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Calle Julio Cesar.
Calle Julio Cesar
De la confluencia de san Pablo y santas
Patronas a la de Canalejas y Marques de Paradas
La zona que, según Álvarez-Benavides,
se llamó en el pasado barrio de San Rafael, era conocida en la primera mitad
del s. XIX como acera del Cuartel de Milicias o simplemente Cuartel de Milicias,
por el establecimiento militar allí situado.
En 1859 la calle resultante de varios
derribos se rotuló con el nombre de Julio César (100-44 a.C), en recuerdo del
político y gobernante romano que, como dice el documento municipal que
justifica el topónimo, “según la tradición cercó a Sevilla de murallas y torres
altas”.
Según Álvarez-Benavides, en algún
momento se conoció con el nombre de Marcial.
La calle se formó en la década de los
50 del siglo XIX, en la amplia zona sin urbanizar conocida como las “afueras de
la Puerta de Triana”, y discurría, por tanto, a espaldas de la muralla, que la
separaba de Gravina.
Su trazado se consolida tras el
importante proyecto urbanístico del arquitecto Balbino Marrón (1859), que
reordena todo el amplio sector situado entre las puertas de Triana y Real.
Desde su formación, pues, Julio César
tuvo un trazado rectilíneo y se concibió como arrecife o paseo con arbolado. Es
bastante ancha y por la izquierda desemboca en ella Albuera.
En 1874 se colocan verjas en algunos
puntos para cerrar el paso a los “callejones estrechos de avenidas a sus
fincas” pues hasta las décadas de los 70 y 80 no se trazaron las calles
situadas entre Marqués de Paradas y Arjona. Y en 1876 se mandan derribar trozos
de muralla que obstaculizaban la linealidad de la calle en dirección a la
antigua Puerta Real.
Su caserío es variado. Se conservan
varios edificios de principios de siglo XX, de tres plantas; pero el resto son
viviendas de seis, con amplias terrazas, construidas en los años 50 y 60. En la
acera derecha, en las inmediaciones de Canalejas, estaba situado el antiguo
Cuartel de Milicias, un edificio del s. XVII, demolido a comienzos del siglo XX
para posibilitar la prolongación de aquella vía.
En el s. XIX abundaban los almacenes,
como recuerdo de su antigua situación extramuros. El derribo de las murallas y
puertas, sobre todo la de Triana, situada en la confluencia con Reyes Católicos
y Santas Patronas, y la construcción en la misma década de 1850 de la estación
férrea dieron a la calle amplitud e importancia. En la actualidad cumple
funciones preferentemente residenciales.
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