jueves, 4 de diciembre de 2025

RUTAS POR SEVILLA: Ruta Artística. Escritores

Gertrudis Gómez de Avellaneda.

Gertrudis Gómez de Avellaneda. Madrazo, Federico, Museo Lázaro Galdiano. Madrid (ver) (CC BY 3.0)

Gertrudis de los Dolores Gómez de Avellaneda y Arteaga nació el 23 de marzo de 1814 en Santa María de Puerto Príncipe, la actual Camagüey, en la entonces colonia española de Cuba. Era hija de Manuel Gómez de Avellaneda y Gil de Taboada, un comandante de Marina originario de España destinado en la isla, y de Francisca de Arteaga y Betancourt, criolla de familia distinguida con raíces vascas y canarias.

Su padre había llegado a Cuba en 1809 y tenía dos hijos anteriores al matrimonio. Del matrimonio nacieron varios hijos, aunque solo Gertrudis y su hermano Manuel sobrevivieron. Tras la muerte del padre, en 1823, su madre contrajo nuevas nupcias con el militar gallego Gaspar Isidoro de Escalada y López de la Peña, con quien tuvo tres hijos: Felipe, Josefa María de la Luz y Emilio Isidoro.

La educación de Gertrudis fue cuidada, acorde con la posición social de su familia. A los catorce años rechazó un matrimonio concertado, decisión que la llevó a perder la herencia de su abuelo. En 1836, su padrastro convenció a la familia de vender las propiedades en Cuba y trasladarse a la Península. El viaje comenzó el 9 de abril de ese año, y durante la travesía la joven poeta escribió el célebre soneto “Al partir”, pieza que marcaría profundamente su futura producción literaria.

La familia se instaló primero en La Coruña, donde permaneció dos años. Allí compuso sus primeras obras poéticas, entre ellas “A la poesía”, “A las estrellas”, “La serenata” y “A mi jilguero”. En la capital gallega vivió un romance con Mariano Ricafort Palacín y Abarca, hijo del capitán general de Galicia.

Más tarde, junto a su hermano Manuel, se trasladó a Andalucía y fijó residencia en Sevilla. En 1839 comenzó a publicar versos bajo el seudónimo de “La Peregrina” en periódicos y revistas sevillanas y posteriormente gaditanas. En Sevilla conoció a Ignacio de Cepeda y Alcalde, joven estudiante de Derecho que se convirtió en su gran pasión, aunque nunca compartida con la intensidad que ella esperaba.

Calle Gravina número 9 (ver)

Placa conmemorativa

A partir de 1840 la escritora se instala en Madrid y comienza un periodo de fecunda actividad literaria. Éxito literario que coincide con la relación amorosa que la escritora mantiene durante 1844 y 1845 con el poeta Gabriel García Tassara. Fruto de esta relación es el nacimiento de una niña, María, o Brenhilde, en abril de 1845 que solo sobrevivirá siete meses, sin que su padre se digne a verla, ni mucho menos reconocerla como suya.

Desde 1840 residió en Madrid, donde inició una etapa de intensa y fructífera creación literaria. Entre 1844 y 1845 mantuvo una relación con el poeta Gabriel García Tassara, de la que nació una niña, María —también llamada Brenhilde—, que falleció a los siete meses sin ser reconocida por su padre.

El 10 de mayo de 1846 contrajo matrimonio con Pedro Sabater, gobernador civil de Madrid. La unión duró pocos meses, pues Sabater murió en Burdeos en agosto de ese mismo año. Tras su viudez, Gertrudis pasó un tiempo en un centro espiritual de la Congregación de la Sagrada Familia de Burdeos.

De vuelta en Madrid, en 1853 presentó su candidatura a la Real Academia Española, que la rechazó alegando la ausencia de mujeres en su reglamento. No obstante, fue admitida como socia del Ateneo de Madrid y del Liceo Artístico y Literario.

El 26 de abril de 1856 se casó con el coronel y político Domingo Verdugo y Massieu. En 1859 ambos viajaron a Cuba, lo que permitió a la escritora regresar a su país natal tras veintitrés años. Durante esta etapa desarrolló una relevante labor periodística como fundadora, directora y redactora del Álbum cubano de lo bueno y lo bello.

La muerte de su esposo a finales de 1863 profundizó su inclinación espiritual y una vida de marcada austeridad religiosa. En 1864 volvió a la Península después de pasar por Nueva York, Londres, París y Sevilla, hasta reinstalarse definitivamente en Madrid.

Gertrudis Gómez de Avellaneda murió el 1 de febrero de 1873, a los cincuenta y ocho años. Sus restos reposan en el cementerio de San Fernando de Sevilla, junto a los de su hermano Manuel y su segundo esposo.

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