ALGUNAS LEYENDAS DE SEVILLA
La leyenda del vaso y la Virgen de la Macarena.
La leyenda se refiere al Viernes Santo del 12 de abril de 1892, y cuenta
que un hombre estaba bebiendo con unos amigos en una taberna del barrio de la
Macarena, y al pasar la Virgen le dedicó miles de requiebros: ¡Óle Macarena
Bonita! ¡La más guapa! ¡La que más quiero!, pero en su excitación, tanto
emotiva como alcohólica, quiso tirarle el sombrero, pero en su lugar le arrojó
el vaso de vino que llevaba en la mano, con tan mala suerte que fue a
estrellarse en la cara de la imagen, dejándole una marca claramente visible.
Durante su detención no paraba de lamentarse de su torpe acción y lloraba
desconsoladamente con expresiones como ¡No he sido yo, ha sido el vino! ¡Yo amo
a la Macarena como a mi madre! ¡Quise tirarle el sombrero como prueba de mi
cariño!
Aunque todo el barrio enfureció por el acto teóricamente vandálico,
muchos macarenos reconocieron que era un buen hombre que cuidaba amorosamente a
su madre enferma, por lo que fue perdonado, y desde entonces todos los años
acompañaba a la Virgen como penitente cargando una cruz y con los pies
descalzos.
Según esta leyenda, la mancha de la mejilla izquierda de la cara de la
Macarena es la consecuencia de este suceso.
Pero, en el informe técnico emitido, en 1977, por el Catedrático de
Bellas Artes Francisco Arquillo Torres, se especifica: “En el perfil izquierdo
de la cara una restauración antigua que seguramente, por ser al óleo, ha
torcido el color ennegreciendo la belleza de la imagen, acusando el levantado y
perdida de la policromía de esta zona, que se corresponde con la unión de la
mascarilla”, lo que pone en duda este origen traumático de la mancha de la mejilla.
En 1978, se realizó una restauración, basándose en ese informe previo, para limpiar la policromía de la mejilla izquierda y atenuar la mancha sin hacerla desaparecer totalmente ya que ha pasado a ser una de las peculiaridades de la Virgen Macarena.
Interesante información.
ResponderEliminarAndres gracias por tu aclaracion a la leyenda. Siempre me quede en la versión del borracho y el vaso. Aunque ninguna sea verdad, la que cuentas es al menos muy humana y bonita.
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