ALGUNAS LEYENDAS DE SEVILLA
La leyenda de la Piedra Llorosa.
Durante
el reinado de Isabel II se
produjeron en España diversos levantamientos de mayor o menor notoriedad
intentando promover valores de índole liberal.
Retrato de Isabel II. López Portaña, Vicente. Hacia 1843. Museo de Bellas Artes. Sevilla
En la noche del
29 de junio de 1857 salieron de Sevilla un grupo de unos cien o ciento veinte jóvenes
con ideas liberales y con la intención de levantar a la ciudadanía y conseguir
el apoyo de los pueblos cercanos. Eran mandados por Joaquín Serra, Coronel
retirado, por el hombre de letras don Cayetano Morales y el recién graduado
universitario don Manuel Caro.
En Arahal se les
atribuye, quizás falsamente, el incendio del Archivo Municipal y varias
escribanías de los notarios y registradores de la propiedad.
Mientras tanto,
desde Madrid se produjo la destitución del gobernador don Joaquín Aruñón y del capitán
general don Atanasio Aleson, recayendo la autoridad de ambos cargos en un
Comisionado especial del gobierno, don Manuel Lassala y Solera.
Este
comisionado ordenó la persecución del grupo a una compañía del regimiento
Albuera y dos secciones de caballería de Alcántara y una columna de artillería.
El encuentro
con el grupo de jóvenes, al mando del cual solo quedaba don Manuel Caro, tuvo
lugar en Benaojan y terminó con veinticinco muertos y veinticuatro prisioneros,
mientas que el resto del grupo huyó por el monte y fueron arrestados dos días más
tarde.
En total 82 jóvenes fueron recluidos en la cárcel
del Cuartel de san Laureano y el alcalde Juan José García de Vinuesa solicitó
sin éxito el indulto al tratarse de muchos menores de edad.
El 11 de julio de
1857 fueron conducidos una amplia explanada existente, en esa época, desde la
Puerta Real a la Puerta de Triana, denominada Campo de Marte, a imitación al de
Paris, y después Plaza de Armas o Campo del Ejercito, porque en ella realizaban
maniobras e instrucción las tropas de la guarnición sevillana.
Fueron
ejecutados por fusilamiento al final de este Campo de Marte, cerca de la Puerta
de Triana, donde actualmente se dispone la calle Julio Cesar, y algunas balas
de rebote incidieron en un grupo de jóvenes espectadores, provocando la muerte
de dos de ellos.
El alcalde Juan
José García de Vinuesa acompañado por dos alguaciles municipales intentó sin éxito
evitar la ejecución hasta el último momento y ante su impotencia se sentó en un
sillar de piedra que encontró delante del cuartel de San Laureano para llorar
por la muerte de los jóvenes sevillanos. Ese sillar, desde entonces, pasó a ser
conocida como “la piedra llorosa”.
Esta piedra se sitúa al final de la Calle San
Laureano, al comienzo de la calle Liñán, llegando al cruce con las calles
Marqués de Paradas y Torneo, al final del muro de san Laureano, antiguo
convento y noviciado que después ser utilizado como cuartel, almacén, cine de
verano y sala de fiestas, actualmente es un grupo de viviendas.
García de
Vinuesa murió en 1865 durante la epidemia de cólera que afectó
a la ciudad, mientras visitaba a personas afectadas por la enfermedad. Por
acuerdo municipal la “Calle del Mar”, donde vivía García de Vinuesa, pasó a
tener el nombre del fallecido Alcalde.
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