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Casa-Palacio de los condes de casa Galindo.
Historia
En el numero 48 de la calle Alfonso XII, se sitúa la casa palacio
de los condes de Casa Galindo, conocida anteriormente como Casa de Andueza. La fecha de 1842 que
figura en su cancela podría no corresponder a la construcción inicial, atribuida
al maestro de obras Alonso Moreno por encargo de Vicente Torres Andueza. Moreno
proyectó una residencia señorial que mantiene la tradición arquitectónica
sevillana, incorporando a la vez elementos propios del gusto y las necesidades
del siglo XIX.
El palacio
adoptó su nombre actual tras su adquisición por Andrés Lasso de la Vega y
Quintanilla, conde de Casa Galindo, quien compró el inmueble a sus primeros
propietarios. Este personaje tuvo también residencia en el lugar donde hoy se
ubica el Hotel Bécquer, en la calle Reyes Católicos.
En 1978
se acometió una importante reforma que, aunque respetó buena parte de la zona
más antigua del edificio, declarado Bien de Interés Cultural en 1968, implicó
cambios profundos para adaptarlo a su nuevo uso residencial. Los amplios
salones fueron divididos para crear viviendas, el jardín posterior desapareció
para permitir la construcción de un volumen destinado a más apartamentos y la
antigua azotea dio paso a un ático con buhardillas. El arquitecto Rafael Manzano
dirigió este proyecto desde un enfoque historicista, procurando una integración
visual con la arquitectura original.
La década de 1970 estuvo marcada por un litigio entre la Casa de Osuna y los herederos de Casa Galindo. Un matrimonio entre ambas familias había convertido el palacio en residencia oficial de la duquesa de Osuna en Sevilla, y en ese contexto el inmueble fue protegido junto con su contenido. Tras la muerte del duque, la familia Lasso de la Vega reclamó la propiedad y la duquesa se trasladó a otra vivienda llevando consigo su patrimonio.
En aquellos años se planteó incluso
instalar aquí una subsede del Museo de Bellas Artes para ampliar la colección
sin alejarse de la sede principal, ubicada en la misma plaza. La propuesta no llegó
a materializarse, perdiéndose la oportunidad de articular en ese entorno un
gran conjunto museístico.
Edificio
El inmueble,
con fachada a la plaza del Museo, es un buen ejemplo del neoclasicismo
sevillano. La fachada original, de dos plantas, se remataba con un frontón
triangular que destaca la puerta principal. Esta portada se integra en el
paramento mediante dos columnas toscanas sobre pedestal que preceden a un
amplio zaguán. Sobre la entrada se abre un balcón flanqueado por pilastras jónicas
que parecen sostener el frontón triangular superior, un recurso sencillo y
característico del lenguaje neoclásico que recurre a motivos grecorromanos para
enfatizar los ejes principales del edificio. La tercera planta, con sus
buhardillas, fue añadida durante la intervención de Manzano a partir de 1978.
Casa
palacio de los condes de Casa Galindo
Una de las
innovaciones propias de la arquitectura doméstica decimonónica en Sevilla fue
la desaparición de los accesos en recodo. En grandes casas como Pilatos, Dueñas
o Pinelo, el patio no se encuentra alineado con la portada, obligando a
recorrer pasillos angulares. A partir del siglo XVIII comenzó a imponerse un
eje visual más directo, que enlazaba la puerta con el patio principal. La
escalera, tradicionalmente situada en un extremo, pasó a colocarse en un
lateral del patio, aumentando así su presencia. Esta distribución es la que
adopta también la casa de Casa Galindo.
Desde la
portada se accede a un zaguán que comunica con el patio a través de una cancela
de inspiración francesa, famosa por su diseño delicado y por permitir el paso
de la luz sin ocultar la vista del interior. Dos ventanales con rejería que
reproduce ese mismo motivo la acompañan.
Zaguán
Detalle de la cancela y ventanales
La escalera ocupa
un lugar destacado en el patio, extendiéndose a lo largo de uno de sus
laterales. Se adorna con mármoles de distintos tonos, sustituyendo al azulejo
de cuerda seca que sí aparece en los zócalos del patio. La caja de escaleras se
cubre con una bóveda sencilla, alternativa más económica que las tradicionales
armaduras de madera.
Escalera
Detalle de las columnas pareadas de la escalera
Alrededor del
patio se disponen triples arquerías de medio punto, y una estancia intermedia
conduce al antiguo jardín posterior
El patio
sevillano, concebido como un espacio abierto que regula la luz y la temperatura
del conjunto, actúa como corazón de la vivienda. En él se combinan plantas,
flores, fuentes, elementos escultóricos, medallones y pinturas, ornamentos que
no estuvieron permitidos durante la etapa islámica, cuando se imponía una mayor
austeridad decorativa.
Detalles del patio
Detalles del patio con la fuente en el centro

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