RUTAS POR SEVILLA: Santos y Santas Mártires
San Gil Abad.
San Egidio o san Gil (advocación de la iglesia de
san Gil) nació en Atenas en el siglo VII, en el seno de una familia noble, a la
muerte de sus progenitores vendió todos sus bienes y repartió lo recaudado
entre los necesitados y se retiró a una isla cercana a Atenas. Posteriormente,
emigró a Arlés, Provenza, en el valle del Ródano, para ser discípulo del santo
prelado Cesaréo, obispo de Arlés y Nimes. Más tarde se retiró a un bosque
próximo a Nímes, donde se alimentaba de la leche de una cierva domesticada.
En el trascurso de una cacería, el rey Childeberto (otros autores consideran al rey Wamba) hirió a una cierva que se refugió en la cueva del santo ermitaño.
Los miembros de la comitiva real dispararon flechas al interior
de la cueva y cuando el rey penetró en la misma se encontró con el santo herido
y a la cierva echada a sus pies.
En respuesta a esta situación, Childeberto lo nombró su consejero
espiritual y le construyó un monasterio en Saint Gilles, situado entre Arlés y
Nímes, donde murió en el año 725 y enterrado en la iglesia de san Saturnino de
Toulouse.
Por ello, en su iconografía aparece vestido con túnica blanca
de benedictino, se apoya sobre el báculo abacial y lleva un libro por sus
meditaciones. A menudo lleva en el pecho clavada la flecha que hirió a la
cierva y le suele acompañar este animal. A veces, se le concede como atributo
un lirio que debe interpretarse como armas parlantes, puesto que su nombre en
italiano, Gilio, se pronunciaba como “Giglio”, que significa “Lirio”.
Sobre su vida, se refieren varias leyendas. Un monje
había puesto en duda la virginidad de María, san Gil escribió sobre la arena
tres preguntas, en relación a si María había permanecido virgen antes, durante
y después de la concepción. A manera de respuesta de la arena seca brotó
súbitamente un lirio.
También se refiere que Carlos Martel lo llamó para pedirle su intersección causa de un pecado que no se atrevía a confesar. Al día siguiente, mientras san Gil celebraba misa en presencia del rey, un ángel depositó un pergamino sobre el altar que revelaba a san Gil la falta secreta y le concedía la absolución. Los caracteres fueron borrándose a medida que pronunciaba sus oraciones. Pero san Gil murió en 725 por lo que existe un evidente anacronismo con Carlos Martel, por lo que es reemplazado por el emperador Carlomagno, que había tenido relaciones incestuosas con su hermana Audea (o Gisela).
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