AREA DE SANTA CLARA-JESÚS DEL GRAN PODER
Calle Lumbreras
Es conocida con el nombre actual desde fines del s. XV ya que en aquella época medieval corría, por medio de esta calle, la
cloaca o alcantarilla que llevaba las aguas residuales procedentes de la zona
de la Alameda a desaguar en el río.
En diversos tramos de esta
cloaca se situaban una especie de pozos o registros para controlar el nivel de
las aguas y los posibles atascos, estos registros recibían el nombre de
Lumbreras, de aquí el nombre de la calle.
En la primera mitad del
s. XIX el último tramo,
desde Santa Clara a Torneo, es conocido como Barrio Nuevo,
quizás por alguna operación urbanística llevada a cabo en él, pero en
184S se incorpora a Lumbreras.
Está cruzada por Jesús
del Gran Poder y Santa Clara y desembocan por la derecha
Crédito y Arte de la Seda, y por la izquierda,
Becas.
Es de mediana anchura y
sensiblemente recta, inicialmente era más corta, pues arrancaba a la altura de
las actuales Crédito y Jesús del Gran Poder, hasta que en la segunda mitad del s. XIX se levantaron las manzanas que la prolongan
hasta la Alameda.
En el siglo XIX se localizaba
en ella la mayor parte de la pequeña comunidad judía sevillana, con su sinagoga, dedicada a la artesanía del calzado
y al pequeño comercio ambulante; recordada por
Chaves Nogales (La Ciudad) y por R. Laffón (Sevilla del buen recuerdo).
En su comienzo, en la
Alameda, estuvo el cuartel de los Guardias de Asalto y
actualmente de la Policía Armada.
El caserío es bastante
heterogéneo, con casas de dos plantas, en su mayoría del siglo XIX y primeras
décadas del XX, junto con otras de cuatro plantas de reciente construcción.
Lumbreras número 6
Entre las viviendas
populares destacaron varios corrales, de los que el situado en el número 6 fue
conocido como de los Chicharros, construido en la segunda mitad del s. XIX, y hoy convertido en el Hotel Patio de la
Cartuja, que presenta un mosaico dedicado a Manolo Caracol, indicando su
nacimiento en la casa número 10.
Lumbreras número 10
Lumbreras número 13-27
Posiblemente también sería una casa
de Vecinos.
El edificio fue
construido en 1913 por el arquitecto José Espiau y Muñoz, sobre un suelo
segregado del contiguo convento de Santa Clara, y fue taller de montaje y
reparación de máquinas de coser de la conocida marca Singer, lo que explica el
nombre que mantiene.
En un mosaico de azulejos
colocado en la parte superior de la entrada principal se puede leer que el
promotor de su construcción fue Nicanor Balbontín Balbás, propietario de una
fundición de hierro ubicada en la calle Goles (ver), que fabricaba las púas que
posteriormente se instalaban en las máquinas de coser fabricadas en esta nave.
En
1995 fue adquirido por la Gerencia de Urbanismo. Albergó
una escuela taller y de oficios hasta
2006 y dos años después reabrió para hacerse cargo de la restauración de las cerámicas de la Plaza de
España. Posteriormente, unos años después, se convirtió en el Centro de Formación y Empleo del
Ayuntamiento de Sevilla, pero actualmente no hay actividad en el inmueble.
Posteriormente, el
Ayuntamiento informó de la existencia de un proyecto para crear en la Nave
Singer un Centro de Moda Flamenca,
con espacios de coworking y showroom.
En 2002 se contempló como
una de las sedes del Museo de la Ciudad, una idea que no vio la luz y que
pretendía unir varios inmuebles, que en su día formaron parte del primitivo
Convento de Santa Clara, para crear un conjunto museístico.
La fachada tenía unos
rótulos cerámicos de estilo modernista que acabaron desapareciendo. Estos
carteles contenían el nombre de la marca, Singer, y también otras palabras,
como almacenes, máquinas y para coser.
A finales de los 90,
cuando la nave fue restaurada, se recuperaron los rótulos, esto es, se
sustituyeron por otros de similar diseño a los originales, pero con otras
inscripciones: “Centro de Formación, Promoción y Empleo” en referencia a las
actividades para las que se habilitó este espacio, adquirido por el Ayuntamiento
de Sevilla en 1995.
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