RUTAS POR SEVILLA: Santos y Santas
Santa Paula.
La vida
de Santa Paula nos es conocida principalmente gracias a
los escritos de San Jerónimo,
en especial a la Carta CVIII, aunque también se la menciona en otras epístolas (XXII, XXX, XXXI,
XXXIII, XXXVIII, XXXIX, LXVI y CVII).
Paula nació en Roma el 5 de mayo del año 347, en el seno de una de las familias más
distinguidas y ricas de la ciudad. Sus padres, Rogatus y Blaesilla, eran cristianos y pertenecían a la
nobleza senatorial, descendientes de los Gracos
y de los Escipiones, célebres conquistadores de Hispania. Como recuerda San Jerónimo,
Paula llevó en su juventud una vida de lujo y ostentación: vestía sedas finas y
recorría la ciudad acompañada de esclavos eunucos, signo de su alto rango
social.
A los 15 años fue
dada en matrimonio al noble patricio Julio Toxocio, convertido al cristianismo. De esta unión
nacieron cinco hijos: Blesila, Paulina,
Eustoquia, Rufina y Toxocio.
Se hija Blesila pronto se quedó viuda y murió en 384. Paulina
se casó con el senador san Pamaquio. Eustoquia quedó soltera y acompañó a
su madre a Oriente donde murió en 419. Rufina murió en 386. Su hijo, Toxocio,
bautizado en 385, se casó en 389 con Leta, hija del sacerdote pagano Albino. De
este matrimonio nació Paula la Menor, quien en 404 se reunió con Eustoquia
en Tierra Santa y en 420 cerró los ojos de san Jerónimo.
A los 32 años, tras la muerte de su
esposo, Paula se dedicó al cuidado y educación de sus hijos. Su duelo fue
acompañado y consolado por Santa Marcela,
una piadosa viuda romana que reunía en su palacio del Aventino a mujeres
consagradas a la oración y la caridad. Paula se unió con entusiasmo a este
grupo, adoptando un estilo de vida austero y espiritual.
En 382, conoció a San Jerónimo, que había llegado
a Roma como secretario del papa Dámaso, acompañado por San Epifanio y el obispo
Paulino de Antioquía. Tras la muerte del pontífice, Jerónimo decidió regresar a
Oriente, estableciéndose en Belén en el
año 386, donde emprendió su célebre traducción de la Biblia al latín, la Vulgata.
Ese
mismo año, Paula emprendió una peregrinación por Tierra Santa, visitando con
devoción los lugares santos, y más tarde viajó a Egipto para aprender de los anacoretas y cenobitas. Finalmente, fijó su residencia en Belén,
junto a San Jerónimo y su hija Eustoquia. Con sus bienes fundó allí un hospital
y dos monasterios
(uno masculino y otro femenino, este último bajo su dirección).
La vida en el
monasterio femenino era de gran austeridad: las religiosas vestían hábito
sencillo, practicaban ayunos frecuentes, compartían el mismo régimen de oración
y trabajo, y además se dedicaban a labores útiles tanto para la comunidad como
para los necesitados.
Paula, formada
en el griego
desde niña, llegó a aprender también hebreo durante su estancia en Palestina. Junto con
su hija Eustoquia, colaboró activamente con San Jerónimo en sus trabajos de
traducción y exégesis bíblica.
Murió en Belén el 26 de enero del año 404,
a los 56 años, tras haber perdido la
vista. Fue sepultada en la gruta de la Natividad
de Belen, aunque, debido a los saqueos posteriores, solo queda hoy su sepulcro
vacío. Su generosidad en obras de caridad hizo que dejara numerosas deudas, que
heredó su hija Eustoquia. Esta continuó la obra junto a Jerónimo y fue sucedida
en el gobierno de los monasterios por su sobrina Paula la Menor, nieta de Paula
al ser hija de Toxocio.
Santa Paula es
considerada precursora del ideal monástico de “ora et labora”
que luego desarrollaría San Benito, aunque bajo una austeridad aún más rigurosa
que la de la Regla benedictina. Es venerada como copatrona de
la Orden de San Jerónimo y patrona de las viudas.
Santa Paula fue canonizada en la época anterior, antes del establecimiento del proceso formal de
canonización de la Iglesia Católica, es decir, fue canonizada "pre-congregación". Esto
significa que su culto y reconocimiento como santa se establecieron a través de
la tradición y la devoción popular a lo largo del tiempo, no a través de un
proceso formal de canonización. Su festividad se celebra el 26 de enero,
según el santoral católico.
Museos
Representa la
histórica escena del embarco de Santa Paula en el puerto de Ostia,
despidiéndose de sus hijos antes de partir hacia Antioquía, donde vivirá una vida
eremítica bajo la guía de San Jerónimo. Esta obra maestra fue un encargo
personal del rey Felipe IV para adornar el Palacio del Buen Retiro de Madrid. La figura de
Santa Paula se muestra en un tamaño pequeño, lo que enfatiza la grandeza del
entorno.
San Jerónimo y Santa Paula fundan conventos en Belén. Espinal, Juan de.
1775.Óleo sobre lienzo. 169,50 x 316 cm. Museo de Bellas Artes. Procede del
Monasterio de san Jerónimo de Buenavista
Santa Paula y San Jerónimo aparecen en
los extremos de la composición rodeados de monjas y religiosos, para aprovechar
el formato horizontal de la obra y presentarnos de fondo un dilatado paisaje
urbano. En esta obra, Juan de Espinal los representa a llegando a la ciudad
palestina de Belén para
fundar conventos. Ambos religiosos se instalan así en la ciudad de Belén, donde fundan varios conventos que serán la base
de la orden jerónima, dedicada a la lectura de las Sagradas Escrituras y el
cultivo del silencio y la soledad.
Convento-Iglesia
de Santa Paula
Fachada exterior
Presidiendo el Altar Mayor
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