AREA DE SAN LORENZO
Hermandad de la Soledad de san Lorenzo.
Esta Hermandad tuvo su origen a mediados del siglo
XVI, con sede en el convento de santo Domingo de Silos (sobre
el que posteriormente se edificó la iglesia de san Benito), extramuros de la ciudad. Sus primeras
reglas penitenciales están datadas en 1557.
Pocos años después, tras pasar por los templos de Santiago de la Espada
(1.561-1.568) (donde construyó una
capilla a su costa) y el Hospital del Amor de Dios (1.569), se
estableció en la Casa del Carmen Calzado de Sevilla, en cuyo compás construyó unas capillas propias en 1584, y en
la cual permaneció desde 1.575 hasta 1.810.
Estas capillas poseían tres retablos y uno de ellos
tenía doce escalones que los fieles los subían de rodillas, rezando Ave Marías
para conseguir indulgencias, como en la Santa Escala de Roma.
Durante mucho tiempo, sobre todo en los tiempos en el
Convento del Carmen, pertenecieron a ella muchos nobles y miembros de la Real
Maestranza de Caballería, de la nobleza y
del estamento aristocrático de la ciudad.
Desgraciadamente, llegaron los franceses, que utilizaron la capilla como
establo y caballeriza, destruyéndola por entero, incluido el retablo barroco
que tallara Bernardo Simón de Pineda en 1.682.
Afortunadamente, de forma previsora, se escondió tanto la imagen de la
Virgen como los objetos de plata y las joyas. Tanto la talla de la Virgen como
su tesoro residieron un tiempo en casas particulares hasta pasar a la
desaparecida iglesia de san Miguel (con un lamentable caso de apropiación
indebida a cargo de un clérigo de por medio) que, en 1.868, fue derribada
durante la revolución La Gloriosa.
La Virgen volvió a emprender nuevo camino y se aposentó, esta vez ya
definitivamente en la iglesia de san Lorenzo.
PASO PROCESIONAL
Se basa en el Pasaje Bíblico de San Juan (Jn 19, 25): “Estaba junto a la
cruz de Jesus su madre…”
La Soledad de María es el último de los Siete Dolores de la Virgen María.
Su Representación y su tradición se remonta a los peregrinos a Tierra Santa y
las visitas que se hacía a una capilla dedicada a la Virgen María, conocida
bajo el nombre de “Estación de María”, que estaba situada frente al Calvario,
construida en el siglo 1 d.C., levantada en el presunto lugar donde vivió la
madre de Dios, desde la muerte de Jesús hasta su resurrección.
El paso en el que procesional la Virgen de la Soledad es una obra
concebida por el pintor Santiago Martínez Martín y plasmada por Francisco Ruiz
Rodríguez “Curro el dorador”. Se estrenó el Viernes Santo de 1951.
Intervinieron los artistas Francisco Carrero y Francisco Rivette
en la talla, Francisco Bailac en la carpintería, Manuel Vergara Herrera en la
Imaginería y Manuel Calvo Camacho en el dorado
Se compone de respiraderos con cuatro maniguetas, canasto y peana,
con la presencia de una trama de azucenas estofadas en blanco, símbolo de la
pureza de María, y uno de los signos identificativos de estas andas.
En el frontal del canasto figura una capilla principal, rematada
con el escudo corporativo, en la que se sitúa una imagen de la Asunción del
siglo XVIII con aureola de doce estrellas engarzadas de brillantes.
Debajo, en los respiraderos, se encuentra un alto relieve con la
cabeza de San Juan Evangelista.
En el costero izquierdo figura el Evangelista San Lucas.
San Luca
En la
capilla del respiradero María Jacobi, y a sus lados se sitúan los bustos de los
profetas Jeremías e Isaías.
María Jacovi
Isaías
En la trasera el Evangelista San Mateo y debajo el busto de María Magdalena.
Por último, en el costero derecho el Evangelista San Marcos y en
el respiradero María Salomé flanqueada por los Santos Varones José de Arimatea
y Nicodemo.
En las esquinas figuran cuatro ángeles, siendo los de la delantera
una obra anónima del siglo XVII, y la pareja de la trasera una copia de los
mismos sacada de puntos por Manuel Vergara.
Además
de este programa iconográfico y las azucenas, encontramos otra característica
identificativa de esta obra, como es la de una inscripción que recorre y rodea
todo el cuerpo del paso. Realizada sobre un fondo rojizo, está tomada de
versículos y estrofas de las Sagradas Escrituras, y está dividida en capítulo,
estrofa, e himno, siendo su traducción del latín la siguiente:
Capítulo: ¿A quién
te compararé o con quién te asemejaré, hija de Jerusalén? ¿A quién te igualaré
yo para consolarte, ¿Virgen, hija de Sión? Inmenso como el mar es tu quebranto.
Estrofa: ¿A dónde se
fue tu amado? ¡Oh la más hermosa de las mujeres! ¿A dónde se marchó tu Querido,
y le buscamos contigo?
Himno: Sin
embargo, la Virgen, más intrépida que los mismos mártires, se mantiene de pie;
por un nuevo milagro, no muere, oh Madre, entre tantas causas de muerte, y
crucificada por tan atroces dolores. Reina de los Mártires ruega por nosotros.
Tú permaneciste junto a la Cruz de Jesús.
La
Imagen de la Virgen de la Soledad, se sitúa a una altura elevada en un tercer
cuerpo, que se dispone a manera de peana, llevando reproducido el escudo de la
Real Maestranza, cuyo Teniente de hermano mayor es hermano mayor honorario de
esta Hermandad. Mide el paso 3.720 centímetros de largo, por 2.560 de ancho y
5.970 desde el suelo hasta el punto más alto de la Cruz.
El
puñal fue donado por un grupo de hermanas, destacando la aportación de la pedrería
de la pulsera de pedida de Soledad Murube, esposa del escritor Joaquín Romero Murube
(ver). Es obra de Jesus Domínguez Machuca de 1996, en oro de 22 quilates en el
anverso y de 18 en el reverso, con unos 90 brillantes. El dibujo está basado en
las diademas neobarrocas de la hermandad. En el engarzado colaboró Manuel Rueda
y Dolores León, que ejecutó el sol central de marfil.
El sudario que pende de la Cruz del paso está realizado con tejido
de hilo bordado sobre malla en seda blanca, y fue estrenado el Viernes Santo de
1910. Fue restaurado en los Talleres de Fernández y Enríquez en 1995 y pasados
los bordados a nuevo tejido.
Casi medio siglo llevó este paso faldones lisos hasta que en 1999 y 2000 se estrenaron los que están bordados en oro fino y seda por Rosario Bernardino, con dibujo de José Manuel Elena Martín sobre un anteproyecto de Luis Becerra. El esquema básico es el de una greca que recoge un conjunto de símbolos marianos, y los escudos de la Hermandad en la delantera, el de la Orden Carmelita en el izquierdo, el del Beato Marcelo Spínola en el trasero y el de la Real Maestranza en el del costero derecho.
Por último, destacar que
Ricardo Suárez pintó al óleo cuatro cartelas, dos por cada faldón lateral, con
escenas de la vida de la Virgen.
Esta obra de arte fue restaurada, dorada y estofada de nuevo por Enrique Castellanos Luque, cuyos estrenos parciales se produjeron los Sábados Santos de 2005 y 2006.
Magnífico artículo, maravillosamente documentado en imágenes y descripción. Enhorabuena jefe.
ResponderEliminarExposición muy detallada. Brillante e ilustrativa. Me admira esos detalles significativos que suelen pasar desapercibidos. Los de los respiraderos, los costeros y las esquinas, sin olvidar lo de los faldones. Muy completo. Felicitaciones. Gracias amigo Andrés.
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