sábado, 26 de noviembre de 2022

 AREA DE SAN VICENTE-MIGUEL DEL CID-TEODOSIO

Calle Jesús de Vera Cruz

Desde Calle Baños a Alfonso XII cruzándose en el punto que la calle Virgen de los Buenos Libros pasa a denominarse Cardenal Cisneros.

El primer tramo, desde Alfonso XII a Virgen de los Buenos Libros, es denominada, durante los siglos XV y XVI, como la calle que va desde Armas a las casas viejas del Duque de Medina Sidonia” y, al menos desde 1638, se conoce como "calle del Cristo o del Santo Cristo", por la existencia entonces de un pequeño altar con un crucifijo.

El segundo tramo, entre Virgen de los Buenos Libros y Baños, en la Baja Edad Media, se denominaba calle del Conde (1426) o del Conde de Teba (1533). 

Según relata Peraza en su Historia de Sevilla (1536), el conde de Teba había establecido su residencia en los antiguos baños árabes de la calle Baños. 

Pasó a llamarse Jesús, en fecha imprecisa, por el convento de religiosas del Dulce Nombre de Jesús establecido en el s. XVI. 

También, se denominó Monjas del Dulce Nombre de Jesús o calle del Nombre de Jesús y en los padrones de fines del XVII y principios del XVIII se la denomina Jesús Perdido. 

En 1846 aparece rotulada como Jesús de los Baños, por los que se encontraban en el interior del edificio del convento.

En 1868 ambos tramos se unificaron como Jesús, y en 1977, a petición de la Hermandad de la Vera Cruz, establecida en la capilla del Dulce Nombre de Jesús desde 1942, se acuerda  rotularla con el nombre actual de Jesús de la Vera Cruz.

Por error, en el plano de Olavide (1.771) ambos tramos figuran rotulados como Christo.

La calle presenta un trazado irregular, más estrecha en el primer tramo y más amplia en el segundo y ha sido objeto de varios proyectos de alineación y ensanche:

J. Talavera, en 1857, hizo una propuesta para abrir una avenida amplia a través de ella y de Teodosio.

A principios del s. XX se realizó el retranqueo de la manzana comprendida entre Ricardo de Checa y Cardenal Cisneros, y a comienzos de la calle, esquina a Alfonso XII.

Finalmente, en la década de 1960 con la apertura de Virgen de los Buenos libros, quedó roto el largo frente constituido por la acera de los pares.

Presenta Guardacantón en las esquinas con Baños y Botarruedas con Virgen de los Buenos Libros.

 

 Guardacantón en la esquina con Baños

Botarruedas y Guardacantón en la esquina con Virgen de los Buenos Libros

CASAS DE JESUS DE VERA CRUZ

La edificación es muy desigual en tipología, altura, fecha de construcción y usos. 

Algunas viviendas de dos plantas con patio sevillano, o de escaleras y de tres plantas del último tercio del XIX, pero muchas han sido sustituidas por bloques de viviendas de cuatro plantas.

En esta calle tenían sus casas, hacia 1840, los marqueses de Grañina, y vivió algunos años el duque de Rivas, donde, según cuenta Gómez Zarzuela, escribió sus Romances Históricos; también tuvieron allí su residencia Fernán Caballero y los duques de Medina de las Torres.

Gran parte de la acera de los pares, en el primer tramo, está ocupada por la institución religiosa de las Hijas de María Inmaculada; y en el segundo por el colegio de enseñanza para niñas de las Esclavas Concepcionistas y la fachada de su capilla, dedicada al Divino Corazón de Jesús.





Colegio de Las Esclavas del Divino Corazón

El Colegio es de carácter religioso. Es un edificio que llama la atención en su entorno por su diseño, eminentemente neogótico, obra del arquitecto M. González de Rojas (1904-05). Sobresale en una calle de casas de estilo regional y edificios modernos. Algunos estudiosos han anotado cierta similitud con elementos arquitectónico de nuestra catedral gótica, evidenciando cierta inspiración en la puerta, ventanas o columnas.


Jesús de la Vera Cruz número 12

Es el edificio más representativo. Es la casa del marqués de Gómez de la Barreda, denominada La Casa de la Torre, que tiene su historia interesante.

A mediados del siglo XV, los Duques de Arcos y de Medina Sidonia, se disputaban el control de la Ciudad, y muchas residencias se convirtieron en fortalezas con edificios amurallados y torres defensivas.

Terminadas estas disputas, los Reyes católicos ordenaron derribar esas torres defensivas, pero una de ellas ha llegado a nuestros días, la casa de la Torre, en la esquina de Jesús de la Vera Cruz con Virgen de los Buenos libros.

Sus orígenes se remontan al siglo XIV siendo sus propietarios los Duques de Medina Sidonia, además del Palacio de los Guzmanes en la Plaza del Duque. 

A finales del XVIII fue vendida a un comerciante y posteriormente a distintos propietarios, hasta comienzos del XIX en que pasó a la propiedad de los marqueses de Gómez de la Barreda. 

Fue rehabilitada por Antonio Gómez Millán, uno de los arquitectos más reconocidos del momento, que le terminó de dar el aspecto actual.

Pudo ser derribada al abrirse la calle Virgen de los Buenos libros, pero en su lugar solo se incluyó la casa número 10 de Jesús de la Vera Cruz, justo en el límite con ella. 

Esto explica que su fachada a la calle Virgen de los Buenos Libros sea una simple medianera, con alguna ventana abierta con el paso de los tiempos, pero sin la elegancia que le corresponde a un edificio de su antigüedad.

Derribo del cuartel de san Hermenegildo

Fachada a la calle Virgen de los Buenos Libros

La torre presenta una planta rectangular, en tres alturas, la superior sobresale del resto del edificio, no coronada por merlones o almenas que denoten su posible pasado bélico, pues la cierra un simple pretil de fábrica.

Vista desde Cardenal Cisneros

La intermedia muestra un balcón protegido por guardapolvo de pizarra en su parte superior y una reja de forja en el piso, flanqueada por dos hachones con velas simuladas, que se repite en el resto de huecos de la fachada de esta planta.

Estos hachones pueden ser de finales del XVIII cuando Larrumbe y otros asistentes de Sevilla ordenaban a los dueños de los edificios más importantes que colocaran lámparas, antorchas o luces en las fachadas, para iluminar la ciudad de noche.

Área intermedia de la torre

En la planta baja, la fachada principal es de gran sobriedad, conserva dos guardacantones de mármol a su entrada y otro haciendo esquina a Virgen de los Buenos libros.

El Guardacantón es un elemento arquitectónico situado en las esquinas de numerosas calles, son las innumerables columnas, algunas antiguas con capiteles romanos, para preservarla de posibles golpes (ver)

La R.A.E. nos dice que cantón es esquina, y guardacantón es poste de piedra para resguardar de los carruajes las esquinas de los edificios.

Guardacantón a cada lado de la puerta y Botarruedas en la pared

A lo largo de toda su fachada a Jesús de La Vera Cruz presenta una colección de ruedas de molino que conforman el zócalo. 

Estas ruedas de molino, denominadas Botarruedas, protegían los bajos del edificio de las ruedas de carruaje, que botaban sobre ellas, al preservarlas de los golpes de los carros y carruajes. 

Es una palabra del habla popular, que no está recogida en el diccionario de la R.A.E. 

Parece que el propio Antonio Gómez Millán, los rescató de varias capas de enfoscado que las tenían ocultos desde hacía mucho tiempo.

Guardacantón en la esquina con Virgen de Buenos libros y a los lados de la puerta y Botarruedas en el zócalo

La fachada está avitolada (ver), concepto relacionado con la modalidad en la colocación del ladrillo, que casi elimina las juntas verticales entre ellos, mientras que marca la separación de las hiladas, apareciendo entre ellas una superficie ligeramente hundida. Este sistema de enladrillado fue una creación del barroco sevillano, por Leonardo de Figueroa, el arquitecto más importante del   siglo XVIII de la ciudad. 

Fachada avitolada, vista desde la calle Virgen de los Buenos Libros

Hijas de María Inmaculada

Actualmente es una residencia de estudiantes femeninas.

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