martes, 13 de diciembre de 2022

RUTAS POR SEVILLA: Santos y Santas Mártires 

San Clemente 

Da nombre al Monasterio de san Clemente (ver).

Azulejo de San Clemente en la portada barroca que da acceso al convento por la calle Reposo.

Detalle del Azulejo

De origen judío, Clemente probablemente nació y fue bautizado en Roma, convertido al cristianismo por san Pedro,  siendo un cristiano insigne de finales del siglo I, uno de los llamados Padres Apostólicos por haber transmitido el “eco vivo” de la predicación de los apóstoles de Jesús de Nazaret, pues según san Ireneo, que vivió en el siglo II, tuvo contacto con los apóstoles Pedro y Pablo.

El Papa Clemente I (llamado Clemente Romano para distinguirlo del alejandrino), fue el tercer sucesor de San Pedro (después de Lino y Cleto) y  obispo de Roma, de lo que ya dio noticia la lista de obispos compilada por Ireneo de Lyon, quien lo llamó el “tercero después de los Apóstoles” y le dedicó un espacio considerable.

San Clemente, Papa. Juan Correa de Vivar. 1540-1545. Óleo sobre tabla. 93 x 40 cm. Museo Nacional del Prado. Depósito en otra Institución

Se le representa siempre de pontifical, como en esta obra, en la que viste alba, estola y capa pluvial de color rojo y forro verde con orla y broche de pedrería, que cruza por delante y sujeta bajo el brazo. Va nimbado con una fina aureola circular y cubre su cabeza con la tiara papal de triple corona, de la que cuelgan las ínfulas. En las manos, enguantadas, luce sendos anillos de oro y rubíes; bendice con la derecha y porta en la izquierda una cruz patriarcal de triple travesaño. No le acompañan en esta ocasión ninguno de sus atributos característicos, con los que suele aparecer a partir de la Edad Media, que son el ancla, símbolo del martirio, una capilla rodeada de agua, en recuerdo de la que le construyeron los ángeles en el fondo del mar, y un “Agnus Dei” , en referencia a uno de sus milagros. El santo está efigiado de pie, en posición frontal, sobre un suelo terroso. Al fondo se divisa un paisaje montañoso con una ciudad de edificios clásicos de planta circular y poligonal. La composición remata en semicírculo; las enjutas no van decoradas y en origen irían cubiertas. La figura está dotada de cierto carácter escultórico. Su marcada frontalidad se ve compensada por el suave movimiento del cuerpo y los plegados de sus vestiduras, por la disposición en diagonal de sus brazos, en línea con la estola cruzada, y por la leve desviación lateral de su mirada.


Una antigua tradición le emparenta con la dinastía de los flavios y según testimonio de Tertuliano había recibido de Pedro el diaconado presbiterado y episcopado y según Orígenes colaboró con Pablo en la fundación de la comunidad de Filipos.  

El hecho de que tuviera contacto con quienes escucharon directamente las enseñanzas de Cristo dota a su testimonio de un atractivo especial. 

Alcanzó la suma dignidad eclesial y gobernó la iglesia desde el año 93 hasta el 101. Hacia el año 95 en alguna comunidad hubo conatos de levantamiento contra los presbíteros y obispos, lo que le obligó, en su condición de obispo de Roma, a escribir una carta donde pedía unidad y obediencias. Afortunadamente esta carta se conserva y lleva el nombre de” Epístola de Clemente a los Corintios”. En esa carta da muy hermosos consejos, y recomienda obedecer siempre al Pontífice de Roma. Entre otras cosas dice: "el que se conserva puro no se enorgullezca por ello, porque la pureza es un regalo gratuito de Dios y no una conquista nuestra".

El “Liber Pontificalis le asigna nueve años de episcopado en tiempos de los emperadores  Galba y Vespassiano, mientras que la cronología de Eusebio de Cesarea (Historia eclesiástica III, 15) y la biografía que trazó Jerónimo de Estridón (Vir. ill. 15) sitúan su muerte en el tercer año del reinado de Trajano, es decir, en el año 101.

Por ser cristiano fue desterrado por el emperador Trajano a Crimea (al sur de Rusia) y condenado a trabajos forzados, a picar piedra con otros dos mil cristianos. Las actas antiguas dicen que estos le decían: "Ruega por nosotros Clemente, para que seamos dignos de las promesas de Cristo" y añaden que allá en Crimea convirtió a muchísimos paganos.

Los obreros de la mina de mármol sufrían mucho por la sed, porque la fuente de agua más cercana estaba a diez kilómetros de distancia. El santo oró con fe y apareció allí muy cerca una fuente de agua cristalina. Esto le dio más fama de santidad y le permitió conseguir muchas conversiones más.

Un día las autoridades le exigieron que adorara a Júpiter. Él dijo que no adoraba sino al verdadero Dios. Entonces fue arrojado al mar, y para que los cristianos no pudieran venerar su cadáver, le fue atado al cuello una piedra de molino. Pero una gran ola devolvió su cadáver a la orilla. 

Martirio de san Clemente. Pier Leone Ghezzi. 1724. Pinacoteca Vaticana

Del mar sería rescatado y sus restos habrían de ser trasportados a Roma por Cirilo y Metodio en el año 867. 

Dichos restos fueron resguardados por la Confraternidad de los Santos Ángeles Custodios, en la Sacristía de la Capilla Paulina del Vaticano. 

Dos ciudades latinoamericanas se disputan el poseer los restos de San Clemente: las ciudades de Mérida  en Venezuela  y la de Linares en Chile. 

En la Iglesia Católica se lo venera como santo y mártir, y su festividad se celebra el 23 de noviembre. En Roma existe una antiquísima basílica, la Basílica de san Clemente de Letrán, levantada sobre su tumba.

Su carácter de mártir resulta fundado a partir de una evidencia epigráfica: una dedicatoria fragmentada de fines del siglo IV con el término “martyr” encontrada en el antiguo “titulus Clementis”, basílica dedicada a Clemente por el papa Siricio, por lo que la noticia de su martirio se remontaría al menos hasta esa época.

Interior de la Iglesia de san Clemente. Roma

La basílica de San Clemente de Letrán es un complejo de edificios en Roma centrados alrededor de una iglesia católica dedicada al papa Clemente I.  

La antigua iglesia fue transformada a lo largo de los siglos desde una casa privada que era el sitio de veneración cristiana clandestina en el siglo i hasta una gran basílica pública en el siglo vi, reflejando la creciente legitimación y poder de emergente iglesia católica.

La casa fue en origen propiedad de un cónsul y mártir   cristiano, Tito Flavio Clemente, que fue uno de los primeros senadores romanos en convertirse al cristianismo. Permitió que su casa se usara como lugar de reunión secreto para sus compañeros cristianos, estando por entonces prohibida esa religión.

Hay evidencia de un culto pagano   en el lugar. En el siglo ii miembros de un culto mitraista (ver)  construyeron un pequeño templo dedicado a  Mitra  en una “insula” o complejo de apartamentos, en el lugar. Este templo, usado para rituales de iniciación, duró hasta alrededor de finales del siglo iii.

Las excavaciones de los años 1860 revelaron la primera basílica olvidada que subyace a la medieval. A finales del siglo iv o principios del siglo V, después de que el cristianismo se convirtiera en la religión oficial de Roma, la pequeña iglesia sufrió una ampliación, adquiriendo la “insula” vecina y otros edificios cercanos. 

Se construyó una nave central sobre el lugar de la iglesia precedente, y un ábside  sobre el anterior mitreo. La nueva iglesia estaba dedicada al papa Clemente I.    Se emprendieron restauraciones en el siglo ix y hacia 1080-99. ​

Durante los siglos siguientes, San Clemente se convirtió en un “beacon” para los artistas y escultores de iglesias, beneficiándose de la generosidad del Imperio bizantino. Actualmente, es una de las iglesias de Roma más ricamente decoradas.

En Sevilla, la Iglesia del Monasterio de San Clemente fue construida sobre otra primitiva iglesia gótico mudéjar a finales del siglo XVI.

El Altar Mayor lo preside la imagen de San Clemente

Altar Mayor de la Iglesia de san Clemente de Sevilla

San Clemente

Detalle de san Clemente

Detalle del Ancla de san Clemente

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