sábado, 20 de septiembre de 2025

 RUTAS POR SEVILLA: Vírgenes

Virgen de la Merced.

En España, la invasión musulmana de la Península Ibérica en el año 711 y la posterior resistencia cristiana dieron origen a un prolongado conflicto de más de siete siglos. 

En este contexto, tanto en batallas como en razzias, era frecuente la captura de prisioneros que eran reducidos a servidumbre y corrían el riesgo de perder la fe. 

Ante esta realidad, las autoridades cristianas organizaron sistemas para la redención de cautivos, y la propia Iglesia ofreció indulgencias de Cruzada a quienes defendieran a los cristianos frente a los ataques musulmanes, como hizo el papa Clemente III en 1188 con los defensores de Tarragona.

En este marco histórico, la advocación de la Virgen de la Merced tiene su inicio el 1 de agosto de 1218, cuando la Virgen María (en su advocación de Virgen de la Merced) se apareció por separado a tres ilustres personajes de Barcelona: a Pedro Nolasco (ver), quien sería el fundador de la Orden de la Merced; al rey Jaime I de Aragón, conocido como el Conquistador, y reinante en aquel momento en la Corona de Aragón, y a Berenguer de Palou, Obispo Titular de Barcelona.

Diez días después de la aparición, los tres caballeros se encontraron en la catedral de Barcelona y compartieron haber tenido la misma aparición: la Virgen María les pedía la fundación de una orden religiosa dedicada a la redención de los cautivos. Sería la Orden de la Merced para la redención de los cautivos, fundada en ese año de 1218 y aprobada por el papa Gregorio IX en 1235. ​

La devoción a la Virgen de la Merced se difundió muy pronto por Cataluña y de ahí al resto de España, a Francia y a Italia, a partir del siglo XIII, extendiéndose más tarde a América, con la labor de redención de estos religiosos y sus cofrades.

La iconografía usada para representar a la Virgen de la Merced queda definida a partir del siglo XVI, consistiendo fundamentalmente en el hábito mercedario: túnica, escapulario y capa, todo en color blanco, con el escudo mercedario en el pecho. Otros elementos recurrentes son las cadenas y el grillete, símbolos también del cautiverio. Normalmente, además del escapulario del hábito, lleva otro pequeño en la mano que ofrece a los fieles como auxiliadora de los cautivos.

Suele aparecer tocada con corona de reina y también con el cetro en la mano derecha. En muchas ocasiones sostiene en la izquierda al Niño Jesús, que también puede llevar un escapulario en las manos. Otro modelo iconográfico es el de la Virgen Comendadora, sedente en el coro, sin niño ni cetro, con las constituciones de la Orden en una mano.

Iglesia de san Gregorio

Esta imagen llega a esta iglesia en 1940 procedente de Marchena, donde según la tradición oral había sido depositada tras la exclaustración de los Mercedarios del antiguo convento Casa Grande y actual Museo de Bellas Artes.

La imagen es de autor anónimo, del siglo XVIII, es realizada en madera de pino, con ojos de vidrio y pestañas de pelo natural. Es una imagen de vestir de 155 cm.

A lo largo del siglo XX sufrió diversas intervenciones, entre las que destaca la realizada por Antonio Eslava Rubio (ver) hacia 1960, ejecutando la policromía y las actuales manos.

Es venerada por los Mercedarios, Comunidad religiosa y Fraternidad Seglar, de la que es titular, con sede en esta iglesia conventual. 

Virgen de la Merced

Detalle de la Virgen de la Merced

Detalle de la Virgen de la Merced

Capilla del Museo

Virgen Comendadora de la Merced, que debió pertenecer al patrimonio del convento, donde presidiría el coro de los mercedarios.

Se trata de una imagen completa, en actitud sedente, revestida con ropajes tallados y decorados con ricos estofados, una túnica escapulario y manto cerrado con un broche adornado con el escudo de la Merced. 

Sostiene en su mano izquierda el Libro de las Horas mientras que la derecha la apoya sobre su pecho en una actitud de profunda reflexión.

Está atribuida con mucho fundamento a José Montes de Oca (ver), y fechada sobre el año de 1732, aunque otros autores la atribuyen a Jerónimo Hernández (ver), con policromía del siglo XVIII y también a Benito Hita del Castillo de 1750 (ver)

Su iconografía representa una antigua tradición mercedaria que narra cómo San Pedro Nolasco y sus monjes se retrasaron en su obligación de acudir al coro, pues se quedó dormido el encargado de hacer sonar la campana que los convocaba habitualmente al rezo de las horas en el templo conventual. Cuando llegaron se encontraron a los ángeles ocupando sus respectivos sitiales y a la Virgen presidiendo el Coro y dirigiendo el oficio de maitines. Es por ello que, desde entonces, se la tuvo como La Comendadora, portando en su mano el libro de Horas. En el caso de esta talla sevillana, fue también conocida, popularmente, como la Virgen del Rayo por haber salido indemne tras una terrible tormenta que destrozó el Coro de la Iglesia conventual.

Virgen Comendadora de la Merced

Detalle de la Virgen Comendadora de la Merced

Detalle de la Virgen Comendadora de la Merced

Detalle de la mano derecha

Detalle de la mano izquierda

Detalle del escudo mercedario

Detalle de los querubines a sus pies

No hay comentarios:

Publicar un comentario