ALGUNOS PERSONAJES HISTÓRICOS EN LAS CALLES DE SEVILLA
Francisco Pacheco y Núñez de Prado.
Nació en Utrera
(Sevilla) en el seno de una familia de la nobleza local, del
matrimonio formado por Álvaro Pacheco y Aragón, caballero maestrante y
propietario de tierras, y Soledad Núñez de Prado y Góngora de Armenta.
Fue heredero por partida doble de sus tíos paterno y materno, que murieron sin hijos.
Por
ello, heredo el título de marqués de Gandul, fue el mayor terrateniente del
termino municipal de Alcalá de Guadaira y se hizo cargo de la ganadería Núñez
de Prado, de notable importancia en el mundo de la tauromaquia por pertenecer a
la casta Vistahermosa, considerada ésta una de las castas fundacionales del
toro de lidia.
Era caballero de la Real Maestranza, ocupando el cargo de Secretario, y promovió la construcción de una escuela en el barrio de la Macarena, Los Altos Colegios (ver), con motivo de la Celebración del IV Centenario del Descubrimiento de América, cuya primera piedra se colocó en 1892 con la asistencia de Alfonso XIII niño y la reina regente María Cristina y que fue financiada totalmente por dicha Real Maestranza.
Por
ello, el Ayuntamiento le dedicó una de las calles adyacentes al colegio.
En 1901 se presentó a la alcaldía de
Sevilla por el partido Liberal-Conservador. No llegó a ocupar la alcaldía,
aunque fue concejal durante varios años. Como representante del Ayuntamiento en la junta municipal de
educación de primera enseñanza, se encargó de la organización de las llamadas
Colonias Escolares de Sevilla, para proporcionar la asistencia a la playa de
niños de familias humildes.
También promovió la
creación del aula de música de las Escuelas de la Macarena, de donde nació la
banda de música donde se inició, siendo niño, el famoso director de banda
sevillano Manuel Pérez Tejera, el maestro Tejera (ver).
Patrocinó y participó en la fundación de la Hermandad de Santa
Cruz y fue el primer hermano mayor, cargo que ocupó hasta su muerte.
Junto a otras
destacadas figuras de la vida cultural, económica y política de la ciudad
promovió la celebración de una Exposición Internacional de cara al mundo
iberoamericano, germen de lo que sería la Exposición Iberoamericana de Sevilla
de 1929.
Estuvo casado con doña María Dolores Rubio y Góngora de Armenta con la que tuvo ocho hijos. Murió en su finca de Gandul el 19 de septiembre de 1911.
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