ALGUNOS PERSONAJES HISTÓRICOS EN LAS CALLES DE SEVILLA
Duque de Veragua
Cristóbal Colón de la Cerda y Gante, XIV duque de Veragua, nació en Madrid el 8 de junio de 1837. Estudió Jurisprudencia en la Universidad Central de Madrid y destacó por su gran actividad política, siendo ministro de Fomento durante la regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena y ministro de Marina durante ese mismo periodo y durante el reinado de Alfonso XIII.
Fue nombrado Caballero de la Orden del Toisón de Oro y Consejero de Estado.
En 1878, como Grande de España fue designado Senador y ocupó este cargo hasta su muerte, en Madrid, el 30 de octubre de 1910.
También, destacó por su actividad como ganadero, con la cría de caballos hispano-árabes, de amplio reconocimiento, aunque se centró en la de toros bravos, continuando la labor que iniciara su padre, Pedro Colón de Larreátegui Ramírez de Baquedano, a partir de la muerte de éste en 1866.
Bajo la dirección de Cristóbal Colón de la
Cerda, la ganadería Veragua conoció su máximo esplendor, muy apreciada entre el
público y diestros por su comportamiento en el ruedo y por su estampa, además
de ser la más numerosa de las de la época, con más de un millar de vacas de
vientre.
Una de sus grandes labores, fue su aportación
al traslado de los restos mortales del descubridor, desde la Habana (una vez que Cuba se independizó de España) para establecerlos
en la Catedral de Sevilla.
El periódico “London News” relató en 1898
la salida de los restos de Colón de Cuba a España
Distintas localidades españolas manifestaron su deseo de constituirse en depositarias definitivas de los restos del descubridor, tales como Granada, Córdoba, La Rábida (Huelva) y San Fernando (Cádiz), pero se decidió que fuera la catedral de Sevilla, con espacio suficiente para albergar asimismo el mausoleo realizado por el escultor valenciano Arturo Mélida, que también sería trasladado desde La Habana.
Este mausoleo presenta los cuatro heraldos que representaban los cuatro reinos españoles (Castilla, León,
Aragón y Navarra) y una inscripción que pone “Aquí yacen los huesos de Cristóbal Colón, primer Almirante y descubridor
del Nuevo Mundo R.I.P.A”.
Tumba de Cristóbal Colón
Los restos mortales llegaron al muelle del Guadalquivir
de Sevilla el 19 de enero de 1899, recibiendo el duque la urna que fue
acompañada en comitiva hasta la cripta de los Arzobispos de la catedral, lugar
en el que descansaron hasta que, el 17 de noviembre de 1902, el duque de
Veragua presenció el nuevo traslado al mausoleo de Arturo Mélida, para entonces
ya instalado en el lado derecho de la nave del crucero, cercano a la puerta de
San Cristóbal.
Su cadáver reposó en el Convento de San Francisco de
Valladolid hasta que su hijo trasladó el cuerpo al monasterio de la Cartuja de Sevilla, ya que su padre tenía un
vínculo especial con la ciudad.
Posteriormente, sus restos se trasladaron a Santo Domingo, la capital de la República
Dominicana, por petición expresa de Doña María de Toledo, viuda del hijo de
Colón y benefactora de la catedral de Santo Domingo, y en 1975 se trasladó a
La Habana (Cuba).
Sin embargo, la historia de los restos de Colón, presenta grandes dudas, ya que algunas teorías que sostienen que Colón nunca abandonó el monasterio de la Cartuja y otras que afirman que sus restos aún permanecen en Santo Domingo.
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