RUTAS POR SEVILLA: Ruta Artística
Francisco Pacheco del Río.
Calle Pachecos (ver)
Francisco Pacheco del Río, hijo de Juan Pérez y de Leonor del Río, nació en Sanlúcar de Barrameda en 1564.
Al quedar
huérfano pasó a Sevilla bajo la tutela de su tío, el canónigo de la catedral
Francisco Pacheco.
Francisco
Pacheco. Diego Velázquez. 1620. Óleo sobre lienzo. 41 x 36 cm. Museo del Prado.
Sala 010B
En Sevilla adoptó el apellido del tío y realizó su aprendizaje con el apenas conocido pintor sevillano Luis Fernández.
También influyeron en su aprendizaje artístico otros pintores manieristas andaluces como Pedro de Campaña y Luis de Vargas.
En 1585 terminada su formación, arrendó una casa en la calle de los Limones, titulándose "Maestro pintor".
Contrajo matrimonio el 17
de enero de 1594 con María Ruiz de Páramo.
Sus buenas relaciones con el clero, la aristocracia y el poder municipal le proporcionaron una amplia clientela y con la entrada del siglo xvii, Pacheco se consolidó como el primer pintor de la ciudad de Sevilla.
En 1598 fue escogido, junto a otros artistas, para
adornar el túmulo de Felipe II erigido en la catedral hispalense.
Pacheco acumuló cargos
y títulos que incrementaron su estatus social, así recibió el título gremial de
"veedor del oficio de la pintura" y el Tribunal de la Inquisición
el de "veedor de pinturas sagradas" en 1618.
También participó
activamente en la defensa de los derechos profesionales de su gremio en algunas
ocasiones contra el establecimiento de impuestos y en otras contra artistas de
otros gremios que ocupaban competencias propias de los pintores, como es el
caso del conflicto que le enfrentó con Martínez Montañés.
Reunió
en torno suyo un círculo de poetas y eruditos, en una especie de academia
neoplatónica, a la que asistían intelectuales prestigiosos de Sevilla como
Pablo de Céspedes, donde se buscaban apoyos para ennoblecer el arte de la
pintura, y son de sumo interés los retratos que realizó a lápiz de estos
prohombres hispalenses, unos 160, que pasaron por su tertulia a lo largo de 54
años, cuyo cuaderno se encuentra en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid.
En los últimos años de su vida se dedicó a redactar
un tratado artístico que tituló “Arte de la Pintura” iniciado hacia 1600,
concluido en 1638 y publicado póstumamente en 1649. En el apéndice del tercero
de los libros que lo componen, Pacheco precisa con exactitud la iconografía
con la que se han de representar en pintura los asuntos religiosos más
importantes para que reflejen de forma fiel el sentido de los textos sagrados.
Así, la representación de la crucifixión con cuatro clavos fue
decidida después de consultar con numerosos eruditos y religiosos, siendo el
poeta Francisco de Rioja (más tarde bibliotecario real) quien finalmente
convenció a Pacheco.
Tuvo como alumno a
Diego Velázquez, que contrajo matrimonio en 1618 con su hija Juana, y Alonso
Cano
Sus biógrafos
aseguran que murió a los noventa años de edad, pero no ha sido posible hasta
hoy encontrar rastro alguno del lugar donde murió ni de la iglesia en que fue
enterrado. Aunque hay estudiosos que estiman que falleció
en 1644 siendo enterrado el 27 de noviembre en la iglesia de San Miguel.
Juicio
Final. Francisco Pacheco. 1611. Óleo sobre lienzo. 338 x 235 cm. Museo Goya. Castres
Contratado en 1610 con Hernando de Palma para la sepultura que este caballero poseía en la iglesia del Convento de santa Isabel de Sevilla y fechado en 1611, el lienzo fue robado por el mariscal Soult en 1810.
El propio Pacheco se ocupó extensamente del cuadro
en El arte de la pintura, indicando que entre las muchas figuras
había incluido su autorretrato en el grupo de la derecha, donde entre una
figura entera de espaldas, “mancebo hermosísimo junto a una hermosa mujer (...)
puse mi retrato frontero hasta el cuello, pues es cierto hallarme presente este
día”.
Pintado para el refectorio del monasterio de
san Clemente el Real de Sevilla, en los objetos de bodegón sobre la mesa podría
advertirse la participación del joven Velázquez, en la que sería la primera
obra conservada de su carrera.
Museo de Bellas Artes de Sevilla
Responsorios Místicos de santa Inés. Francisco Pacheco. 1628. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala III
Aparición
de la Virgen a san Ramón Non Nato. Pacheco Francisco. Hacia 1605. Procede del Convento
de la Merced Calzada de Sevilla tras la desamortización de 1840. Museo de
Bellas Artes de Sevilla. Sala III
San
Pedro Nolasco embarca para redimir a cautivos. Pacheco, Francisco. Hacia 1605. Procede
del Convento de la Merced Calzada de Sevilla tras la desamortización de 1840.
Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala III
Santo Domingo de Guzmán. Francisco Pacheco. 1605-1610. Procede del Convento de Monjas de Pasión de Sevilla, tras la desamortización de 1869. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala III.
Retrato
de Miguel Jerónimo y su hijo. Pacheco, Francisco. 1612. Convento del Santo
Ángel Custodio de Sevilla. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala IV
Retrato
de la esposa de Miguel Jerónimo y su hija. Pacheco, Francisco. 1612. Convento
del Santo Ángel Custodio de Sevilla. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala IV
Museo del Prado de Madrid.
Estas obras formaba parte del retablo de doña Francisca de León en la
iglesia del convento sevillano del Santo Ángel, que el pintor contrató en 1605.
Ingresaron en el Museo del Prado en 1829, cedidos por el deán López Cepero, que los había
adquirido en 1804.
Durante la invasión
francesa, el cuadro fue sacado de Sevilla en 1810 y enviado a Francia, donde
estuvo en diversas manos hasta su redescubrimiento y adquisición por el Museo
Goya de Castres en 1996.
El dibujo está
formado por al menos veintitrés fragmentos de papel unidos entre sí por el
dorso mediante pequeñas tiras, y a su vez todo el conjunto está adherido a un
segundo soporte de papel fuerte.
El borde
inferior presenta gran deterioro con la pérdida de parte de las extremidades de
las figuras en primer plano, y en el ángulo derecho, donde falta la imagen del
demonio que atemoriza a los condenados.
El dibujo pudo ser reutilizado como modelo por el propio artista o por sus seguidores, pasando de taller en taller y de mano en mano.
Sacristía de los Cálices de la catedral de Sevilla
Francisco Pacheco pintó a Miguel del Cid al pie de una Inmaculada, con las coplas en la mano. Este cuadro, fechado en 1620, está expuesto en la Sacristía de los Cálices de la Catedral.
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