ALGUNAS LEYENDAS DE SEVILLA
El 1 de febrero de 1810, las tropas invasoras francesas, al mando de
Jean de Dieu Soult, Duque de Dalmacia, entraron por la Puerta de san Fernando, y
ocuparon la ciudad sin encontrar ninguna resistencia, pues la Junta Sevillana
huyó hacia Cádiz por la Puerta de Triana.
Los franceses tuvieron que abandonar Sevilla el 27 de agosto de 1812 al
ser derrotados en la “Batalla del puente de Triana” (ver), por la fuerza
combinada de españoles, ingleses y portugueses.
Tras la guerra, en el callejón que se encuentra a las espaldas de san Jacinto,
muchos vecinos comenzaron a observar que, a horas desusadas, salía un hombre que recorría
la calle y volvía a entrar en la misma casa de la que había salido.
Estos vecinos comenzaron a pensar que se trataba del espíritu de un
oficial francés que fue muerto en el último combate, un alma en pena que
vagaba perdido por la zona, porque no conseguía descansar en paz.
Los vecinos pidieron a los dominicos que rezaran por aquella alma perdida, pero a pesar de los exorcismos, procesiones y rosarios de la aurora, inesperadamente
alguno vecino volvía a encontrarse con el aparecido, por lo que la calle se
conoció como calle del Duende.
Años después hubo una amnistía y se comprobó que el “duende francés” no
era un espectro, sino un oficial francés que cayó malherido y fue curado y
cuidado por una piadosa trianera, con la que tuvo varios hijos, y que había
vivido oculto en la casa, por miedo a represalias, y solo salía por las
noches.
Normalizada la situación, el francés pasó a llevar una vida normal casándose
con su compañera, y los trianeros pudieron descansar pues el “Duende” había
desaparecido.
Como calle Duende aparece en el plano de 1788 e López de Lerena. Posteriormente, la cercana calle Rosas acabó absorbiéndola, llamándose Rosa en su totalidad, hasta 1859 en que se le llamó Ruiseñor, nombre que conserva en la actualidad.
Por el amigo Mena, conozco bastantes leyendas de Sevilla. Esta en particular, no me acuerdo de haberla leído. Gracias Andrés.
ResponderEliminarMuy interesante la leyenda del soldado francés, con historia amorosa, gracias Andrés
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