ALGUNOS PERSONAJES HISTÓRICOS EN LAS CALLES DE SEVILLA
Victoriano Sánchez Barcáiztegui.
Calle Sánchez Barcaiztegui (ver)
Victoriano
Sánchez Barcáiztegui nació en Ferrol (La Coruña) el 23 de abril de 1826.
Procedía de una familia estrechamente vinculada a la Armada: su padre fue
capitán de navío; su abuelo José, brigadier; y por línea materna destacaban
figuras como su tío Miguel, integrante del mayorazgo de los Barcáiztegui y
Urbina y alcalde de San Sebastián.
Tras completar
los estudios elementales en el departamento de Ferrol, ingresó como guardia
marina el 31 de enero de 1839, poco después de cumplir trece años. Pasó sus
primeros años de formación embarcado. Por Real Orden de 18 de marzo de 1844 fue
promovido a alférez de navío, con tan solo dieciocho años.
Aunque ya
conocía América desde su etapa de guardia marina, su primer viaje como oficial
lo realizó a bordo de la fragata Cortés, cuyo primer destino fue Montevideo. El
20 de enero de 1850 obtuvo el ascenso a teniente de navío.
En 1851
contrajo matrimonio por primera vez con Aurora de Ambrosí Luchi, unión que se
vio truncada por la muerte de su esposa durante el parto, seguida poco después
por la de su hijo.
El 23 de
marzo de 1859 fue promovido a capitán de fragata y recibió el mando de la
corbeta Mazarredo, destinada a la Escuela de Aprendices Navales y fondeada en
la ría de Ferrol.
El 5 de
marzo de 1866 asumió en Montevideo el mando de la fragata Almansa. Zarparon
hacia el Pacífico, con escala previa en las Malvinas, y fondearon el 9 de abril
en Valparaíso, donde la Almansa se integró en la Escuadra al mando del
brigadier Casto Méndez Núñez.
El 2 de
mayo de 1866 la escuadra española bombardeó el puerto peruano de El Callao. La
Almansa se vio expuesta a las acciones más comprometidas del combate y recibió
cerca de un centenar de impactos. Durante un incendio declarado en el pañol de
proa, Sánchez Barcáiztegui pronunció la célebre frase: “Hoy no es día de mojar
la pólvora; antes volaremos todos”, un testimonio de su determinación por
mantener el combate.
Por su
actuación en Callao obtuvo en 1868 el ascenso a capitán de navío de primera
clase, además de ser nombrado comendador ordinario de la Real Orden de Isabel
la Católica y recibir la Cruz Roja del Mérito Naval de segunda clase.
A su
regreso a la Península ese mismo año, se encontró con el clima político que
desembocaría en la revolución de septiembre. La escuadra del general Topete se
sublevó, iniciándose la Gloriosa (ver).
Sánchez
Barcáiztegui, convencido de que no se trataba de un movimiento contra la
Monarquía, sino contra el desgobierno, se puso a las órdenes de Topete y asumió
la Comandancia de Marina de Cádiz.
En 1870
contrajo segundas nupcias con Ana Acquaroni Solís, con quien tuvo cuatro hijos:
Victoriano, Lucía, Fermín y Tomás.
Por Real
Orden de 6 de septiembre de 1872 fue designado comandante general del Arsenal
de Ferrol y segundo jefe del departamento.
Tras la
caída de Isabel II, España atravesó un periodo de inestabilidad —régimen
provisional, regencia, el reinado de Amadeo I, su abdicación, la Primera
República y un posterior intento de regencia— hasta la restauración borbónica
en Alfonso XII. El 9 de febrero de 1875, el nuevo rey lo nombró su ayudante de
campo.
Durante la
tercera guerra carlista se hizo cargo de las fuerzas navales del Cantábrico. El
24 de mayo de 1875, en un combate frente a Motrico (Guipúzcoa), su buque fue
alcanzado por fuego enemigo y Sánchez Barcáiztegui murió en el acto a causa de
la metralla.
Sus restos
fueron trasladados al Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando (Cádiz) el 15
de junio de 1875.
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