RUTAS POR SEVILLA: Vírgenes
Virgen de la Encarnación.
La Virgen
de la Encarnación o Nuestra
Señora de la Encarnación es una advocación
mariana que representa a la Virgen María en el momento de
la Encarnación, pues en la Anunciación el arcángel Gabriel (ver) le revela a la Virgen María que dará a luz a
un hijo por obra del Espíritu Santo, y ella responde: “He aquí la esclava
del Señor, hágase en mí según tu palabra”, en ese momento sucede
la Encarnación (el Verbo de Dios se hace carne).
Por ello, esta solemnidad de
celebra el día 25 de marzo, 9 meses antes
de la solemnidad de la Navidad, y junto con la solemnidad de
la Anunciación pues en ese momento sucede la Encarnación, de modo que la
Iglesia celebra los dos acontecimientos el mismo día ya que son casi
simultáneos.
El origen de la veneración a la
advocación de la Encarnación es muy antiguo ya que es unos de los primeros
dogmas de la Iglesia ya que va estrechamente ligado a la doble naturaleza
humana y divina de Jesucristo, pues por obra del Espíritu Santo se encarnó en María La Virgen, y se hizo hombre.
Por ello, es
declarado por los Padres de la Iglesia en el Credo Niceno-Constantinopolitano
promulgado en el año 381.
Iglesia de Nuestra Señora de Consolación o
de los Terceros
La Virgen
de la Encarnación o Nuestra
Señora de la Encarnación es una
magnífica escultura, de madera tallada y policromada,
de origen anónimo, aunque muchos expertos la atribuyen a Juan de Mesa (ver). Por
tanto, la imagen queda enmarcada en el siglo XVII, aunque bien es cierto que en
el XIX ha sido muy restaurada.
Es una imagen de talla completa, aunque no se aprecia ya que habitualmente se encuentra
vestida. Destaca el acentuado carácter
piadoso y su augusta frontalidad e hieratismo.
Nuestra Señora de la
Encarnación
Detalle del rostro
Posee brazos articulados y suele presentar
un libro entre sus manos, representando una iconografía popular muy común en la
pintura renacentista del siglo XV,
cuando María mientras lee, es sorprendida por el Arcángel san Gabriel (ver), el cual se le aparece en el momento de la Anunciación.
Detalle de la Virgen con el libro en las manos
Detalle de la Virgen sin el libro
Detalle de la media luna a los pies
Ha sufrió
diversas modificaciones que alteraron su fisionomía. Tuvo intervenciones en
1771 y 1775. En 1837 fue intervenida por Enrique Medrano con la inclusión de
ojos de cristal y ha sido restaurada por el Prof. Miñarro en 2006 para la recuperación de su cromatismo original
La imagen proviene de la
desaparecida Cofradía de la Esclavitud de Nuestra Señora de la Encarnación, fundada a mediados del siglo XVII, por los terceros seglares. Tuvo gran pujanza pues edificó capilla propia desde 1651, casa de hermandad y compás propio al mismo tiempo
que lo hacían los padres Terceros, a quienes había adquirido el terreno preciso
para sus obras. La formaban personas de alto estatus social en Sevilla e
incluso llegó a asistir económicamente a los frailes en momentos dificultosos
para su comunidad.
Esta hermandad decrece con la ocupación francesa y desaparece definitivamente en 1995, tras el decreto arzobispal por el cual se extinguía la misma por la falta de vida interna y cultual, pasando todas sus cargas y propiedades a la Hermandad de la Sagrada Cena, con la que se fusiona, a finales del siglo XX, pasando por este motivo a ser Titular de la Cofradía, recuperando su salida procesional a partir del año 2006, aunque existe constancia de que el paso existía en 1919, gracias a la documentación gráfica que certifica su participación en la procesión del Corpus de dicho año.
1919
De hecho, reside en La Capilla de la
Encarnación, antigua de la Esclavitud, cerrada por dos rejas, que en su parte
superior muestran un relieve de la Anunciación y el escudo de la
Hermandad.
Detalle de la Anunciación
en la reja
La imagen preside un retablo barroco de la primera
mitad del siglo XVII, hacia 1630, restaurado
recientemente, y cuya
realización puede ser atribuida al taller de los Hermanos Felipe y Dionisio de
Ribas (ver).
Retablo
Tanto el retablo como la capilla sufrieron un derrumbe en el año 1979, lo cual fue clave para el abandono y las numerosas afecciones que ha sufrido en las últimas décadas, hasta que la Hermandad de la Sagrada Cena rehabilitó la Capilla y la abrió al culto en 2019.
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