RUTAS POR SEVILLA: Vírgenes
Virgen de la Alegría. Iglesia de la Misericordia.
La advocación de “Virgen de la Alegría” hace
referencia a la alegría con la que los pobres recibían la comida de la
Hermandad en el Hospital de la Misericordia y la alegría de las jóvenes pobres
al recibir la dotes para el matrimonio.
El concepto de misericordia que da
nombre tanto al Hospital como a esta imagen mariana, hace alusión a que en su
mirada maternal descubrimos que, como nos dice el Papa Francisco, María “es
Madre de la Misericordia porque ha engendrado en su seno el rostro mismo de la
misericordia divina, Jesús, el Emmanuel”.
En la cabecera de la nave del evangelio de la iglesia
de la Misericordia se dispone el retablo de la "Virgen de la
Alegría". Retablo barroco, del tercer cuarto del siglo
XVII, fechable hacia 1670, pudiéndose
vincular con Bernardo Simón de Pineda.
Retablo de la Virgen de la Alegría
En la hornacina central, flanqueada por
columnas salomónicas, aparece la escultura en madera policromada de la Virgen
de la Alegría, que está documentada desde 1929 como obra del escultor flamenco
Roque de Balduque (ver), en 1558, fruto
de un encargo directo de la Hermandad de la Misericordia de Sevilla.
Virgen de la Alegría
La Virgen presenta una mirada melancólica con una leve
sonrisa, y se caracteriza por su verticalidad y elegancia, reforzadas ambas por
los pliegues tanto del manto como de la túnica, la cual aparece ceñida a la
cintura con un fajín que presenta una moña en el centro. El manto de la Virgen
queda recogido en su brazo derecho y junto con el velo que cubre su cabeza,
dotan de contenido movimiento al conjunto. De serena belleza llena de unción y
misericordia, la Virgen levanta con su mano derecha el cetro de plata, signo de
su realeza, pero también de su magnanimidad, mientras que sostiene en su mano
izquierda al Niño Jesús.
Detalle de la Virgen de la Alegría
El Niño bendice a la manera bizantina con su mano derecha, mientras que en su mano izquierda porta el globo del mundo
rematado por la cruz.
Detalle
del Niño
De las coronas de plata que en la actualidad siguen luciendo las efigies de
la Virgen y el Niño, encontramos la más temprana referencia en un
inventario de 1635, habiendo de ser esta una fecha muy próxima a la de su
ejecución, pues no aparecen citadas en el registro de 1633. No presentan ráfaga
y están provistas de un canasto con cuatro imperiales de perfil convexo que
convergen, respectivamente, en una perilla y en una cruz de sección romboidal
La base son cinco cabezas de querubines en diferentes
posiciones.
Detalle de los querubines
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