domingo, 22 de enero de 2023

 AREA DE SANTA CLARA-JESÚS DEL GRAN PODER 

Calle Santa Ana

Se dirige desde la Alameda de Hércules a la confluencia de San Vicente con Narciso Bonaplata

Está atravesada por Jesús del Gran Poder, Santa Clara y Teodosio y confluye Flandes por su izquierda.

Al menos desde 1426 era conocida como Lizos o Lisos y también Lienzos, probablemente por el nombre que recibe uno de los hilos en que se divide la seda o el estambre para que pase por la lanzadera.

Hacia 1634 se llamaba Señora Santa Ana, abreviado, en el s. XIX, en Santa Ana, al tramo próximo al convento de las Carmelitas, quedando reducido el topónimo primitivo a la zona inmediata a la Alameda.

El tramo comprendido entre Santa Clara y Teodosio se denominó del Moral, y el último tramo que confluye en San Vicente, se conoció como Cal Mayor (Calle Mayor) hasta 1845. 

En esta fecha se unificaron todos estos topónimos baja la actual denominación, aunque el plano de Olavide (1771) ya aplicó este nombre a la totalidad de la calle.

En 1868 se acordó rotularla como Zurbano, personaje relacionado con los sucesos revolucionarios de ese año, pero no prevaleció.

Es una calle relativamente larga y de trazado casi recto, que recorre parte de la zona norte de la ciudad en sentido radial, del centro a la periferia o viceversa, por lo que constituye uno de los ejes perpendiculares que confluyen en la Alameda y forman el sistema vial en cuadrícula ligado a la ocupación castellana característico del barrio de San Lorenzo.

Desde mediados del s. XIX se proyectó prolongarla dándole salida al exterior a través de una nueva puerta en la muralla, no culminándose tal actuación hasta 1967 con la creación de la calle Narciso Bonaplata.

Presenta una anchura muy desigual a lo largo de toda su trayectoria, por lo que incluye algunos tramos bastante amplios junto con otros más estrechos.

Además, también presenta una desigual alineación entre sus edificios a lo largo de los distintos tramos, debido a retranqueos e irregularidades en el parcelario de una trama urbana asentada en este barrio desde hace siglos.

Entre 1922 y 1923 se aprobaron los proyectos de rectificación de líneas, cuyas actuaciones se hacen más patentes en los tramos centrales.

La mayor actuación urbanística fue el cierre de la calle Arquillo de las Roelas, que unía las actuales Flandes con Medina, por la construcción de la casa de los marqueses de Medina a finales del s. XVIII.

En el s. XIX existía una fuente pública y un arca que distribuía el agua por el sector, de la que se le concedieron en 1852 tres pajas a la fábrica de fundición de Narciso Bonaplata.

En ella tuvo su sede en el s. XVI el Hospital de los Tejedores, porque la industria textil estaba muy difundida por Andalucía. 

En Sevilla, aparecen en actas notariales referentes a los años 1475 a 1506, por artesanos de muchas poblaciones sobre todo del Aljarafe y del Condado. 

La propia Sevilla era uno de los centros textiles más importantes. 

El gremio de tejedores agrupó a los de la lana y lino, o sea, tanto a los tejedores de paños, alfombreros, manteros y bancaleros, como los tejedores de lino y fustaneros (persona que tiene como oficio o quehacer en elaborar, manufacturar o hacer un fustán o un lienzo o tela de algodón). 

El número de tejedores de lana y lino de Sevilla tiene que haber sobrepasado el centenar. 

Los pelaires o personas encargadas de preparar la lana (cardadores) para después tejerla, vivían dispersos por toda la ciudad, repartidos en 10 collaciones, pero con notable preferencia por la de san Lorenzo.

Como era frecuente en toda la zona, sufría inundaciones periódicas, siendo especialmente grave la de 1796, en la que el agua llegó a los balcones, y la de 1803, que produjo el hundimiento de varias casas. En estas ocasiones era imprescindible el uso de barcas para poder desplazarse.

Presenta “Guarda Carros” en la esquina con Teodosio, esquina con santa Clara y en la puerta trasera del Palacio de santa Coloma.

 

 Esquina con Santa Clara 

 

 Esquina con Teodosio 

 Puerta trasera del Palacio de santa Coloma 

Casas de la Calle Santa Ana

Los edificios que se levantan en ella son en su mayoría de carácter residencial, con casas unifamiliares de una media de tres o cuatro plantas de altura, que en general responden a la tipología tradicional.

El edificio de mayores proporciones es el convento de Santa Ana, de monjas carmelitas calzadas, fundado en el s. XVIII, con fachada y portada de gran sencillez. 

Este convento, tras la Revolución de 1868, fue utilizado para celebrar reuniones de trabajadores, y a partir de 1873 fue sede de varios centros de enseñanza (Escuela de Artes y Oficios, Escuela Normal Provincial, Escuela libre de Veterinaria y Escuela de Gimnasia). Asimismo albergó a finales del s. XIX una escuela de primeras letras. Por esta misma época estuvo instalada también una fábrica de curtidos y calzados.
Igualmente destaca la
casa-palacio de los Marqueses de Medina. 

Hotel-Sacristía de Santa Ana

En la esquina con la Alameda, es una casa de tipo popular, conocida como casa de la Sacristía, con grandes buhardillas, convertida actualmente en Hotel. En ella hay un azulejo alusivo a la inundación de 1796 y 1961, indicando el nivel alcanzado por las aguas.

Santa Ana número 11



Santa Ana número 13



Santa Ana número 14



Santa Ana número 15







Casa-palacio de los Marqueses de Medina 28-26

También conocida como Palacio del Infantado, aunque nunca perteneció a esta familia. 

Fue mandado construir por el tercer marqués de Medina como casas principales a partir de 1779, pero en 1852 fue destinado a cuartel de la guardia municipal y serenos, y posteriormente acondicionado para corral de vecinos, y actualmente como casa de viviendas.

Previamente, en lugar de esta casa existía un callejón, que unía Santa Ana con la calle Hombre de Piedra, y desde ahí se prolongaba hasta el callejón de las Becas y la calle Lumbreras, siendo todo este largo trayecto llamado Calle del Arquillo de los Roela, pues la calle entera pertenecía a la familia, teniendo a un lado su casa palacio, y a la otra acera las caballerizas, vivienda de sus criados, y un jardín con su huerta.


De ella destaca especialmente su bella portada principal, realizada con gran porte, y que se ubica en uno de sus extremos, estando organizada en tres niveles o alturas. 

En su cuerpo inferior aparece el hueco de entrada a la casa, de arco muy rebajado, enmarcado entre columnas pareadas. 

El hueco de la planta alta es también de tipo rebajado y muy moldurado, y se presenta flanqueado entre columnas de orden jónico. 

Y finalmente, y como elemento de coronación, la portada muestra en su parte superior el escudo de familia de los Medina, que aparece enmarcado entre pilastras y cobijado bajo una cornisa sobre la que apoya un frontón recto.

El resto de la fachada, de dos plantas de altura, aparece estructurado mediante pilastras cajeadas de orden gigante, entre las que se enmarcan los grandes huecos que se abren al exterior. 

Portada

Escudo de familia de los Medina


Cruz y veleta

Entrada al patio principal

Fuente del patio principal

Patio secundario

Santa Ana número 29


Santa Ana número 44

Félix González de León (1790-1854), autor del primer callejero histórico de la ciudad, vivió y murió en esta casa.

Fue un erudito, escritor, historiador y cronista que centró todo su trabajo en el ámbito local de su ciudad.

Sobre su vida se tienen pocos datos, se sabe que fue bautizado en la iglesia de San Miguel, que era hijo de don José González, natural de Sevilla, y de doña María de la Paz Larrauri de Bilbao.

En 1814 se casó con doña Ramona Orrí en la parroquia de San Andrés, de cuyo matrimonio no hubo descendencia, y en 1821 obtuvo el divorcio.

Fue funcionario de la Real Fábrica de Tabacos.

Al final de su vida, su mala situación económica le llevó a pedir socorro al Ayuntamiento de la ciudad, el cual le concedió una pensión y que falleció el 18 de mayo de 1854 a la edad de 64 años, siendo enterrado en el cementerio de San Fernando con la túnica de la Hermandad de Jesús Nazareno de San Antonio Abad, por la que tenía especial predilección


Santa Ana número 50



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