ALGUNOS PERSONAJES HISTÓRICOS EN LAS CALLES DE SEVILLA
Cristóbal Suarez Ribera.
Cristóbal Suárez de Ribera (1550-1618) fue un ilustre
presbítero y patrono artístico que profesó durante toda su vida una gran
devoción a san Hermenegildo. Fue
promotor de la fundación de una hermandad dedicada a este santo, que en un
principio estuvo ubicada en la iglesia de san Julián.
Gracias a su intercesión se construye una capilla de nueva
planta dedicada al Santo, junto a la Puerta de Córdoba, en el lugar donde
estuvo apresado san
Hermenegildo.
La nueva iglesia, de una sola nave estaba presidida por la imagen del
santo realizada, atribuida a Martínez Montañés.
Esta obra corresponde a la etapa juvenil sevillana del
pintor cuando se encontraba en el taller de su maestro y suegro Francisco
Pacheco. El retrato data de 1620, y el retratado había fallecido dos años
antes, a los sesenta y ocho años de edad. Se trata, pues de una efigie póstuma,
probablemente basada en alguna imagen realizada en vida, lo que explica dos de
las características del cuadro: por una parte la escasa vivacidad de los rasgos
del modelo, tanto más acusada cuanto que por esas fechas Velázquez estaba dando
muestras de su maestría retratística. Por otra, la edad que aparenta, bastante
inferior a la que tenía en el momento de su muerte.
Este cuadro fue realizado para colocarse sobre el sepulcro
de Suárez de Ribera que, como patrono y fundador de la iglesia iba situado junto al
presbiterio. El modelo aparece arrodillado en actitud orante, viste ropas
clericales, mira al espectador y señala con la mano derecha hacia el altar,
donde se encontraba la escultura del santo titular, invitando con el gesto de
su mano y su mirada a que el espectador dirija su atención al santo.
Sobre él aparece el emblema de la hermandad: una corona real entre la que se ve la palma del martirio, el hacha que lo decapitó y una cruz con una corona de rosas. En la derecha del cuadro, uno de los más tempranos paisajes de uno de los pintores que renovó ese género en la pintura de su tiempo. Un esquemático paisaje de cedros y cipreses tal vez como alusión a la idea de la muerte y la resurrección.
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