RUTAS POR SEVILLA: Ruta Artística. Escritores
Fernán Caballero.
Fernán
Caballero. Espejo, Estanislao. 1877. Universidad de Sevilla. Copia del retrato
de Federico Madrazo de 1858, actualmente en paradero desconocido.
Fernán Caballero es el nombre literario
tras el que se ocultó Cecilia Francisca Josefa Böhl und Lütkens y Ruiz de
Larrea, una de las figuras más representativas del Romanticismo español.
Hija del cónsul
alemán Juan Nicolás Böhl und Lütkens (más tarde Böhl de Faber) y de Francisca
Javiera Ruiz de Larrea y Aheran Moloney, conocida familiarmente como Doña
Frasquita Larrea, nació el 25 de diciembre de 1796 en la localidad suiza de
Morges, durante un viaje de sus padres rumbo a Hamburgo. Allí pasó sus primeros
meses de vida antes de que la familia regresara a Cádiz en 1797. En la ciudad
andaluza nacieron sus tres hermanos: Aurora, Juan Jacobo y Ángela.
Creció durante siete años en un hogar
culto, impregnado por la sensibilidad del Romanticismo alemán, corriente a la
que su padre era especialmente afín. La muerte de su tío Amadeo y la
inestabilidad que provocaron las guerras napoleónicas llevaron a los Böhl de
Faber a emprender en 1805 un nuevo viaje a Alemania con Cecilia y su hermano
Juan Jacobo, quedando las hermanas menores al cuidado de la abuela materna. En
1806, el padrastro de su padre, Martin Jak. Faber, le dio su apellido mediante
adopción, que desde entonces llevó también la autora.
Durante casi una década residió en
Hamburgo y recibió una formación muy cuidada en un pensionado dirigido por una
institutriz francesa, donde adquirió una educación marcada por un catolicismo
riguroso y de corte tradicional.
Cecilia Francisca Josefa Böhl de Faber y Ruiz de Larrea
El regreso de Fernando VII al trono en
1814 propició la vuelta de la familia a Cádiz. Dos años después, el 30 de marzo
de 1816, Cecilia contrajo matrimonio con el capitán de infantería Antonio
Planells y Bardají. La pareja se trasladó a Puerto Rico por destino militar,
pero la muerte prematura de su esposo en 1817 la dejó viuda muy joven. Tras una
temporada acogida en casa del Capitán General de la isla, pudo regresar a
España en junio de 1818.
Poco después volvió a instalarse en
Hamburgo junto a su abuela, hasta que finalmente regresó a la bahía de Cádiz
para establecerse en El Puerto de Santa María. En 1822 contrajo un segundo
matrimonio con Francisco de Paula Ruiz del Arco, marqués de Arco Hermoso y
miembro de una familia sevillana de gran influencia. Desde entonces fijó su
residencia habitual en Sevilla, alternando estancias con la finca familiar de
Dos Hermanas, conocida como La Palma, donde se sintió profundamente atraída por
las tradiciones populares andaluzas, que comenzó a recoger con afán.
La muerte de su segundo esposo en 1835
volvió a dejarla viuda. Durante una estancia en Londres, en 1836, vivió un
romance apasionado con el aristócrata inglés Federico Cuthbert, experiencia que
más tarde reflejaría en su novela “Clemencia”.
El 17 de agosto de 1837 contrajo su
tercer matrimonio, esta vez con Antonio Arrom de Ayala, un abogado rondeño
veinte años más joven, unión que dio lugar a numerosos comentarios. En los años
siguientes, y hasta que Arrom de Ayala fue nombrado cónsul en Sídney en 1854,
Cecilia se dedicó intensamente a la escritura. Gracias al apoyo de José Joaquín
de Mora, publicó algunas de sus obras fundamentales, entre ellas “La familia de
Alvareda” y “La gaviota”, firmadas como Fernán Caballero para preservar su
intimidad y evitar las connotaciones de su apellido extranjero.
La enfermedad de su esposo y la precariedad económica
que atravesaron desembocaron en el suicidio de Arrom de Ayala en 1859, lo que
sumió a la autora en una situación de pobreza. Los duques de Montpensier y la
reina Isabel II la protegieron, proporcionándole una vivienda en el Patio de
Banderas del Alcázar de Sevilla. La revolución de 1868, sin embargo, obligó a
subastar las casas y la escritora hubo de trasladarse a la calle que hoy lleva
su nombre (ver).
Calle Fernán Caballero
Fernán Caballero numero 14
Duques de
Montpensier dedican este. En esta casa falleció frenan Caballero 1877
Desde entonces llevó una vida retirada, dedicada a sus
amistades y al trabajo intelectual. Postrada en cama por enfermedad, siguió con
preocupación los acontecimientos del Sexenio Democrático y acogió con alivio la
restauración borbónica en la persona de Alfonso XII.
Cecilia Böhl de Faber falleció en Sevilla el 7 de
abril de 1877, a los ochenta y un años, a causa de una disentería.
Tumba de
Cecilia Bölh de Faber. Panteón de Sevillanos Ilustres
Su obra literaria, especialmente centrada en los cuadros de costumbres, ejerció una influencia decisiva en la narrativa española. Está considerada como una de las figuras que impulsaron la renovación de la novela en el siglo XIX, devolviéndole la vitalidad que había perdido desde la Edad de Oro.




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