lunes, 10 de noviembre de 2025

RUTAS POR SEVILLA: Vírgenes

Virgen del Clavel. Pedro Villegas Marmolejo. Museo de Bellas Artes.

Virgen del clavel. Pedro Villegas Marmolejo. Hacia 1580. Óleo sobre tabla. 170, 2 x 84,2 cm. Museo de Bellas Artes. Sala III. Desamortización.

La obra se atribuye a Pedro Villegas Marmolejo o a su taller, pintor de notable prestigio en la Sevilla del siglo XVI. No obstante, la autoría no está confirmada de manera unánime, por lo que en diversas fuentes aparece como una obra “atribuida”.

Tras el Concilio de Trento (1545–1563), la Iglesia reforzó el papel didáctico y emocional de las imágenes religiosas. Sevilla, uno de los principales centros comerciales y espirituales de la monarquía hispánica, adoptó modelos visuales de clara lectura teológica, destacando la figura de la Virgen como ejemplo, mediadora y protectora.

La pintura muestra a la Virgen con el Niño en brazos; ella sostiene un clavel mientras dos ángeles la coronan. El fondo dorado y ornamentado, junto con la serenidad del gesto, evocan modelos marianos tradicionales

Detalle de la Virgen con el Niño

El clavel, en la iconografía cristiana, alude al amor humano y maternal. Cuando la Virgen aparece con esta flor, la imagen subraya el vínculo íntimo entre Madre e Hijo. Si el clavel es rojo, sugiere además la sangre de la Pasión, anticipando el sacrificio redentor de Cristo. El propio título de la iconografía destaca la flor como elemento principal, lo que indica que el mensaje pretendía combinar ternura y sentido pascual, invitando al fiel a una contemplación doble: el amor materno y el misterio de la Redención.

Detalle de la Virgen

Detalle del clavel

El manto azul de María alude a su condición de Reina y Madre, mientras que los tonos rojizos remiten a la Pasión.

El Niño, con los dedos en gesto de bendecir, manifiesta su naturaleza divina y su papel sacerdotal como Redentor. Su mirada dirigida al espectador intensifica la comunicación devocional.

Detalle del Niño 

Detalle de la mano derecha bendiciendo

Los ángeles que la coronan convierten la escena en una visión celestial y litúrgica: son los ministros del cielo que reconocen la gloria de María. La corona simboliza el triunfo sobre el pecado y la muerte, y, en el contexto contrarreformista del siglo XVI, reafirma la doctrina de la mediación mariana: María como Reina del Cielo e intercesora ante Cristo por la humanidad.

Detalle de los ángeles

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