AREA DE SANTA CLARA-JESÚS DEL GRAN PODER
Calle Santa Ana
Se dirige desde la Alameda de Hércules a la confluencia de San Vicente con Narciso Bonaplata.
Está atravesada por
Jesús del Gran Poder, Santa Clara y Teodosio y
confluye Flandes por su izquierda.
Al menos desde 1426 era
conocida como Lizos o Lisos y también Lienzos, probablemente por el nombre
que recibe uno de los hilos en que se divide la seda o el estambre para que pase por la lanzadera.
Hacia 1634 se llamaba
Señora Santa Ana, abreviado, en el s. XIX, en
Santa Ana, al tramo próximo al convento de las
Carmelitas, quedando reducido el topónimo
primitivo a la zona inmediata a la Alameda.
El tramo comprendido entre Santa Clara y Teodosio se denominó del Moral, y el último tramo que confluye en San Vicente, se conoció como Cal Mayor (Calle Mayor) hasta 1845.
En
esta fecha se unificaron todos estos topónimos
baja la actual denominación, aunque el plano de Olavide (1771) ya aplicó este
nombre a la totalidad de la calle.
En 1868 se acordó
rotularla como Zurbano, personaje relacionado con los sucesos revolucionarios
de ese año, pero no prevaleció.
Es una calle relativamente larga y de trazado
casi recto, que recorre parte de la zona norte de la ciudad en sentido radial,
del centro a la periferia o viceversa, por lo que constituye uno de los ejes
perpendiculares que confluyen en la Alameda y forman el sistema vial en cuadrícula ligado a la ocupación
castellana característico del barrio de
San Lorenzo.
Desde mediados del s. XIX se proyectó prolongarla dándole salida al exterior
a través de una nueva puerta en la muralla, no
culminándose tal actuación hasta 1967 con la creación
de la calle Narciso Bonaplata.
Presenta una anchura muy desigual a lo largo
de toda su trayectoria, por lo que incluye algunos tramos bastante amplios
junto con otros más estrechos.
Además, también presenta una desigual
alineación entre sus edificios a lo largo de los distintos tramos, debido a
retranqueos e irregularidades en el parcelario de una trama urbana asentada en
este barrio desde hace siglos.
Entre 1922 y 1923 se
aprobaron los proyectos de rectificación de líneas, cuyas
actuaciones se hacen más patentes en los tramos centrales.
La mayor actuación urbanística fue el cierre
de la calle Arquillo de las Roelas, que unía
las actuales Flandes con Medina, por la construcción de la casa de los
marqueses de Medina a finales del s. XVIII.
En el s. XIX existía
una fuente pública y un arca que distribuía el agua por el sector, de la que se
le concedieron en 1852 tres pajas a la fábrica de fundición de Narciso Bonaplata.
En ella tuvo su sede en el s. XVI el Hospital de los Tejedores, porque la industria textil estaba muy difundida por Andalucía.
En Sevilla, aparecen en actas notariales referentes a los años 1475 a 1506, por artesanos de muchas poblaciones sobre todo del Aljarafe y del Condado.
La propia Sevilla era uno de los centros textiles más importantes.
El gremio de tejedores agrupó a los de la lana y lino, o sea, tanto a los tejedores de paños, alfombreros, manteros y bancaleros, como los tejedores de lino y fustaneros (persona que tiene como oficio o quehacer en elaborar, manufacturar o hacer un fustán o un lienzo o tela de algodón).
El número de tejedores de lana y lino de Sevilla tiene que haber sobrepasado el centenar.
Los pelaires o personas encargadas de
preparar la lana (cardadores) para después tejerla, vivían dispersos por toda
la ciudad, repartidos en 10 collaciones, pero con notable preferencia por la de
san Lorenzo.
Como
era frecuente en
toda la zona, sufría inundaciones periódicas,
siendo especialmente grave la de 1796, en la que el agua llegó a los balcones, y la de 1803,
que produjo el hundimiento de varias
casas. En estas ocasiones era imprescindible el
uso de barcas para poder desplazarse.
Presenta “Guarda Carros”
en la esquina con Teodosio, esquina con santa Clara y en la puerta trasera del
Palacio de santa Coloma.
Casas de la Calle Santa Ana
Los edificios que se levantan en ella son en su mayoría de carácter residencial, con casas unifamiliares de una media de tres o cuatro plantas de altura, que en general responden a la tipología tradicional.
El edificio de mayores proporciones es el convento de Santa Ana, de monjas carmelitas calzadas, fundado en el s. XVIII, con fachada y portada de gran sencillez.
Este convento, tras la Revolución de 1868, fue utilizado
para celebrar reuniones de trabajadores, y a partir de 1873 fue sede de varios
centros de enseñanza (Escuela de Artes y Oficios, Escuela
Normal Provincial, Escuela libre de
Veterinaria y Escuela de Gimnasia). Asimismo albergó a finales del s. XIX una escuela de primeras letras. Por esta misma época estuvo instalada también una
fábrica de curtidos y calzados.
Igualmente destaca la casa-palacio de los Marqueses de Medina.
Hotel-Sacristía de Santa Ana
En la esquina con la
Alameda, es una casa de tipo popular, conocida como casa de la Sacristía, con grandes buhardillas, convertida
actualmente en Hotel. En ella hay un azulejo alusivo
a la inundación de 1796 y 1961, indicando el nivel alcanzado por las
aguas.
Santa Ana número 11
Santa
Ana número 13
Santa Ana número 14
Santa Ana número 15
También conocida como Palacio del Infantado, aunque nunca perteneció a esta familia.
Fue mandado construir por el tercer marqués de Medina como casas principales a partir de 1779, pero en 1852 fue destinado a cuartel de la guardia municipal y serenos, y posteriormente acondicionado para corral de vecinos, y actualmente como casa de viviendas.
Previamente, en lugar de esta casa existía un callejón, que unía Santa Ana con la calle Hombre de Piedra, y desde ahí
se prolongaba hasta el callejón de las Becas y la calle Lumbreras, siendo todo
este largo trayecto llamado Calle del Arquillo de los Roela, pues la calle entera
pertenecía a la familia, teniendo a un lado su casa palacio, y a la otra acera las
caballerizas, vivienda de sus criados, y un jardín con su huerta.
De ella destaca especialmente su bella portada principal, realizada con gran porte, y que se ubica en uno de sus extremos, estando organizada en tres niveles o alturas.
En su cuerpo inferior aparece el hueco de entrada a la casa, de arco muy rebajado, enmarcado entre columnas pareadas.
El hueco de la planta alta es también de tipo rebajado y muy moldurado, y se presenta flanqueado entre columnas de orden jónico.
Y finalmente, y como elemento de coronación, la
portada muestra en su parte superior el escudo de familia de los Medina, que
aparece enmarcado entre pilastras y cobijado bajo una cornisa sobre la que
apoya un frontón recto.
El resto de la fachada, de dos plantas de altura,
aparece estructurado mediante pilastras cajeadas de orden gigante, entre las
que se enmarcan los grandes huecos que se abren al exterior.
Escudo
de familia de los Medina
Santa Ana número 29
Santa Ana número 44
Félix González de León (1790-1854), autor del primer callejero histórico de la
ciudad, vivió y murió en esta casa.
Fue un erudito, escritor,
historiador y cronista que centró todo su trabajo en el ámbito local de su
ciudad.
Sobre su vida se tienen
pocos datos, se sabe que fue bautizado en la iglesia de San Miguel, que era
hijo de don José González, natural de Sevilla, y de doña María de la Paz
Larrauri de Bilbao.
En 1814 se casó con doña
Ramona Orrí en la parroquia de San Andrés, de cuyo matrimonio no hubo
descendencia, y en 1821 obtuvo el divorcio.
Fue funcionario de la
Real Fábrica de Tabacos.
Al final de su vida, su
mala situación económica le llevó a pedir socorro al Ayuntamiento de la ciudad,
el cual le concedió una pensión y que falleció el 18 de mayo de 1854 a la edad
de 64 años, siendo enterrado en el cementerio de San Fernando con la túnica de
la Hermandad de Jesús Nazareno de San Antonio Abad, por la que tenía especial
predilección
Santa Ana número 50
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