ALGUNOS PERSONAJES HISTÓRICOS DE LAS CALLES DE SEVILLA
José Manuel de Arjona y Cubas
Hermano menor del religioso, escritor y poeta Manuel María de Arjona y Cubas, nació en Osuna, en un palacio que ha estado en manos de la familia hasta 1862, y durante un siglo pasó por distintos propietarios, hasta que en 1975 fue adquirida por la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos para instalación de sus dependencias. En 1979 cambió su titularidad a favor de la Cámara Agraria Local de Osuna, entidad que ha suscrito el convenio de colaboración con el Ayto. de Osuna, para la cesión del uso del edificio como Museo.
José Manuel de Arjona y Cubas, cuando acabó su formación se trasladó a Madrid como funcionario judicial, al ser nombrado, por el rey Carlos IV, Alcalde del Crimen de la Audiencia de Extremadura.
En los años de la Guerra de la Independencia, fue Comisionado para entender acerca de los sucesos acaecidos en Badajoz, el 16 de diciembre de 1808, que provocaron la muerte de cuatro personas.
Recuperado, en 1814, el reinado de España por parte de Fernando VII, Arjona fue nombrado Alcalde de Casa y Corte (1814-1817), Ministro del Consejo de Guerra y Corregidor de Madrid, entre 1817 y 1820.
Cuando el rey Fernando VII creó, a imitación de Inglaterra, el Real Consejo del Almirantazgo le nombró su Fiscal Jefe.
Posteriormente fue alcalde de Madrid entre 1816 y 1820 y primer Superintendente General de Vigilancia Pública (Policía) en 1823.
Entre 1825 y 1833 fue Asistente de Sevilla e Intendente del Ejército de Andalucía y en 1827 fue nombrado presidente de la Junta Rectora de la Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Sevilla.
Un año después del inicio de su mandato de Asistente de Sevilla propició la instalación en Sevilla del arquitecto Melchor Cano con quien colaboró en la transformación de la ciudad.
En el plazo que duró su mandato, destacó por la eficaz gestión en lo que concierne a la política urbanística de la ciudad, que casi la transforma por completo al reformar el empedrado de las calles céntricas, así como el embaldosado de las aceras y el alumbrado público de plazas y calles con farolas de tres mecheros.
Ordenó el derribo del lienzo de muralla que unía la Torre del Oro con la Torre de la Plata para poder construir el paseo de Cristina y el de las Delicias.
Mejoró las condiciones de la Alameda de Hércules, la zona del barrio del Arena y otros paseos urbanos.
Asimismo inauguró el hospicio de niños y ancianos que se situó frente al convento de Madre de Dios.
En el Barrio de san Pedro mandó demoler la antigua y vieja fábrica de tabaco para convertirla en Morería.
Contribuyó a realizar reformas también para la creación de barrios como san Roque, La Resolana y Campo de Martiries.
También inició la instalación del mercado de la Encarnación, el de Triana y el de Feria.
Durante su mandato se recuperó la cofradía del Santo Entierro, que llegaría a alcanzar el esplendor de años anteriores, un avance de lo que sería el resurgir de las cofradías sevillanas a mediados del siglo XIX.
Esta sepultado en la Sacramental de san Isidoro de Madrid.
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