cruz sobre la Muerte (c. 1691-1693), un conjunto
alegórico en madera de notable originalidad.
Virgen de
Villaviciosa
Paso del Triunfo de
la Santa Cruz
Otros
trabajos documentados son la transformación, entre 1707 y 1708, de la antigua
imagen de la Virgen de la Presentación de la Cofradía de los Mulatos en un San
Juan Evangelista (actualmente desaparecido), así como la adaptación de una
escultura de Santa Ana en la Virgen de la
Soledad (1714), venerada en la iglesia del Salvador.
Su obra más célebre es el Cristo de la Humildad y Paciencia (1696), titular de la Archicofradía del Divino Salvador de Sevilla. La talla, atribuida con sólida base documental a Quirós, muestra un marcado naturalismo, un esmerado tratamiento anatómico y policromía de gran calidad, junto a un profundo pathos expresivo que lo convierte en una de las piezas más representativas del barroco sevillano.
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