AREA DE MACARENA-FERIA
Antigua Fabrica de Sombreros Fernández y Roche.
La antigua fábrica de
sombreros Fernández y Roche está en la calle Heliotropo (ver), barreduela de la
calle Castellar, y es uno de los últimos ejemplos de arquitectura industrial de
principios del siglo XX que conservamos en Sevilla.
Los orígenes del inmueble se
remontan a 1885 en una casa con taller en planta baja. Con el tiempo se fueron
adquiriendo edificaciones y patios adyacentes hasta llegar al complejo actual,
que se asienta sobre cimientos de arquitectura árabe.
El edificio actual fue construida por José Espiau y Muñoz en 1917 (el
mismo arquitecto del Hotel Alfonso XIII, el edificio La Adriática y tantos
otros conocidísimos de nuestra ciudad), y fue abandonado en la década de 1980, cuando la producción se trasladó a unas instalaciones más modernas en Salteras,
desde donde actualmente exporta más del 80% de su producción hacia mercados como
USA, Japón, UK y países de la comunidad europea, con presencia en las más
selectas sombrarías de las grandes capitales de Londres, Paris, Tokio y Nueva
York.
Hoy en día ha sido “okupada” y convertida en un centro
de actividades donde se imparten talleres, clases de pintura, flamenco,
espacios de coworking…
Es un edificio de dos plantas de ladrillo visto con grandes ventanas de dintel quebrado, formando grupos de dos. La separación de pisos se acentúa mediante la utilización de una cornisa corrida que en la última planta se convierte en voladizo sobre la que se sitúa un pretil decorado con rectángulos. Destaca su chimenea de ladrillo de unos 40 metros de altura.
A principios de 2016 se desarrollaron diversos
informes en relación con apariciones fantasmales. Los vecinos de la calle Heliotropo comentaban
que se observaba una figura etérea que deambulaba silenciosamente por los
pasillos y las salas desiertas. Se describió como una figura translúcida,
vestida con ropas antiguas y un sombrero de época.
Unos aseguran que el fantasma es el espíritu de
un antiguo trabajador de la fábrica, cuya vida quedó atrapada en los muros del
edificio debido a una muerte trágica.
Otros teorizan que la aparición podría estar
relacionada con la historia de la fábrica, pues durante su apogeo, se rumoreaba
que en el interior del edificio podría haber fallecido un trabajador y el
fantasma podría ser su espíritu que sufrió injusticias y cuya energía negativa
quedó impregnada en el lugar.
Una maravilla no conocía la existencia de una fábrica de sombreros,Andrés ,siempre aprendemos con tus relatos gracias un abrazo A.Iglesias
ResponderEliminarAndrés, sè que ``pateas`` Sevilla con tu cámara de fotos, tu mapa de las calles y tu bolígrafo. Adelante.
ResponderEliminarEntre los años 1965 a 1973, la calle Castellar era paso obligatorio en mi camino al instituto. Tengo un recuerdo imborrable del vapor de agua procedente de la fabrica escapando por los husillos en forma de columnitas de humo. Y el nubarron blanco y denso de la chimenea
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