miércoles, 11 de enero de 2023

 ALGUNOS PERSONAJES HISTÓRICOS EN LAS CALLES DE SEVILLA

Antonio María Fabié y Escudero

Autor: Joaquín Herrera Carranza

Antes de pasar a exponer algunos aspectos de su vida y de su obra, considero conveniente presentar un avance, a modo de síntesis, del amplísimo campo que abarcó la actividad pública y la vastísima formación intelectual de este extraordinario personaje, licenciado en Farmacia, relativamente poco conocido, aunque ha pasado a la Historia como Ministro de Ultramar, en un gobierno presidido por Antonio Cánovas del Castillo, entre otros muchos y destacados cargos.

Ciertamente, Antonio María Fabié y Escudero (1832-1899), hijo del ilustre boticario Antonio María Fabié y Gálvez, es una figura relevante que desarrolló una trayectoria polifacética en su vida pública. 

A saber: jurista (Fiscal de la Deuda Pública y Presidente del Tribunal Supremo), filósofo (introductor del sistema filosófico de Hegel en España), escritor (autor de numerosos ensayos, discursos y estudios, especialmente, jurídicos, filosóficos e históricos), publicista (colaborador en diversos periódicos de la época, redactor jefe en uno de ellos), bibliófilo (vocal de la Sociedad de Bibliófilos de España), historiador (presidente de varios congresos nacionales e internacionales de americanistas), académico (de la Lengua y de la Historia), conferenciante (pronunció numerosas conferencias, ponencias y alocuciones en centros culturales, tribunas ciudadanas y círculos políticos) y político (diputado por varias circunscripciones, senador por varias circunscripciones, senador vitalicio, Vicepresidente del Congreso, Presidente de la Comisión General de Presupuestos, Director de Aduanas, Subsecretario de Hacienda, Gobernador del Banco de España, Presidente del Consejo de Instrucción Pública, Presidente del Consejo de Estado y Ministro de Ultramar en un gobierno de Cánovas del Castillo). Estudió varias carreras universitarias: Derecho, Filosofía y Letras, Ciencias Naturales y Farmacia, siendo esta última su primera licenciatura, cursada en la Universidad Central de Madrid.

La base de datos del Centro de Estudios Biográficos del Diccionario Biográfico Español de la Real Academia de la Historia, en su edición de 2011, recoge, en el Índice alfabético de personajes, los siguientes ámbitos disciplinarios: político, abogado, periodista, ministro, diputado, consejero de estado, secretario de estado y de despacho, gobernador del Banco de España, presidente del Tribunal Supremo, presidente del Consejo de Estado, senador, senador vitalicio y fiscal.

En una ocasión, con motivo de un discurso, manifestó que se había asomado a las ventanas de todas las ciencias, sentencia que repetiría en numerosas ocasiones. 

Así, pues, su proyección pública, como hombre humanista de muy altos conocimientos, vasta cultura, gran talento y sabiduría, intelectual universitario riguroso, exquisita erudición y elocuencia probada, fue extraordinaria y polifacética. 

Prototipo de su tiempo, inmerso en plena expansión liberal, una forma de ser que inspira el romanticismo y las revoluciones científica, tecnológica e industrial, amén de una nueva forma de entender la filosofía, tras la muerte de Hegel, hecho que acaeció en 1831.

Antonio María Fabié y Escudero nació en la calle San Jacinto (Triana), número 17, de la época, Sevilla, el 15 de junio de 1832. 

Una instancia, fechada el 11 de noviembre de 1853, la encabeza afirmando: “natural de Triana, extramuros de Sevilla, provincia de Sevilla”. 

Hijo de Antonio María Fabié y Gálvez y de su segunda esposa, María Amparo Escudero. 

Una placa de cerámica trianera, que sustituye en la actualidad a la original de mármol, colocada en 1900, hace presente el lugar de nacimiento y una síntesis de su trayectoria pública. 

También, desde 1904, una calle del arrabal trianero está rotulada con su nombre.


San Jacinto 17

Placa de cerámica

Calle Fabié esquina con Pureza

Estudió en Sevilla la segunda enseñanza (colegio de San Antonio), durante los cursos académicos 1844/45/ 1845/46 y 1846/47. 

Con fecha 17 de junio de 1847 se matriculó en la facultad de Filosofía y Letras para realizar el examen de grado de bachiller. 

En esa etapa juvenil el domicilio familiar se localiza en la calle de Santo Domingo (San Jacinto, en la actualidad), número 57 (sitio, asimismo, de la botica cuyo titular era su padre). Por cierto, Alberto Lista frecuentó el mencionado domicilio familiar. 

Se licenció, también en la capital hispalense, en las carreras de Filosofía y Letras y Derecho. Compartió aulas con algunos sevillanos ilustres, el Cardenal Marcelo Spínola, por ejemplo, entre otros. 

Muy pronto, hacia 1847, hizo su primer viaje a Madrid y allí, en la capital, entró en contacto con tertulias y círculos políticos y literarios, al mismo tiempo que inició los estudios de farmacia (primera licenciatura que cursó) y ciencias naturales. 

En 1857, finalizados sus estudios de Derecho, que había cursado en la capital hispalense, por decisión propia, se trasladó definitivamente a Madrid. 

Casó (31 de diciembre de 1860) con María Teresa Gutiérrez de la Rasilla con la que tuvo tres hijos.

Desde el punto de vista de su consagración a los estudios filosóficos, Fabié está considerado como un referente y uno de los principales introductores en España del corpus filosófico de Hegel (Idealismo, Filosofía de la Historia, Fenomenología del Espíritu). 

Sentía viva admiración por el filósofo nacido en Stuttgart. Su vinculación intelectual con el pensamiento del idealista alemán duró siempre, hasta tal punto que tradujo al español y publicó (1872), con un amplio estudio introductorio y notas, la Lógica de Hegel. Traducción, no del original en lengua alemana, sino de una versión al francés que realizó previamente el filósofo italiano Augusto Vera.

Un hecho curioso, el escritor Leopoldo Alas, “Clarín”, llegó a preguntarse: “Los boticarios, ¿pueden ser filósofos? Indudablemente”, fue su propia respuesta.

Como escritor, Fabié y Escudero, destacó por una vasta producción literaria, filosófica, histórica, jurídica, ensayística, periodística, biográfica, impresiones de viajes, antropología, arqueología, etc. 

El listado que se muestra a continuación recoge las obras más significativas y relevantes:

Examen del materialismo moderno (1874, 1875).

La lógica de Hegel (traducción con introducción y notas, 1872).

Vida y escritos de fray Bartolomé de las Casas (1879).

Vida y escritos de Diego López de Villalobos, médico de S.M. el emperador Carlos V (1886).

Algunos sucesos de la vida de Colón (1893).

Biografía del Exmo. Sr. D. Pedro Salaverría (1896).

Cánovas del Castillo. Su juventud. Su edad madura. Su vejez. Estudio biográfico (se publicó en 1928). En realidad, este libro lo escribió su hijo, Antonio María Fabié y Gutiérrez de la Rasilla, gracias al material documental coleccionado por su padre a lo largo de su trayectoria pública.

Biografía del Sr. D. Antonio María Fabié y Gálvez (1871).

Viaje por el Pirineo y la Turena (1887).

El Principado de Asturias (1887).

Estudio sobre la organización y costumbres del país vascongado (1897).

Estudio filológico (1885).

Historia de la legislación española de Indias (1896).

Disertaciones jurídicas sobre el desarrollo histórico del Derecho sobre las bases del código civil y la organización de los tribunales (1885).

Discurso sobre instrucción pública (1899).

Estado actual de la Ciencia y el Derecho (1879).

La instrucción pública en España (poco antes de su muerte, 1899).

Recuerdos de Sevilla (1878).

Estudio crítico sobre los bronces de Osuna (1887).

Mi gestión ministerial respecto de la isla de Cuba (poco antes de su muerte, 1899).

Como resumen: “La literatura y la historia ocuparon la mejor parte de su actividad mental”, según el filósofo, catedrático y escritor andaluz Mario Méndez Bejarano.

Durante el periodo comprendido entre 1877 y 1890 ejerció la profesión de abogado en Madrid. De todas sus competencias jurídicas la más alta la obtuvo al ser nombrado, en febrero de 1892, Presidente del Tribunal Supremo de lo Contencioso Administrativo.

Por otra parte, Fabié participó en los trabajos de redacción del Código Civil. Con relación a ello, la Real Orden de 8 de diciembre de 1888, significando el real agrado a los miembros de la comisión general de codificación que intervinieron en la redacción del Código Civil (publicado en la Gaceta de Madrid el día 9 del mismo mes y año), entre los que figura el Excmo. Sr. D. Antonio Mará Fabié, en la sección de Senadores, Diputados y Vocales de la sección segunda y Vocales correspondientes, que concurrieron con los de la sección primera a las sesiones de octubre y noviembre de 1882.

Político sobresaliente y comprometido, muy próximo al ideario de Cánovas del Castillo y militante activo de su partido. 

Su primer nombramiento político fue como diputado a Cortes por la provincia de Alicante (1863). 

Durante el Sexenio Revolucionario mantuvo su adhesión a la dinastía borbónica y es elegido diputado alfonsista en 1872 por el distrito de Jerez de los Caballeros. 

Posteriormente, resultó reelegido en dos legislaturas por la circunscripción de Sevilla (1879 y 1881) y otras provincias (Albacete). 

Una vez instaurada la Restauración fue designado senador por las provincias de Ávila (1884), Castellón (1886) y senador vitalicio (Real decreto de 27 de febrero de 1891). 

En 1865 es nombrado Fiscal de la Deuda Pública, en 1867 Director General de Administración y Fomento del Ministerio de Ultramar, en 1870 Subsecretario de Hacienda.

Antonio María Fabié Escudero. Rafael Hidalgo de Caviedes. Colección Banco de España

Con todo, dada su relación personal y política con Cánovas del Castillo, es a partir de la Restauración Monárquica cuando brilla la carrera política y pública de Fabié. La amistad entre ambos políticos se inició ya en la etapa de estudiante universitario y fue consolidándose con el trato frecuente y la necesidad de responsabilidades compartidas o delegadas.

Cánovas y Fabié protagonizaron juntos uno de los capítulos más brillantes de la historia contemporánea de España: la redacción del Manifiesto de Sandhurst, clave de la puesta en marcha de la Restauración en la persona de Alfonso XII.

El líder de la Restauración lo nombró Ministro de Ultramar (hacia finales del XVII comenzó a designarse a las Indias, las provincias de ultramar), cargo que desempeñó durante unos dieciséis meses (5, julio, 1890 — 23, noviembre, 1891). 

Dejó escrito, poco antes de morir, el documento Mi gestión ministerial respecto de la isla de Cuba (1899).

Fundamentalmente, su vocación dirigida al conocimiento de la Historia se centró en los estudios americanistas. 

En este sentido, fue presidente de los congresos de americanistas internacionales celebrados en las ciudades de Copenhague (1886), Berlín (1888) y Turín (1889). Y en el año de hondo significado histórico -1892- fue presidente del IX Congreso Internacional de Americanistas, conmemorativo del “Cuarto Centenario del Descubrimiento de América”, que tuvo lugar, por iniciativa suya, en la ciudad de Huelva.

Ya en la recta final de su fructífera vida profesional y pública, Fabié, fue elegido académico de la Historia y de la Lengua. Presidente en Madrid de la Diputación permanente de la Academia Sevillana de Buenas Letras. Condecorado con las grandes cruces de Isabel la Católica y Carlos I.

Fue elegido Académico de la Real Academia de la Historia el 13 de febrero de 874 y tomó posesión el 4 de abril de 1875, sustituyendo a Salustiano Olózaga. Para su discurso eligió un tema relacionado con la figura de Alfonso de Palencia, correspondiendo la contestación a cargo de Juan Facundo Riaño.

El día 24 de mayo de 1891, en un acto solemne de recepción pública, leyó su discurso de ingreso, como Académico de la Lengua, en la Real Academia Española, sobre La obra literaria de Tomás Rodríguez Rubí y su época, cuya candidatura contó con el apoyo del escritor Juan Valera, ocupando el sillón R. La contestación corrió a cargo del académico José Castro y Serrano, quien hizo el siguiente panegírico de su persona: “De erudición vastísima, de laboriosidad incansable, no ha producido esas obras que causan el embeleso de las gentes y difunden la gloria de su autor; pero en cambio las ha producido, y muchas, en el terreno filosófico, en el histórico y en el literario”.

En su persona, por consiguiente, concurre el caso singular del único titulado en Farmacia, simultáneamente, académico de la Lengua y de la Historia.

Y su último cargo, en cuyo ejercicio murió, fue el de Gobernador del Banco de España. Así consta en la biografía de la página filosofía.org: “Siendo Gobernador del Banco de España, visitó al ministro de Hacienda y, hallándose en la antesala, sufrió una hemorragia cerebral que le privó del conocimiento. Trasladado a su domicilio, calle de la Reina, falleció dos o tres días después. Nadie esperaba semejante fin en un hombre alto, delgado, de honestas costumbres y vida arreglada, que daba largos paseos por el Retiro, cenaba muy poco y tomaba antes de acostarse una taza de manzanilla”. Falleció el día 3 de diciembre de 1899.

No se conocen actividades profesionales de Fabié relacionadas directamente con la botica, pero sí como farmacéutico interesado por las ciencias naturales (botánica, zoología, mineralogía, biología, etc.). Perteneció a la pujante Sociedad Española de Historia Natural, fundada en 1871.

Un estudio pormenorizado y extenso sobre la vida y la obra de Antonio María Fabié y Escudero se recoge en mi Discurso de Ingreso de la Academia de Farmacia Santa María de España de la Región de Murcia: De la Ilustración a la Restauración, Antonio María Fabié y Gálvez y Antonio María Fabié y Escudero, dos egregios farmacéuticos (Cartagena, 16 de abril de 2013).

Antonio María Fabié. Ministro de Ultramar


Autor: Joaquín Herrera Carranza


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