AREA DE SAN ROMAN
Iglesia de Los Terceros.
La Orden Tercera Franciscana es
una rama del franciscanismo fundada en la ciudad toscana de Poggibonsi por un
antiguo traficante de mercaderías que lo abandonó todo para dedicarse por
entero al Señor, siendo aprobada y bendecida por el propio San Francisco de
Asís el año 1221.
Algunas fuentes documentales
hacen referencia a frailes Terceros Franciscanos que se habían establecido, en
una ermita ubicada a la orilla del río Guadalquivir. El Arzobispo Gonzalo de
Mena le ofreció la permuta de sus terrenos por otros situados en San Juan de
Aznalfarache, para poder erigir una
Cartuja en aquella apacible ribera. Así, un 16 de enero de 1.400, nació la que
pronto sería Cartuja de Santa María de las Cuevas.
Posteriormente, la Orden Franciscana Tercera vuelve a Sevilla y fundan su
convento en 1602 en la capilla de San Cosme y San Damián, situada en la calle
Cabezas (actual calle Sol), en la collación de Santa Catalina, y en la aneja
casa de los marqueses de Villafranca del Pítamo y Carrión de los Céspedes.
En 1603 se agregó a este convento el monasterio de San
Juan de Moraniña, de Bollullos
Par del Condado. El edificio del monasterio
fue vendido al sacerdote de Almonte, Juan
Pinto.
Cuando los religiosos de San
Juan de Moraniña se trasladaron al convento de los Terceros se llevaron a
Sevilla su imagen de Nuestra Señora de la Consolación, lo que generó un pleito
vecinal por la devoción que se le profesaba que se solucionó con la entrega de
otra Virgen a la ermita local, con la advocación de Nuestra Señora del Socorro.
El convento se amplió con la adquisición de nuevas
casas y la iglesia de Nuestra Señora de la
Consolación comenzó a construirse en el siglo XVII, aunque no fue finalizada
hasta el siglo siguiente. Su propietaria, la Orden Tercera franciscana, ante
las dificultades económicas, tuvo que “subarrendar” o vender capillas a otras
hermandades para poder concluir la obra.
Entre 1627 y 1641 el arquitecto Diego Gómez realizó
la iglesia, el claustro y toda la fachada del convento. La obra concluyó a
finales del siglo XVIII. Otras fuentes atribuyen su diseño y
ejecución a Juan de Oviedo (ver), al estilo barroco, y su finalización
a Leonardo de Figueroa (ver), siendo el fraile franciscano Manuel
Ramos el encargado de añadir diversos complementos, como la escalera de
comunicación entre las dos plantas del convento.
Con la invasión francesa de
la ciudad, en 1810, los religiosos fueron exclaustrados, el convento
se utilizó como cuartel, y sufrió el expolio de su rico patrimonio artístico.
En el
año 1811, se Instalaron en sus dependencias las monjas agustinas del Convento
de la Encarnación (ver) que fue
derribado para construir una plaza de abastos.
Los
frailes Terceros regresaron en 1819, pero 1835, la desamortización y
exclaustración de las órdenes religiosas, pusieron punto final a la estancia de
sus fundadores y propietarios, el convento fue cedido al ejército, que lo
adaptó a sus necesidades, dando lugar al que fue conocido como Cuartel del
Tránsito.
No
obstante, la Iglesia siguió teniendo actividad, aunque hubo de ser cerrada en
1845, a causa del hundimiento de la bóveda de la nave central, y así se mantuvo
hasta el año 1848 en que se reabrió, para volver al abandono hasta 1880 en que
pasó a ser propiedad de los Padres Escolapios, en su apuesta
por ampliar la comunidad educativa calasancia en nuestra ciudad, ubicándose en
las dependencias del Convento y del antiguo Palacio del Ducado de Arco.
Así, se
instaló el conocido Colegio de los Escolapios que sembró conocimiento y fe a varios
miles de sevillanos, y en buena medida mantuvo aquel templo de los Terceros a
salvo de la incuria y el olvido.
En 1973, ante
la marcha de la comunidad escolapia a Montequinto, el Cardenal Bueno Monreal
cede el uso del templo, para su sede canónica, a la Hermandad de la Sagrada
Cena, que ya estuviera en el mismo entre los años 1936 y 1958, asumiendo esta
su uso y también su mantenimiento, siendo promotora de la restauración de sus
cubiertas en 1988-89, la portada en 2003 e íntegramente la Iglesia en 2019.
El resto del
conjunto docente de los Escolapios fue vendido a una empresa inmobiliaria, pero
cuando iba a ser demolido, se produjo la quiebra de la empresa, haciéndose
cargo la Empresa Municipal de Aguas de Sevilla (EMASESA) que restauró el edificio
e instalo sus oficinas en la zona del colegio y del palacio, en 1990.
EXTERIOR
La
portada de la edificación es de un singular estilo barroco hispanoamericano y está precedida
por un pequeño compas cercado por rejas.
Esta portada
presenta forma de retablo, con tres calles separadas por gruesas pilastras, con
estípites, compuestas a base de la superposición de volúmenes muy cúbicos en
los que abunda la decoración geométrica junto con otra de tipo vegetal, con
capiteles que muestran caras monstruosas.
Fachada principal a la calle Sol
Detalle de decoración vegetal
Detalle de escudo franciscano
Detalles de caras monstruosas
Detalles de caras monstruosas
En la calle central, mucho más
ancha, se abre el gran vano
adintelado de forma rectangular, que
cierra una puerta de madera claveteada en la que se observan practicados dos
postigos.
Detalle de la portada
Sobre ella se dispone un
tímpano mixtilíneo trilobulado
con el escudo de la Orden Tercera, coronada con la
leyenda “Poenitentia Coronat”, que muestra los cetros, las flores de Liz y el
dedo señalando la leyenda “Fidelis”.
Tímpano mixtilíneo
trilobulado
Escudo de la Orden Tercera
Está acompañado, a su alrededor,
por ángeles y por imágenes de las letanías lauretanas (ver), el pozo, la luna, y la torre en el lado derecho, la
fuente, el sol y la puerta en el lado izquierdo.
Lateral derecho
Lateral izquierdo
El pozo
La luna
La torre
La fuente
El sol
La puerta
Sobre él, en una hornacina se sitúa una imagen en
terracota de la Virgen de Nuestra Señora de Consolación, titular del
templo, con zócalo en el cual está grabado en latín: "Consolatrix
Aflictorum”, sobre la que vuela
la paloma del Espíritu Santo.
Hornacina con la Virgen
de Nuestra Señora de Consolación
Detalle de la Virgen
de Nuestra Señora de Consolación
Paloma
del Espíritu Santo
El ático está
coronado por una ménsula en la que descansa una escultura del Arcángel San
Miguel (ver), rematando la calle central.
Arcángel San Miguel
La
acompañan cuatro figuras que coronan las cuatro pilastras: San Antonio de Padua
(ver), Santa Isabel de Hungría, San Ivo (ver) y Santa Isabel de Portugal.
San Antonio de Padua y Santa Isabel de Hungría
Detalle de San Antonio de Padua
Detalle de Santa Isabel de Hungría
Santa Isabel de Portugal y San Ivo
Detalle de Santa Isabel de Portugal
En los lados aparecen hornacinas
presididas por san José de Calasanz y san Francisco de Asís (ver), sobre las que vemos medallones con el rostro en altorelieve
de santa Clara (ver) y santa Rosa de Viterbo o santa Rita.
Hornacina de san Francisco de Asís
Detalle de san Francisco de Asís
Hornacina de san José de Calasanz
Detalle de san José de Calasanz
Medallón de santa Clara
Medallón de santa Rosa de Viterbo
A casi todas las esculturas que
decoran la fachada, realizadas en barro cocido, material poco resistente, por
lo que les faltan manos e incluso brazos completos.
En el lado derecho de la fachada se
muestra un retablo cerámico de la Virgen del Subterráneo, titular de la
Hermandad de la Santa Cena.
Retablo cerámico de la Virgen del Subterráneo
A cada lado de la puerta dos placas de
mármol con la siguiente leyenda:
“N.SS. P. Benedicto XIII concedió para siempre y para cada
día a los religiosos de este convento que dixeren misa en el altar maior saquen
el anima del pvrgatorio qvaqviera por quien la aplicaren sv decreto es de 14 de
diciembre de 1728 esta en el archivo del convento”
“La restauración de esta artística fachada se efecvo en el
año del señor de 1944 sea para honra del todopoderoso y de la Virgen Santísima
Nuestra Señora de Consolación y para mayor incremento de la Piedad”
Tiene otro
acceso, al lado de la epístola, por una puerta lateral que da acceso a un
pequeño patio, compás, donde un azulejo recuerda la estancia de Nuestra Señora
de Consolación de Utrera, que nos lleva a la plaza de
Ponce de León (ver).
Acceso por la plaza Ponce de León
Detalle del compas
Puerta de acceso por la epístola
Azulejo Nuestra
Señora de Consolación de Utrera
ESPADAÑA-CAMPANARIO
Adosada a la fachada se levanta un cuerpo
que pudo corresponder a una torre, pero que, por razones que desconocemos,
terminó alzado en una sencilla espadaña campanario, de dos cuerpos con dos
campanas, de color de almagra oscura, casi marrón decorada con
martelilla.
Vista del campanario desde la calle Sol
Vista del campanario desde la plaza Ponce de León
El cuerpo inferior tiene dos arcos de medio punto
con impostas y ménsulas en la clave, conteniendo sendas campanas. Unas rejas salientes cierran dos tercios
de dichos vanos. Sobre los arcos un entablamento con una cornisa apoyada en
unos canes. A los lados de los arcos, pilastras de orden toscano adosadas a las
jambas. En los frentes laterales estas pilastras se presentan pareadas.
Vista del cuerpo inferior desde la plaza Ponce de León
El cuerpo superior presenta un arco de medio punto con impostas y ménsula
en la clave, sin campana. A ambos lados sobre el basamento de este cuerpo, unos dados
superpuestos, y sobre ellos, pináculos de cerámica vidriada blanca y azul
terminados en conos. Sobre el frontón superior los mismos motivos decorativos,
también en cerámica vidriada.
El conjunto se corona con una cruz de forja.
Detalle del cuerpo superior desde la plaza Ponce de León
Detalle de la Cruz
INTERIOR
El
Templo se edifica, presumiblemente, bajo las órdenes del arquitecto y fraile
tercero Fray Diego Gómez observando el estilo barroco imperante en la época.
El edificio tiene planta de cruz
latina, con una sola nave de cinco tramos con coro a los pies, capillas
laterales, crucero y presbiterio.
Vista del templo desde los pies
Vista del templo desde el coro
La nave de la iglesia presenta tres alturas. En la
primera, inferior, encontramos los accesos a las capillas laterales a través de
arcos de medio punto entre pilastras pareadas lisas; en la segunda, las pilastras
incorporan, a modo de base y capitel, motivos vegetales de gran desarrollo y
entre ellas se abren vanos, que comunican con las capillas en altura, decorados
con antepechos de madera tallada, dorada y policromada; en la tercera, separada
por una cornisa de dentellones, y, tras un antepecho, se encuentran grandes
ventanales.
Detalle
de una pared distinguiéndose las tres alturas
La nave tiene un techo plano, decorado con yeserías y artesonado de madera. El amplio presbiterio está
cubierto por bóveda de semiesférica. El
crucero se cubre con una cúpula.
Detalle del techo de la nave
Detalle del Presbiterio
Detalle de la bóveda del crucero
El
sotocoro se cubre por una bóveda de cañón, cuajada de adornos de volutas,
racimos de frutas, guirnaldas y figuras de ángeles, de gran volumen, en torno a un anagrama mariano, con corona y dos palmas. Una serie de medallones completan la leyenda: “Concebida
sin mancha de pecado original en su primer instante”
Detalle general del sotocoro
Anagrama Mariano
Detalle floral
Ángeles
En los laterales dos
aguamaniles como pilas de agua bendecida.
Pila de agua bendita
Los muros están pintados
de blanco y destacan las ventanas y los balcones con celosías de madera con
pinturas de los doctores de la Iglesia: San Gregorio y San Gerónimo (ver) en el muro de la epístola y San
Ambrosio y San Agustín (ver) en el muro del evangelio.
Celosía de San Gregorio
Detalle de San Gregorio
Celosía de San Gerónimo
San Gerónimo
Celosía de San Ambrosio
Detalle de San Ambrosio
Celosía de San Agustín
Detalle de San Agustín
Realizamos la descripción del templo, como siempre, por
los pies del muro de la epístola, lateral derecho del crucero, para continuar
por el Altar Mayor y el lateral izquierdo del crucero, el muro del Evangelio y
terminar a los pies del templo.
MURO DE LA EPISTOLA
La primera capilla pertenece a la Hermandad de
la Columna y Azotes, como se muestra en la parte superior de la
reja que cierra la capilla.
Capilla
de la Hermandad
de la Columna y Azotes
Detalle del escudo de la Hermandad en su reja
Esta Hermandad de la Columna y Azotes, conocida como las Cigarreras, se instaló en
esta iglesia en 1611 tras haber residido
en la primitiva Fábrica de Tabacos situada en la actual plaza del Cristo de
Burgos (ver).
Durante
la ocupación francesa de la ciudad, a comienzos del siglo XIX, se trasladó a la Iglesia de
Santiago, regresando posteriormente.
En 1882 se vinculó con la Casa Real Española y con
los obreros de la Fábrica de Tabacos, y en 1904 como consecuencia esta
vinculación, se trasladó a la capilla de la Real Fábrica de Tabacos, y en 1965 a
otra nueva capilla en la nueva factoría del barrio de los Remedios, en la
que permanece tras desaparecer la fábrica en 2007.
Actualmente en la capilla se sitúa Nuestro
Padre Jesús de la Columna y Azote, obra de Francisco Buiza (ver) de 1974, que ha sido restaurada entre noviembre de 2005 y febrero de 2006 por Enrique
Gutiérrez Carrasquilla.
La imagen representa a Jesús en el momento de la flagelación, desnudo junto a la columna, a la que está atado mediante una cuerda a una argolla situada en la parte superior de ésta.
El Señor se sitúa a la derecha con el cuerpo inclinado sobre la columna, que contrasta con el giro de la cabeza hacia el lado contrario.
El cuerpo apenas se cubre con un paño de pureza en la cintura, atado mediante un nudo de una gruesa soga en la cadera derecha, que aparece descubierta.
Nuestro Padre Jesús de la Columna y Azote
La cabeza tiene una abundante
cabellera que cae a los lados de la cara y sobre los hombros y presenta una
barba bífida.
Detalle del rostro
Destaca la enorme expresividad de las
manos, juntas y sobre la columna, en la que se aprecia la crispación y el dolor
por los azotes que está recibiendo.
Detalle de las manos
La posición de las piernas es abierta, con el pie izquierdo adelantado, mientras que permanece retrasado el pie derecho del que levanta ligeramente el talón.
Detalle del pie izquierdo
Detalle del pie derecho
Este
Misterio de la Pasión de Nuestro Señor es descrito por los Evangelios de
Mateos, Marcos y Juan: Mt 27:26: "Entonces,
Pilato puso en libertad a Barrabás; y a Jesús, después de haberlo hecho azotar,
lo entregó para que fuera crucificado". Mc 15: 15: "Pilato, para contentar a la multitud, les puso en libertad a
Barrabás; y a Jesús, después de haberlo hecho azotar, lo entregó para que fuera
crucificado". Jn 19:1:
"Pilato
mandó entonces azotar a Jesús".
El paso con el que procesiona tiene
cinco figuras secundarias consistentes en cuatro soldados romanos, dos que
azotan al Señor, uno que porta la túnica conocida como Sagrada Púrpura (en
recuerdo del tercer paso del Santo Cristo de la Púrpura que sacó la Cofradía
hasta 1874) y otro que rocía de ungüento reanimatorio al Reo, además
de un centurión que ordena parar la flagelación a uno de los flagelantes.
Seguidamente se encuentra el pasillo y la
puerta que da acceso al compás que comunica con la plaza Ponce de León.
A la izquierda una imagen de Fray Leopoldo
de Alpandeire (ver) con un pan sobre su mano derecha y su zurrón con flores
sobre el hombro izquierdo.
Fray Leopoldo de Alpandeire
Detalle de la cara
Detalle de la mano con el pan
Detalle del zurrón con flores
A la derecha, en la parte inferior, un
cuadro de la “Virgen de Desatanudos” reproducción en tapiz, de tela bordado en hilo,
del cuadro “María Knotenlöserin” (la que desata los nudos) obra de Johann
Melchior Georg Schmittder, datada en 1700.
Cuadro de la “Virgen de Desatanudos”
Detalle sin marco
La Virgen, coronada por estrellas,
esta rodeada por un conjunto de ángeles que le ofrecen una cinta anudada y ella
misma va desatando los nudos. Sobre su cabeza, se encuentra la paloma blanca,
representación del Espíritu Santo.
Se trata de una alegoría de las
dificultades humanas, simbolizadas como cintas anudadas, que la Virgen desata y
destraba como una madre ayuda a sus hijos.
La advocación es originaria de Alemania,
iniciada en el siglo XVII por el padre Jesuita Jakob Rem, y se considera la
devoción mariana particular de SS el Papa Francisco, que la extendió por
Argentina y posteriormente en el Vaticano.
Su festividad es el 28 de septiembre,
y su culto enseña que su amor inconmensurable es capaz de conceder peticiones y
resolver conflictos (desatar nudos) a quienes le recen mucho.
Detalles
El cuadro es donado por un grupo de
devotos, en signo de agradecimiento a la Virgen de Desatanudos por gracias
concedidas.
A la derecha, en la parte superior, la
copia del cuadro “Batalla del puente de Milvio”, cuyo original se encuentra en
los Museo Vaticanos y que es obra de Giulio Romano, que siguió las ordenes y
enseñanzas de su maestro, Rafael, que proyectó la obra, pero no pudo realizarla
por su fallecimiento. (Muy difícil de fotografiar por tener una potente luz
superior).
Batalla del puente de Milvio. Anónimo. Escuela española.
Siglo XVIII. Óleo sobre lienzo. 298 x 125 cm
La “Batalla del puente de Milvio, uno
de los puentes que posee el río Tíber de Roma, enfrentó, el 28 de octubre del
año 312 d. C, al emperador Constantino I y a su rival Majencio, marcando la
derrota de este último y la victoria del cristianismo sobre el mundo pagano,
haciendo de la religión cristiana la principal de Roma.
Según la tradición, la victoria se
hizo realidad tras aparecer una cruz en el firmamento antes de la batalla, lo
cual llevó al emperador a cambiar las águilas imperiales de su insignia por el
símbolo de la Cruz, como se puede ver en el centro de la obra, justo detrás de
Constantino a caballo.
Este cuadro ha sido donado por la familia Vega Montells.
Seguidamente,
la Capilla de
la Encarnación, antiguamente
de la Esclavitud, cerrada con dos rejas.
Esta hermandad de la Esclavitud
de Nuestra Señora de la Encarnación fue fundada por los terceros seglares a
comienzos del siglo XVII y
desde 1651 tuvo su capilla propia en la iglesia conventual. Esta hermandad
desapareció en la ocupación francesa y en 1995 se fusiona con la Hermandad
de la Sagrada Cena.
En la parte superior de la reja
se muestra un relieve de la Anunciación y el escudo de la Hermandad.
Capilla de la Encarnación
La capilla
está presidida por un retablo barroco siglo XVII, restaurado, de Felipe y
Dionisio Ribas (ver), en cuyo centro se dispone la imagen
de la Virgen de la Encarnación, del siglo XVII, de madera tallada y policromada
atribuida a Juan de Mesa (ver).
Pared frontal de la
capilla
Retablo central
La morfología
de la Virgen es muy peculiar, ya que desde su busto hacia abajo está tallada,
algo que no se aprecia ya que habitualmente se encuentra vestida. Posee brazos articulados,
sosteniendo un libro con sus manos.
Nuestra Señora de la
Encarnación
Detalle de la Virgen
con el libro en las manos
Detalle del rostro
Detalle de la media
luna a los pies
Restaurada
por el Prof. Miñarro en 2006, se le realizaron
diversas modificaciones que alteraron su fisionomía, como la inclusión de ojos
de cristal, o la recuperación de su cromatismo original
Sagrada
titular de la antigua Hermandad de la Esclavitud de Nuestra Señora de la
Encarnación. Desde 1997 pertenece a la Hermandad de la Sagrada Cena
convirtiéndose en su titular letífica.
Se acompaña
con las imágenes de Santa Justa y Rufina (ver), procedentes del desaparecido convento
de Santa María de los Reyes de la calle Santiago.
Santa Justa
Detalle de santa
Justa
Detalle de la
cerámica de su mano
Santa Rufina
Detalle de santa
Rufina
Detalle de la
cerámica de su mano
En el ático
un cuadro de exvoto representando un milagro.
Cuadro de milagro
A cada lado
del retablo se presenta un escudo no identificado que podría corresponder a la
antigua Hermandad de la Esclavitud.
Escudo
En la pared
derecha de la capilla se presenta una hornacina con Santo Tomas de Aquino (ver) y los cuadros de los donantes de la
capilla, Laureano Segura y Alonso Jiménez, fundadores de la Hermandad de la
Esclavitud.
Hornacina de santo
Tomas de Aquino
Santo Tomas de
Aquino
En la pared
izquierda de la capilla se presenta una hornacina con San Fernando.
“Esta capilla
entierro es de los esclavos de la madre de Dios de la Encarnación acabose año
de 1693”.
Finalmente, destacamos los detalles de las yeserías
y de las pinturas murales.
Llegamos al brazo derecho del crucero donde
destacamos los cuadros de San Francisco de Asís (ver)
y Santo Domingo de Guzmán (ver),
un mármol en memoria de cofrades y dos celosías con los evangelistas San Marco
y san Mateo, además de dos retablos.
Vista del brazo derecho
del crucero
San José de Calasanz
San Francisco de Asís
Santo Domingo de Guzmán
Mármol en memoria de
cofrades
Celosía con San
Marcos
Detalle de San
Marcos
Celosía con San Mateo
Detalle de San Mateo
Retablo
del Cristo de la Humildad y Paciencia. El
retablo, barroco, es obra de José Fernando de Medinilla (ver), fechado sobre 1.727, y en él destaca la imagen del
Cristo en la hornacina central.
Retablo del Cristo
de la Humildad y Paciencia
La imagen de este Cristo es una obra anónima de finales del XVI o principios del XVII.
Está confeccionado en pasta de papel, con una altura de 100 centímetros.
Se presenta a Cristo desnudo y cubierto por el paño de pureza, a veces con el manto purpura.
La postura es sedente, sobre
una peña, con el codo derecho apoyado sobre el muslo derecho y la mano
sosteniendo la cabeza, situada en la mejilla.
Hornacina del Cristo de la
Humildad y Paciencia
Detalle de Cristo
de la Humildad y Paciencia
Detalle de Cristo de la Humildad y Paciencia
Restaurado por Andrés Cañadas en 1900 y por
Silvia Patricia Martínez Gracia-Otero en 1996.
Antiguamente, llegó a procesionar acompañado de un
conjunto escultórico formado por una cruz tendida en el centro del paso, a
un lado la túnica con los dados para su sorteo entre los sayones y dos de estos
personajes preparando el hoyo para la colocación de la cruz.
En los laterales, separado por estípites,
las imágenes de san Roque (ver), a la derecha, y san Ivo (ver) a la izquierda.
San Roque
Detalle de San Roque
San Ivo
Detalle de San Ivo
En el segundo cuerpo del retablo una pequeña imagen de
San Antonio de Padua (ver) y en el ático el
milagro de la “Mula”.
San Antonio de Padua
Milagro de la “Mula” de San Antonio de Padua
El retablo se corona con el escudo franciscano.
Escudo franciscano
Seguidamente, en la siguiente pared lateral del crucero, encontramos el Retablo barroco del Nazareno.
Retablo del Nazareno
Lo preside
una imagen
anónima siglo XVIII, que se sitúa actualmente en la Sacristía por lo que en una
visita anterior el retablo estaba presidido por la imagen de San José con
el Niño, pero actualmente se dispone Nuestro Padre Jesús de la Paz (ver), por estar
en obra su iglesia de Ómniun Sanctorum (ver).
Hornacina de san José
con el Niño
Detalle de san José
Detalle del Niño
Retablo con Nuestro Padre
Jesús de la Paz
Nuestro Padre Jesús de la Paz
Detalle de la cara
Detalle de las manos
Detalle de los pies
A sus lados
las imágenes de María Magdalena y San Antonio de Padua (ver).
María Magdalena
Detalle de María
Magdalena
San Antonio de Padua
Detalle de San
Antonio de Padua
En el ático un relieve de la Anunciación con ángeles en los
laterales.
Ático
Relieve
de la Anunciación
Se remata con el escudo franciscano sobre la cabeza de
un querubín.
Escudo
franciscano
Cabeza
de un querubín
PRESBITERIO
Delante de las pilastras que soportan el
arco toral vemos dos esculturas de tamaño natural, que correspondes a los
arcángeles san Rafael (ver) (lado de la Epístola) y san Miguel (ver) (lado del
Evangelio), ambas atribuidas a Fernando de Medinilla (ver) y a Felipe Ribas, sobre 1.727.
Arcángel San Rafael
Detalle del Arcángel san Rafael
Arcángel san Miguel
Detalle del Arcángel san Miguel
Así como
los dos ángeles lampararios.
Ángel lamparario de la derecha (Epístola)
Detalle
Ángel lamparario de la izquierda (Evangelio)
Los laterales del presbiterio presentan cuadros en relación
con la vida franciscana, en regular estado de conservación y difíciles de
fotografiar.
Cuadro
En
el intradós del arco toral, así como en la bóveda de semiesférica del presbiterio
se representan algunas imágenes de las Letanías Lauretanas (ver).
Detalle del vértice de la bóveda semiesférica
Detalle del vértice de la bóveda semiesférica
El Sol
La luna
La torre
La escalera de Jacob
El cedro
La palmera
La espiga
La fuente
ALTAR MAYOR
Altar Mayor con las imágenes de la Sagrada Cena en su plataforma
El retablo mayor barroco es de gran calidad, obra de Dionisio de Ribas (ver) del siglo XVII, ocupa todo el ancho del presbiterio, destacando cuatro majestuosas columnas salomónicas, apoyadas en ángeles atlantes.
Sobre 1.700, Francisco de Barahona (ver) lo reestructuraría, añadiéndole el camarín rococó de la Virgen
de Consolación, conocida popularmente como "la Chiquitita".
Más modernamente, a finales del siglo XX,
el retablo sufriría una última transformación al añadirle una plataforma en la
que ubicar el grupo escultórico de la Sagrada Cena.
Según el día de visita podemos encontrar
diferente configuración según las necesidades del culto.
Altar Mayor presidido por San José con el Niño
Altar Mayor presidido por la imagen de Cristo de la
Humildad y Paciencia
Altar Mayor presidido por las imágenes de la Sagrada Cena en el Presbiterio
El retablo ha quedado conformado
actualmente por banco, dos cuerpos y tres calles separadas por columnas
salomónicas de seis espiras y ático, sobre ángeles atlantes, como hemos comentado.
Se corona con un grupo de ángeles y
las siglas smdms.
Corona del retablo
En el ático
está el relieve de San Francisco con los primeros terceros San
Elzeario y Santa Delfina aprobando la constitución de la Orden Tercera.
Detalle del
relieve del ático
A los lados del ático se sitúan las terciarias Santa Isabel de Portugal y
Santa Isabel de Hungría. Encima el escudo de la orden terciaria entre dos
ángeles y debajo las cuatro virtudes teologales: Prudencia, Templanza,
Fortaleza y Justicia.
Calle de la epístola del ático
con Santa Isabel de Hungría, la Justicia y el escudo de la Orden Tercera
Santa Isabel de Hungría
Virtud cardinal de la Justicia
Escudo de la Orden Tercera
Calle del evangelio del ático
con Santa Isabel de Portugal, la Prudencia y el escudo de la Orden Tercera
Santa Isabel de Portugal
Virtud cardinal de la Prudencia
Escudo de la Orden Tercera
Virtudes teologales Templanza y
Fortaleza
Detalle de la virtud teologal de
la Templanza
Detalle de la virtud teologal de
la Fortaleza
El altar lo preside en su camarín la imagen de la Virgen de la
Consolación, Titular del Templo desde la construcción de
este por los padres Terceros Franciscanos.
Se trata de una imagen del siglo XIV, también llamada
Nuestra Señora de Morañina, “la Chiquitita” que, como hemos comentado, llegó a
Sevilla con los frailes terceros desde Bollullos del Condado, donde recibía
culto en la antigua ermita de san Juan de Morañina del condado de Niebla,
situada en el camino de Almonte, altozano de Los Villares de Marchenilla. Se
celebraba una popular romería, por lo que algunos historiadores consideran que
fue la primitiva Virgen del Rocío.
Camarín con la Virgen
de Consolación
Virgen
de Consolación "La Chiquitita"
Detalle
de la Virgen de Consolación
Bajo la Virgen, se dispone, a veces, el
grupo escultórico de la Sagrada Cena Formado por el Señor de la
Sagrada Cena, obra de Sebastián Santos (ver), siglo XX y las imágenes de los Apóstoles, obras
de Ortega Bru (ver), del mismo siglo, un conjunto de gran calidad artística.
Grupo escultórico de la Sagrada Cena
Detalle
En
la calle lateral derecha, de la Epístola, aparecen debajo san Luis de Francia (Luis IX, primo
del también santo Fernando III), y arriba san Conrado (santo alemán que fue
portero durante cuarenta y tres años de un santuario mariano muy venerado).
San Luis
Detalle
de san Luis
San
Conrado
Detalle
de san Conrado
En
la calle del Evangelio (izquierda, mirando de frente), dentro de hornacinas con
abundantes adornos tallados, vemos, de abajo a arriba, las tallas de san
Elzeario y san Ivo de Bretaña (ver).
San
Elzeario
Detalle
de san Elzeario
San Ivo
de Bretaña
Detalle
de san Ivo de Bretaña
Brazo izquierdo del
crucero
Llegamos al brazo izquierdo del crucero donde
destacamos los cuadros de San Antonio de Padua (ver), un Nazareno y
una Virgen con Niño.
San Antonio de Padua
Nazareno
Virgen con Niño
Dos mármoles
recuerdan la defensa de la Hermandad de la Cena de la Realeza de la Santísima
Virgen María.
Defensa de la
Realeza de María
Dos placas
mortuorias en recuerdo de hermanos de la Hermandad.
Placa mortuoria
Una placa
conmemora la fusión en esta iglesia de la Hermandad de la Sagrada entrada en
Jerusalén y la del Amor de Cristo.
Fusión de la Hermandad de la Sagrada entrada en Jerusalén y la del Amor de Cristo
Dos celosías con los evangelistas San Lucas y San
Juan, además de dos retablos.
Celosía de san Lucas
Detalle de san Lucas
Celosía de San Juan
Detalle de san Juan
Retablo
barroco de la Virgen de la Paz, en cuyo banco nos muestra dos imágenes de
Letanías Lauretanas (ver), la fuente y el pozo.
Retablo de la Virgen
de la Paz
La Fuente
El Pozo
En el ático
un relieve de la presentación de la Virgen en el templo.
Coronando el
retablo el símbolo de María y una corona.
Símbolo de María
Esta
normalmente presidido por la Virgen de la Paz, imagen de candelero, moderna de
Joaquín Dubé de Luque (ver), patrona del consejo andaluz de los
administradores de fincas y de la familia, réplica de la que se venera en la
ciudad de Ronda.
Camarín con la
Virgen de la Paz
Virgen de la Paz
Detalle de la Virgen
de la Paz
Actualmente,
contiene a Nuestra
Señora del Carmen en sus Misterios Dolorosos (ver) de la iglesia de Ómnium
Sanctorum (ver).
Se trata de una imagen de candelero en madera de cedro realizada por Francisco Berlanga de Ávila en 1984.
El autor
siguió en su ejecución la línea de su maestro, Francisco Buiza (ver), fallecido meses antes de su terminación.
La advocación responde al sentir fundacional de la corporación que pretendía
rendir culto a la advocación carmelita representada en una Dolorosa al
sevillano modo”.
Detalle de Nuestra
Señora del Carmen en sus Misterios Dolorosos
Presenta la
cabeza discretamente inclinada hacia el lado derecho con gran expresión de
dolor. Las cejas delgadas con el ceño fruncido. Grandes ojos abiertos con
pestañas superiores postizas e inferiores pintadas. Tres lágrimas en la mejilla
derecha y dos en la izquierda. Nariz recta. Labios delgados mínimamente
entreabiertos. Cuello no anatomizado.
Retablo de la
Virgen del Subterráneo, se trata de un altar barroco que perteneció a la
Hermandad del Amor por su estancia en la Iglesia de los Terceros hasta inicio
del siglo XIX. Buena muestra de su origen es el marco de la cruz que se puede
ver tras la virgen, pues en él se exponía al culto su Sagrado Titular, el
Santísimo Cristo del Amor (ver), y un alto relieve de la “Entrada en
Jerusalén” situado en el ático del altar.
Retablo de la Virgen
del Subterráneo
Ático con el relieve
de la “Entrada en Jerusalén”
La imagen en
madera tallada y policromada es atribuida a Juan de Astorga Cubero de inicios
del siglo XIX, aunque otros expertos creen que se trata de una imagen de mayor
antigüedad, aunque profundamente restaurada por Astorga. Según la tradición fue
descubierta bajo la iglesia de san Bartolomé.
Virgen del Subterráneo
Detalle de la Virgen
del Subterráneo
Restaurada
por Manuel Gutiérrez Reyes-Cano en 1902 y por el Instituto Andaluz de
Patrimonio Histórico en 2004.
Entre los
hitos de la Hermanad se encuentra el otorgamiento del Título de Reina de Cielos
y Tierra a su titular mariana, por el Sr. Cardenal Carlos Amigo Vallejo en
2004, al ser esta Corporación, como hemos comentado, promotora y pionera en la
proclamación de la Virgen María como Reina de Cielos y Tierra el 22 de febrero
de 1948, siendo firme defensor de esta Verdad Fundamental de la Iglesia Católica
desde aquella fecha histórica.
SACRISTÍA
A la sacristía se accede desde el lado izquierdo, del evangelio, del crucero. Es de planta rectangular y se cubre con bóveda de medio cañón con lunetos. Conserva una cajonera adaptada a su perfil, una mesa poligonal de mármoles con interesantes azulejos alrededor de su pie y dos aguamaniles, también de mármoles, empotrados en la pared. El escudo franciscano.
Puerta de acceso a
la sacristía
Aspecto general de
la sacristía
Aguamanil
Detalle del aguamanil: “Da Domine Virtutvem Manibus Meis Ad Abstergen dami Omnem Macvlam Vt Sine Pollvticne Mentis Et Corporis Vallani Tibi Ser Virt” (Da, Señor, fortaleza a mis manos para limpiar toda mancha, para que, sin contaminación de mente y cuerpo, pueda servirte con valor)
Escudo franciscano
Un Excce Homo del siglo XVII atribuido de Francisco
de Ocampo y Felguera (ver),
en madera tallada y policromada, dentro de una urna de cristal que dificulta
las fotografías.
Excce Homo en su
vitrina
Detalle del Excce Homo
Detalle de las manos
En una esquina se sitúa San José con el Niño, que en
otras visitas se ha situado en un retablo del crucero.
San José con el Niño
Detalle de san José
Detalle del Niño
El Nazareno que en otra visita se situaba en la
Capilla Sacramental y en el retablo del brazo derecho del crucero.
Nazareno
Detalle del rostro
del Nazareno
Detalle de los pies
En una vitrina, la Virgen de la Caridad del Cobre,
anónima del siglo XX, en madera tallada y policromada.
Virgen de la Caridad
del Cobre en su vitrina
Detalle de la Virgen
de la Caridad del Cobre
En el testero frontal se muestra un calvario de
origen desconocido para mí.
Vista del testero
frontal
Crucificado
Detalle de la cara
del crucificado
Detalle del paño de
pureza
Detalle de los pies
Virgen María
Detalle de la Virgen
María Magdalena
Finalmente, una Custodia de origen desconocido de
1973.
Custodia
MURO DEL EVANGELIO
Muro
del Evangelio
En la cabecera del muro del evangelio destaca un
hermoso pulpito con su tornavoz coronado con la Virtud Teologal de la Fe.
Pulpito
Detalle del pulpito
Detalle del tornavoz
Detalle de la Fe
La Capilla
Sacramental (se trata de dos capillas unidas) es la primera que se abre en el
muro del Evangelio al dirigirnos hacia los pies del templo y es fechable sobre
los siglos XVII y XVIII.
Dispone de
dos arcos de medio punto, como entrada cerrada, con dos rejas y cubierta con
bóveda de cañón.
Capilla Sacramental
Detalle de las rejas
Está
profusamente decoradas con yeserías y frescos, tanto las paredes como el
intradós de los arcos de entrada y el techo donde se representa el escudo de la
Orden y a los Padres de la Iglesia, muy deteriorados por lo que no se
identifican bien los nombres. Todas ellos son de fines del XVII y principios
del XVIII atribuidos a un discípulo de Domingo Martínez (ver).
Detalle general del
techo
Escudo de la Orden
Tercera
Padres de la Iglesia
Así, en los muros podemos ver una amplia
colección de frescos de santos de la Orden Tercera, Santa Clara (ver), San Diego de Alcalá, San Pascual Bailón (ver), San Juan del Prado, Santa Ángela de Filingo, Santa
Margarita de Crotona, Santa Jacinta Mariscotti, San Conrado de Placenza, Beato
Juan Quisuga, Santa Luisa Albertoni y Santa Viridiana, Santa Edelfina Duquesa
de Ariano, San Elxeario Duque de Ariano, Beato Thomas Cosaqvin.
Actualmente, en el centro de la capilla, se disponen todas
las imágenes del grupo escultórico de la Sagrada
Cena que, como hemos comentado, está formado por el Señor de la Sagrada Cena, obra
de Sebastián Santos (ver), siglo XX, y las imágenes de los Apóstoles, obras
de Ortega Bru (ver), del mismo siglo, un conjunto de gran calidad artística.
El retablo
central es neoclásico, de mármol jaspeado, fechado
en el siglo XIX, presenta un bello Sagrario, actualmente situado delante
del grupo escultórico de la Ultima Cena.
Retablo central
Sagrario
Detalle del Sagrario
Está dedicado
a la Inmaculada,
magnífica imagen anónima del siglo XVII.
Inmaculada
Detalle de la
Inmaculada
Detalle de los
querubines a sus pies
En los
laterales los Santos
mártires de Japón, los franciscanos de Nagasaki, San Pedro
Bautista y San Martín de la Ascensión, crucificados y lanseados.
San Pedro Bautista
Detalle de San Pedro
Bautista
San Martín de la
Ascensión
Detalle de San
Martín de la Ascensión
En el ático,
un Crucificado anónimo.
Crucificado del ático
Detalle superior
Detalle de los pies
En el muro dos
ángeles lampararios.
Ángeles lampararios
El retablo de la derecha, también es
neoclásico, pero confeccionado en madera tallada; en una primera visita
albergaba a San Francisco de Asís (ver), tallada por Felipe de Ribas (ver).
Retablo de la pared derecha
San Francisco de Asís
Detalle de san Francisco de Asís
En una segunda visita acoge al retablo de
la Virgen de Gloria de las Maravillas de María, de la Iglesia de Ómnium
Sanctorum (ver).
Retablo de la Virgen de Gloria de las Maravillas de María
Detalle de la Virgen
Detalle del Niño Jesús
Detalle de san Juanito con el cordero
Detalle de san Juanito
El retablo de la izquierda es gemelo del
anterior, nos muestra, en una primera visita, al nazareno del siglo XVIII.
Retablo de la pared izquierda
Imagen del Nazareno
Detalle del rostro
Detalle de los pies
En una segunda visita observamos que el
retablo está presidido por Nuestra Señora de la Paz, Reina de la familia, Patrona
de los Administradores de Fincas.
Nuestra
Señora de la Paz
Detalle
de Nuestra Señora de la Paz
Detalle
del basamento
La siguiente es la Capilla de
los Santos Reyes, cerrada con
reja, con el escudo franciscano, y no se puede visitar, por lo que las
fotografías están hechas a través de las rejas.
Capilla de los Reyes
Detalle de la reja con el Escudo franciscano
Destaca
por sus zócalos de azulejos y la decoración de paredes y techos, con
frescos de los reyes santos de la orden tercera, San Fernando de Castilla, San
Luis rey de Francia, Beato Carlos rey de Sicilia padre de San Luis de Tolosa, y
las reinas Santa Isabel de Hungría, Santa Isabel de Portugal y la Beata Santa
Blanca de Francia madre de San Luis de Francia, todas del siglo XVIII.
San Fernando de
Castilla y Santa Isabel de Portugal
San Luis de Francia y
Beata Santa Blanca de Francia
En los muros
están los cuadros de la muerte de San José y los Desposorios con la Virgen.
Desposorios con la
Virgen
En unas
vitrinas se presenta unos bustos de Jesús.
Bustos de Jesús
Presenta la exposición de los enseres de la Hermandad de la Cena.
En esta sala podemos ver el paso procesional de la Virgen de la
Encarnación y vitrinas con el manto de la Virgen del Subterráneo, respiraderos
del paso, orfebrería, e insignias de la hermandad.
Paso procesional de la Virgen de la Encarnación
Manto de la Virgen del Subterráneo
La última Capilla es de la Virgen de los Reyes, es muy poco profunda y contiene un
cuadro antiguo, muy deteriorado, de autor anónimo, de la patrona de Sevilla.
Capilla de la Virgen
de los Reyes
Cuadro de la Virgen
de los Reyes
En la parte
inferior del cuadro se visualiza a san Fernando en el centro y san Joaquín y
Santa Ana en los laterales.
Detalle de la Virgen
Detalle del Niño
Detalle de san
Fernando
Detalle de san Joaquín
Detalle de santa Ana
Finalmente, del muro a los pies de la
nave, en el lado del Evangelio, cuelga un Crucificado de tamaño natural con la
advocación del Cristo de la Buena
Muerte.
Se trata de una talla de principios del siglo XVIII encargada por una cofradía, fundada en 1742 por los terceros y que desapareció en 1758, llamada Confraternidad de la Vía Sacra.
Aunque algunos lo atribuyen
a Juan de Mesa, presenta varias características que no concuerdan con su
estilo.
Cristo dela Buena
Muerte
Detalle del INRI
Detalle de los
brazos
Detalle del rostro
Vista frontal de los
pies
Vista lateral de los
pies
PIES DEL TEMPLO
Vista de los pies
desde la cabecera
A los pies destaca el cancel con labores geométricas
y el escudo de la orden Tercera.
Detalle del cancel
En el coro alto destaca el órgano y la sillería.
Vista del Coro alto
Órgano
Ático del órgano
Detalle de ángeles
con trompeta
Detalle de la sillería
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