AREA MUSEO
Calle Arjona.
De plaza de la Legión a la confluencia de
Reyes Católicos, paseo de Cristóbal Colón y Puente de Triana. Por la derecha de Arjona confluyen Benidorm y
Torremolinos, y por la izquierda Luis de Vargas, Marqués del Duero, Sánchez
Barcazalegui, Albuera y Segura.
La calle se configuró en la década de
1860 en una amplia zona extramuros llamada Ribera desde la Edad Media y situada
entre las puertas de Triana y Real. A lo largo del s. XIX ese lugar era
conocido con diferentes nombres.
En la citada década todo este sector
contiguo a la recién creada estación del ferrocarril pasó a designarse como
plaza del Asistente Arjona, en homenaje a José Manuel de Arjona (1781- 1850) (ver), responsable de la política sevillana en la primera mitad
del XIX e impulsor de importantes reformas y mejoras urbanísticas de la ciudad.
En 1868, tras la revolución liberal, se
rotuló toda esta zona como plaza de los Mártires de la Libertad, “en memoria de
los héroes inmolados en este sitio por su amor a la Patria'" (Secc. 10,
Cabildo 2-X- 1868), pues allí tenían lugar las ejecuciones de los reos
condenados a muerte.
Finalmente, en 1880, una vez trazada la
nueva calle, se le asignó en exclusiva el primitivo nombre de Arjona.
La formación de este espacio está en
relación con el desarrollo urbanístico de todo este terreno extramuros, que
adquiere especial valor a raíz de la llegada del ferrocarril y que propicia una
política de ensanches y edificaciones recogida en el proyecto del arquitecto
Balbino Marrón (ver) de 1859. En ese
contexto, la actual Arjona se plantea en 1862 como un "cómodo arrecife que
alinease la plaza de Arjona (actual plaza de la Legión), continúe por delante
de la fábrica de los señores Portilla y empalme con la entrada de los Reyes
Católicos” (Sec. 10, 14-IX-1862). La obra, sin embargo, no se ejecuta hasta la
década de 1870, según un proyecto de 1875.
Por ser una calle de nueva creación,
tiene un trazado rectilíneo y considerable anchura, pues fue ideada como
arrecife o paseo que discurría arbolado a lo largo del río. En su acera
izquierda, hacia su final, presenta un amplio ensanche a modo de plazoleta
terriza y arbolada, y en la derecha un espacio privado que se abre a la
dársena.
Todo su caserío es posterior a la
década de los 50 del XX y resultado de la sustitución de viejos edificios
fabriles, naves y almacenes, por bloques de viviendas de siete y ocho
plantas.
Por su interés arquitectónico destacan:
los restos del antiguo almacén real de maderas, la estructura metálica de la
antigua lonja de pescado del Barranco, construida según un proyecto de 1876,
rehabilitada recientemente y hoy destinada a actividades recreativas.
El Barranco
En el s. XIX el Barranco era en los
días navideños “feria de peros, castañas, nueces, turrones, cañas dulces y
demás golosinas que alegran las Pascuas, amén de mercado de zambombas y
panderetas con que se acompañan las canciones de la Noche Buena” (Luis Montoto,
En aquel tiempo).
También hay que mencionar el pabellón
de estilo historicista de la Asociación Sevillana de Caridad, en la esquina con
Reyes Católicos, construido en 1914 por Aníbal González y reformado en 1921 por
Aurelio Gómez Millán (ver).
Asociación Sevillana de Caridad
Asociación Sevillana de Caridad
En cuanto a sus funciones, Arjona ha
ido sufriendo a lo largo del tiempo importantes cambios. Hasta la década de los
50 del XX fue un espacio de escasa significación residencial, sólo ocupado por
edificios fabriles. Constituía una de las primeras concentraciones fabriles de
la ciudad. Allí se situaba ya a mediados del XIX la fábrica de gas de Juan
Lacave, luego convertida en Catalana de Gas. También la fundición de hierro de
Portilla. Más tarde las instalaciones de la Sevillana de Electricidad, cámaras frigoríficas,
etc.
En los últimos años se ha acentuado su
función residencial, compatible, sin embargo, con un intenso comercio subsidiario
y gran número de restaurantes y bares que colocan sus veladores en sus amplias
aceras.
La proximidad de la estación de plaza de Armas generó gran movimiento de personas. También la de autobuses de Damas, ubicada en los bajos del antiguo almacén del rey. En sus inmediaciones la calle se ensancha en la mencionada plazoleta, con puestos de bebidas y de prensa y un viejo quiosco de cristales de gran sabor, situado junto al lugar de donde partían los autobuses del Aljarafe, antigua parada de la línea de tranvías de la Pañoleta. (Diccionario Histórico de las Calles de Sevilla).
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