sábado, 6 de diciembre de 2025

 ALGUNOS PERSONAJES HISTÓRICOS EN LAS CALLES DE SEVILLA

Victoriano Sánchez Barcáiztegui.

Calle Sánchez Barcaiztegui (ver)

Victoriano Sánchez Barcáiztegui nació en Ferrol (La Coruña) el 23 de abril de 1826. Procedía de una familia estrechamente vinculada a la Armada: su padre fue capitán de navío; su abuelo José, brigadier; y por línea materna destacaban figuras como su tío Miguel, integrante del mayorazgo de los Barcáiztegui y Urbina y alcalde de San Sebastián.

Tras completar los estudios elementales en el departamento de Ferrol, ingresó como guardia marina el 31 de enero de 1839, poco después de cumplir trece años. Pasó sus primeros años de formación embarcado. Por Real Orden de 18 de marzo de 1844 fue promovido a alférez de navío, con tan solo dieciocho años.

Aunque ya conocía América desde su etapa de guardia marina, su primer viaje como oficial lo realizó a bordo de la fragata Cortés, cuyo primer destino fue Montevideo. El 20 de enero de 1850 obtuvo el ascenso a teniente de navío.

Retrato del militar y marino español Victoriano Sánchez Barcaiztegui que alcanzó el grado de contralmirante en la Real Armada Española. Museo Naval de Madrid

En 1851 contrajo matrimonio por primera vez con Aurora de Ambrosí Luchi, unión que se vio truncada por la muerte de su esposa durante el parto, seguida poco después por la de su hijo.

El 23 de marzo de 1859 fue promovido a capitán de fragata y recibió el mando de la corbeta Mazarredo, destinada a la Escuela de Aprendices Navales y fondeada en la ría de Ferrol.

El 5 de marzo de 1866 asumió en Montevideo el mando de la fragata Almansa. Zarparon hacia el Pacífico, con escala previa en las Malvinas, y fondearon el 9 de abril en Valparaíso, donde la Almansa se integró en la Escuadra al mando del brigadier Casto Méndez Núñez.

El 2 de mayo de 1866 la escuadra española bombardeó el puerto peruano de El Callao. La Almansa se vio expuesta a las acciones más comprometidas del combate y recibió cerca de un centenar de impactos. Durante un incendio declarado en el pañol de proa, Sánchez Barcáiztegui pronunció la célebre frase: “Hoy no es día de mojar la pólvora; antes volaremos todos”, un testimonio de su determinación por mantener el combate.

Por su actuación en Callao obtuvo en 1868 el ascenso a capitán de navío de primera clase, además de ser nombrado comendador ordinario de la Real Orden de Isabel la Católica y recibir la Cruz Roja del Mérito Naval de segunda clase.

A su regreso a la Península ese mismo año, se encontró con el clima político que desembocaría en la revolución de septiembre. La escuadra del general Topete se sublevó, iniciándose la Gloriosa (ver). Sánchez Barcáiztegui, convencido de que no se trataba de un movimiento contra la Monarquía, sino contra el desgobierno, se puso a las órdenes de Topete y asumió la Comandancia de Marina de Cádiz.

En 1870 contrajo segundas nupcias con Ana Acquaroni Solís, con quien tuvo cuatro hijos: Victoriano, Lucía, Fermín y Tomás.

Por Real Orden de 6 de septiembre de 1872 fue designado comandante general del Arsenal de Ferrol y segundo jefe del departamento.

Tras la caída de Isabel II, España atravesó un periodo de inestabilidad —régimen provisional, regencia, el reinado de Amadeo I, su abdicación, la Primera República y un posterior intento de regencia— hasta la restauración borbónica en Alfonso XII. El 9 de febrero de 1875, el nuevo rey lo nombró su ayudante de campo.

Durante la tercera guerra carlista se hizo cargo de las fuerzas navales del Cantábrico. El 24 de mayo de 1875, en un combate frente a Motrico (Guipúzcoa), su buque fue alcanzado por fuego enemigo y Sánchez Barcáiztegui murió en el acto a causa de la metralla.

Sus restos fueron trasladados al Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando (Cádiz) el 15 de junio de 1875.

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