domingo, 4 de febrero de 2024

 ALGUNAS LEYENDAS DE SEVILLA

Misa de Ánimas.


Calle Torres

Un caballero llamado Juan de Torres, de la ilustre familia de este apellido (que tuvo palacio en la calle, que por este motivo se llama calle Torres) (ver), tras haber llevado una vida de disipación y pecado, quiso enmendarse, y entró de lego en el convento Casa Grande de San Francisco, de la plaza Nueva, que fue derribado en el siglo XIX y del que queda la capilla de san Onofre. 

Capilla san Onofre

Una medianoche de 2 de noviembre del año 1600, conmemoración de los Fieles Difuntos, el lego Juan de Torres estaba dedicado a la oración en la capilla de san Onofre cuando vio que un fraile, de su misma orden, salía de la sacristía revestido para decir misa, pero sin hacerlo se volvía a la sacristía, salía de ella, cruzaba la iglesia y desaparecía.   

El lego quedó sorprendido de tan extraño comportamiento, y sobre todo cuando se repitió durante tres noches seguidas, por lo que se lo comunicó al prior del convento.

El prior le aconsejó que si volvía a ocurrir se ofreciera a ayudarle a decir la misa, cosa que hizo en la siguiente ocasión.

Cuando el lego le dijo ¿Quiere su paternidad que le ayude en la misa?, el fraile no contestó, pero inició la Eucaristía y en vez de decir “leatificat juventutem mea” lo sustituyó por “leatificat mortem mea”, al llegar al “Confiteor Deo” añadió “Dios irae dies illa”.

Al terminar la misa cubrió el cáliz, lo puso en la mesita de la sacristía, se despojó de sus ornamentos y se dirigió al lego:” Gracias, hermano, por el gran favor que habéis hecho a mi alma. Yo soy un fraile de este mismo convento, que por negligencia dejó de oficiar una misa de difuntos que me habían encargado, y habiéndome muerto sin cumplir aquella obligación, Dios me había condenado a permanecer en el purgatorio hasta que satisficiera mi deuda. Pero nadie hasta ahora me ha querido ayudar a decir la misa, aunque he estado viniendo a intentar decirla, durante todos los días de noviembre, cada año, por espacio de más de un siglo”.

Y tras estas palabras el fraile desapareció para siempre.

3 comentarios:

  1. Muy interesante y curioso
    Voy a conocer bien Sevilla por tus publicaciones

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  2. Madre mía q historia!!!Por algo dicen q esa capilla tiene yuyu

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  3. Me encantan las historias ee aparecidos, Andrés. Esta es curiosa. ☠️ Mary Velasco

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