RUTAS POR SEVILLA: Santos y Santas Mártires
San Pedro Pascual.
Pedro Pascual
nació hacia el año 1227, en el seno de una familia mozárabe establecida en
Valencia, cerca de lo que hoy se conoce como el “Portal de Valldigna”. Sus
padres, que hasta entonces habían sufrido la esterilidad, lo concibieron tras
encomendarse a san Pedro Nolasco, fundador de la Orden de la Merced, en cuyo
honor recibió el nombre de Pedro.
En aquel
tiempo, Valencia se hallaba bajo dominio almohade. La élite gobernante estaba
integrada por musulmanes de origen árabe y por descendientes de antiguos
cristianos convertidos al islam. Los cristianos vivían en condición de
inferioridad, aunque la familia de Pedro, a pesar de las dificultades, logró
redimir esclavos cautivos. Uno de ellos, sacerdote formado en la Universidad de
París, se convirtió en tutor del joven Pedro e influyó decisivamente en su
formación espiritual y académica.
Tras la
conquista de Valencia por Jaime I de Aragón, Pedro viajó a París para continuar
sus estudios de Filosofía y Teología, y allí recibió la ordenación sacerdotal
en 1249. De regreso a España, en 1250 fue nombrado canónigo de la catedral de
Valencia. Movido por su vocación de servicio, ingresó en la Orden de la Merced,
recibiendo el hábito de manos de fray Arnaldo de Carcasona. Poco después fue
designado preceptor del infante don Sancho, hijo de Jaime I, quien, en 1266,
con apenas dieciséis años, fue nombrado arzobispo de Toledo, cargo en el que
Pedro Pascual le acompañó como consejero y asistente.
Su fama de
predicador se extendió pronto por España, Portugal e Italia, donde anunció el
Evangelio con celo y claridad. En 1262, a petición de don Sancho, el papa
Urbano IV lo nombró obispo de Granada, diócesis entonces todavía en territorio
musulmán, misión que aceptó con humildad y en la que fundó el convento de Santa
Catalina. Más tarde, el 13 de febrero de 1296, fue designado obispo de Jaén,
recibiendo la consagración episcopal en Roma, el 27 de febrero de ese mismo
año, de manos del cardenal franciscano Mateo de Aquasparta, obispo de Oporto.
Durante
una visita pastoral, el 20 de febrero de 1297, cayó prisionero en una incursión
dirigida por Muhammad II, emir de Granada. Aunque la Iglesia de Jaén, la Orden
de la Merced y varios obispos reunieron el dinero para rescatarlo, Pedro
Pascual destinó aquellos fondos a liberar a otros cautivos más pobres,
eligiendo permanecer en prisión.
En su
cautiverio escribió diversos tratados espirituales y apologéticos, en los que
defendía la fe cristiana y refutaba las objeciones de musulmanes y judíos. Su
firmeza irritó a sus captores, que lo condenaron a muerte. Fue decapitado el 6
de diciembre de 1300 y enterrado en la prisión, en un lugar conocido como “de
los mártires”.
Con el
paso del tiempo, probablemente hacia finales del siglo XVI o comienzos del
XVII, sus reliquias fueron trasladadas a la Catedral de Baeza, donde se veneran
en una urna recubierta de damasco rojo, situada en el altar mayor. Según una
piadosa tradición, al disputarse Jaén y Baeza la custodia de sus restos, se
decidió ponerlos sobre un burro en un cruce de caminos, dejando que el animal
escogiera la ruta. El jumento se encaminó hacia Baeza, y allí reposa hasta hoy
el cuerpo del santo obispo y mártir.
Museo de
Bellas Artes
San Pedro Pascual. Zurbarán, Francisco de. Hacia
1630. Óleo sobre lienzo 1'94 x 1'10 m. Procedente de la Biblioteca del Convento
de la Merced, de Sevilla, tras la Desamortización en 1840.
Aparece el
Santo de cuerpo entero, barbado, vestido con hábito blanco en claro contraste
con el fondo oscuro. Alza la mirada hacia el ángulo superior derecho donde un
ángel, que aparece en rompimiento de gloria, le ofrece la corona y la palma de
martirio. En el cuello muestra un cuchillo, así mismo como símbolo de su
martirio. Entre sus manos sostiene un libro, mientras escribe con una pluma que
sostiene con su mano derecha. A la derecha del santo vemos una mesa cubierta
con tapete verde en la que se disponen la mitra y un tintero.
Museo del
Prado
Un religioso mercedario predicando a cardenales y obispos. Anónima. Siglo XVII. Óleo sobre lienzo. 207 x 167 cm. Museo del Prado. Deposito en otra Institución. (ver) (CC BY 3.0)
La
reunión de cinco cardenales y cuatro doctores, sentados en dos bancos paralelos
para escuchar la palabra del mercedario, no deja de ser muy atrevida. Colocados
la mitad de los oyentes de espaldas esta circunstancia le permite al autor una
serie de violentos contraluces y un lenguaje de gestos que dinamizan
fuertemente la escena presidida por el ímpetu de las teorías del predicador.
Iglesia de san
Gregorio
San Pedro Pascual
Detalle de San Pedro Pascual
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