ALGUNAS LEYENDAS DE SEVILLA
La Alameda de Hércules y el rey Leovigildo
La historia de la Alameda se remonta
al tiempo en el que un brazo del Guadalquivir
atravesaba de norte a sur el centro de la ciudad, comenzando su entrada por la zona de la
Alameda y terminando en la zona de la Catedral.
La zona de la Alameda se encontraba aún muy lejos del núcleo habitado.
El lugar formaba parte del cauce del río que cruzaba de norte a sur lo que actualmente es el centro histórico de la ciudad.
Donde hoy están la Alfalfa y la Cuesta del Rosario, se encontraría el límite
norte de la ciudad original hasta inicios de nuestra era.
Primer asentamiento de la ciudad
Según una bonita leyenda no documentada, la historia de la Alameda comenzó, en 584 al ser designado para reinar el rey Leovigildo.
Al año siguiente (585) su hijo Hermenegildo se convirtió al catolicismo (frente
al arrianismo de reyes anteriores) y se
autoproclamó rey en la ciudad, sublevándose contra su padre.
Leovigildo hizo cambiar el curso del Guadalquivir, cortando el paso de agua al brazo menor del río, que circulaba por la actual Alameda de Hércules, obstaculizando su paso para provocar la sequía a los habitantes de la ciudad.
De esta forma quedaría la Alameda como una laguna, de agua estancada, junto a las primitivas murallas de origen romano.
Esta laguna, quedaría intramuros, al ampliarse la muralla en época almorávide (siglo
XI).
En la obra, representado, Leovigildo (muere en Toledo en el 586), rey de los visigodos del reino arriano de Toledo (573-586). Sucedió a Liuva I y precedió a Recaredo. El cuadro forma parte de la Serie cronológica de los reyes de España, un proyecto museístico ideado en 1847 por José de Madrazo para adornar cuatro de las nuevas salas del Real Museo de Pinturas, entonces bajo su dirección.
En pleno enfrentamiento entre los partidarios de Isabel II y los carlistas (que negaban el derecho de la soberana a ocupar el trono por su condición de mujer), esta avaló la iniciativa de realizar y exponer una galería de retratos que representara, por orden cronológico, a todos los monarcas que la precedieron.
Para llenar la laguna de
los reyes medievales, de los que no había imágenes en las Colecciones Reales,
se encargaron retratos imaginarios a algunos pintores jóvenes.
En esta obra se representa la historia del rey visigodo, hijo de Leovigildo, que fue proclamado gobernador de Sevilla por su padre y condenado por el mismo cuando supo que su hijo se había convertido al catolicismo. Lo encerró en la cárcel y al no conseguir que su propio hijo abjurara de su fe, ordenó decapitarle. Allí donde esto sucedió se levantó la iglesia sevillana que lleva su nombre.
Me gustan estas historias.
ResponderEliminarHoy 13 de Marzo a un mes del día de San Hermegildo que se celebra el 13 de Abril.
Conocía en parte esta leyenda. Ahora la conozco mejor. Sevilla es un compendio de leyendas, a cada cual más sorprendente.
ResponderEliminarGracias por el artículo
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