martes, 7 de marzo de 2023

 AREA ALAMEDA-CALATRAVA

Casa de las Sirenas 

Como edificio relevante de la Alameda de Hércules se encuentra la Casa de las Sirenas, llamado así por las grandes estatuas de estos seres mitológicos, que en su día, flanqueaban la entrada al recinto.

Ocupa la manzana formada por las calles Arias Montano, Jesús del Gran Poder, Recreo y la propia Alameda de Hércules.

Se construyó en uno de los terrenos adquirido por Lázaro Fernández de Ángulo, Marqués de Esquivel, fruto de la alineación y reurbanización llevadas a cabo en el 1857 y construido por el arquitecto Joaquín Fernández Ayarragaray entre los años 1861 y 1864 y se bautizó con el nombre de “Recreo de la Alameda”.

Las familias de los obreros contratados por el Marqués de Esquivel para la construcción del palacio se instalaron en el “Corral de Vecinos de Esquivel”, situado en el número 1 de la actual calle Juan de Oviedo (VER), y muchos de ellos permanecieron viviendo en el corral una vez que el marqué habitó el palacio. 

Vista general de la "Casa de las Sirenas"

Casa de las Sirenas. Vista desde la calle Jesús del Gran Poder

Casa de las Sirenas. Vista desde la Alameda

Calle Recreo

Detalle

En la entrada

Se trata de un Palacete romántico de influencia francesa, de estilo único en la ciudad. Contaba con un patio central, jardines de estilo francés y unas rampas laterales a ambos lados del acceso de la puerta principal, donde se encontraban dos sirenas de broce sobre pedestales y otras menores en las jambas de la portada. Como hemos comentado, el nombre de “Casa de las Sirenas” se debía a estas mitológicas esculturas.

Detalle del Jardín

Planta superior con estatuas lampararias en los extremos

Estatua con lamparas

Detalle de la estatua

Detalle de la lampara

Detalle del ático

En 1871, el marqués de Esquivel la enajenó a una Sociedad presidida por Don Basilio Camino que vendió la casa y desde entonces, pasó por varios dueños y cumplió diversas funciones tan variopintas como casa de citas.

Terminó siendo residencia de Don José Domingo de la Portilla y su esposa María Susana Pérez de Guzmán y Pickman, pero tras el fallecimiento de ésta, la casa estuvo abandonada y se deterioró hasta un punto en el que robaron las rejas y las sirenas de la entrada (más tarde se hallaron en un chalet de Castilleja de la Cuesta). 

Fue adquirida en 1989 por el Ayuntamiento, que la sometió a una profunda y larga restauración, y en la actualidad es sede del Centro Cívico de igual nombre, en el que se organizan exposiciones, cursos, talleres y actividades culturales y vecinales.

La Casa de las Sirenas es considerado como un lugar encantado.  

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