viernes, 20 de septiembre de 2024

 RUTAS POR SEVILLA: Santos y Santas 

Santa Marta.

Marta y María. Caravaggio, Miguel Ángel Merisi de. 1571-1610. Óleo sobre lienzo. 134,5 x 100 cm. Detroit. (CC BY 3.0)

Marta de Betania es una figura bíblica mencionada en el Evangelio de Lucas (Lc. 10:38-42) y en el Juan (Jn 11: 1-40, 12: 1-8)

Según el Evangelio de Juan, eran tres hermanos, Marta, María y Lázaro, que vivían en la aldea de Betania, cerca de Jerusalén.

La relación entre Jesús y la familia era tan íntima que San Juan nos dice que " Jesús amaba a Marta, a su hermana María de Betania y a Lázaro de Betania" (11: 5).

Cristo en casa de Marta y Maria. Vermeer, Johanes. 1655. Óleo sobre tabla. 160 x 142 cm. National Gallery of Scotland . Edimburgo. Reino Unido. (CC BY 3.0)

En el Evangelio de Lucas, sin embargo, parece indicar que hubieran vivido, por un tiempo por lo menos, en Galilea, pero sin mencionar el nombre de la aldea, que tal vez pudo haber sido Magdala, lo que avalaría la identificación hecha posteriormente entre María de Betania y María Magdalena.

El Evangelio la nombra siempre primero que María, y por eso se cree que era la hermana mayor, por lo menos era la que llevaba el principal peso de administración y de gobierno.

En el evangelio de Juan aparece como verdadera discípula cuando afirma que Jesús es el Cristo y el Hijo de Dios: “Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo” (Jn 11:27).

Marta, en el evangelio de Juan, aparecen en relación con la estancia de Jesus en su casa y con la resurrección de la muerte de su hermano Lázaro.  

En cierta ocasión, llegando Jesús a Betania volviendo de sus tareas evangélicas, Marta le salió al camino y le suplicó que se dignase a admitir el hospedaje en su casa.

Marta aparece nuevamente en Juan 12: 1–8, sirviendo en una comida celebrada en honor de Jesús en la que su hermano Lázaro también es un invitado: "Le hicieron una cena allí, y Marta sirvió". Los relatos en los evangelios de Mateos y Marcos parecen aclarar que se lleva a cabo en la casa de un tal Simón el Leproso. En esta comida la hermana de Marta, María de Betania, según Juan unge a Jesús con perfume caro.

Respecto a la resurrección de lázaro, San Juan nos narra en el capítulo 11 de su evangelio que cierto día Lázaro se enfermó, se agravó y empezó a dar señales muy graves de que se iba a morir. Y Jesús estaba lejos. Las dos hermanas le enviaron un empleado con este sencillo mensaje: “Señor aquel que tú amas, está enfermo”.

Pero Jesús (que estaba al otro lado del Jordán) no se puso en marcha y Marta le envía un nuevo mensajero. Jesús les dice a sus apóstoles: “Esta enfermedad no acabará en la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella”.

A los cuatro días de la muerte de Lázaro, Jesús dispuso dirigirse hacia Betania, y cuando Marta supo que Jesús venía, salió a su encuentro y le dijo: “Oh Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano; pero aún ahora yo sé que cuánto pidas a Dios te lo concederá”.

Jesús le dice: “Tu hermano resucitará”. Marta respondió: "Sé que resucitará en la resurrección en el último día". Jesús añadió: “Yo soy la resurrección y la vida. Todo el que cree en mí, aunque haya muerto vivirá ¿Crees esto?”. Marta respondió: “Sí Señor; yo creo que Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo”.

Y fue al sepulcro, que era una cueva con una piedra en la entrada, y Jesús dijo: “Quiten la piedra”. Le responde Marta: “Señor ya huele mal porque hace cuatro días que está enterrado”. Le dice Jesús “¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?”. Quitaron la piedra y Jesús dijo en voz alta: “Lázaro ven afuera”. Y el muerto salió, llevando el sudario y las vendas de sus manos. Muchos de los judíos que habían ido a casa de Marta y María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en Él”.

La resurrección de Lázaro. Van Goght. 1890. Óleo sobre lienzo. 50 x 65 cm. Van Gogh Museum. Amsterdam. (ver)

Esta representación de las hermanas concuerda con la que se encuentra en Lucas 10: 38–42.

En la tradición de la Iglesia ortodoxa, aunque no estén expresamente mencionadas como tales en los Evangelios, Marta y María se encontraban entre las “Mujeres Mirófaras” (portadoras de mirra). 

Estas fieles seguidoras de Jesús estaban en el Gólgota durante la Crucifixión de Jesús y pasado el día de reposo, el primer día de la semana, muy de mañana llegaron a su tumba con mirra (aceite aromático de alto precio), de acuerdo con la tradición judía, para ungir el cuerpo de su Señor. 

Las Mirófaras se convirtieron en los primeros testigos de la Resurrección de Jesús, al encontrar la tumba vacía y enterarse de la gozosa noticia por un ángel.

Tras la muerte de Jesús sus discípulos se dispersaron, Marta junto a sus hermanos y un grupo de fieles, se embarcaron rumbo a lo desconocido y arribaron a las costas de Marsella en Francia, donde desembarcaron. Luego se trasladaron a Aix, antigua capital de la Provenza a 30 Km de Marsella, y predicaron a los pobladores de la región.

Cuenta la tradición hagiográfica (textos dedicados a la vida delos santos), que Marta liberó a la población local de una fiera que habitaba en un bosque, situado entre Arlés y Avignon, al rociarlo con agua bendita y mostrarle una cruz. Posteriormente lo amarró por el cuello con el cordón de su túnica, la sacó a un claro, y allí los hombres de la comarca le dieron muerte. Desde entonces, el lugar comenzó a llamarse Tarascón que era el nombre del Dragón.

Santa Marta. Laurent y Minier, Juan (Fotografo). Madrazo y Kuntz, Luis de (Autor vdecla obra original). Hacia 1884. Albumina sobre papel fotográfico. 297 x 219 cm. Museo del Prado. No expuesto

Marta decidió dedicarse al ayuno y la oración en aquel bosque y se le unieron varias mujeres, por lo que edificó entonces un templo dedicado a la Virgen María y un convento anexo en el que todas ellas organizaron su vida en comunidad a base de penitencia y oración.

Unos días antes de su muerte, les dijo a los asistentes que partiría muy pronto y les pidió que mantuvieran encendidas las lámparas que ardían en la habitación hasta el momento final. Hacia la media noche, anterior al día de su muerte, se desató un vendaval que apagó todas las lámparas. Entonces vio a su hermana María que ya había muerto, quien con una antorcha encendida volvía a iluminar la habitación. Y a continuación apareció Cristo que le dijo: “Ven querida hospedera, ven conmigo. En adelante estarás ya siempre a mi lado. Tú me diste alojamiento en tu casa, yo te daré alojamiento en el cielo. Y por el amor que te tengo atenderé a cuantos recurran a mí pidiendo algo en tu nombre”.

En estos lugares, en los siglos XII-XII se construyó la iglesia de Santa Marta y el santuario, cuya cripta alberga la tumba de Santa Marta, fue elevada al título de colegiata en 1482.

En el sepulcro de Santa Marta comenzaron a obrarse milagros constantes. Se cuenta que Clodoveo, rey de los francos, convertido al cristianismo, enfermó gravemente de los riñones y padeció fuertes dolores. Acudió en peregrinación a visitar la tumba de la santa y cuando llegó a ella quedó milagrosamente sanado, por lo que hizo importantes donaciones a la iglesia dedicada a la santa.

La Iglesia latina celebra su fiesta el 29 de julio y es la patrona de cocineras, sirvientas, amas de casa, hoteleros, casas de huéspedes, lavanderas, de las hermanas de la caridad, del hogar. Todas son asociadas con su papel en las historias de la Biblia, donde se la muestra como una mujer servicial.

Iglesia de san Andrés (ver)

La talla de Santa Marta, titular de la Hermandad de santa Marta (ver), es un trabajo de Sebastián Santos Rojas, de 1950.

Altar de santa Marta 
Detalle de santa Marta
Detalle del rostro de santa Marta

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