sábado, 28 de enero de 2023

 ALGUNAS CURIOSIDADES DE SEVILLA

La Inquisición

El término Inquisición o Santa Inquisición hace referencia a las instituciones de la Iglesia Católica dedicadas a la supresión de la herejía.

Se consideraban herejía las ideas y comportamientos en contra o fuera de la doctrina cristiana por parte de los propios cristianos, es decir, un hereje para ser calificado como tal tenía que haber sido bautizado y ser cristiano, y la Inquisición Católica se ocupaba de la investigación y el enjuiciamiento, pues la palabra “Inquisición” de hecho significa “Investigación” o “Pesquisa” y era la investigación sobre una herejía ejercida por algún cristiano.

Se fundó en 1.184 en la zona de Languedoc (en el sur de Francia), mediante la bula del papa Lucio III “Ad abolendam, para combatir la herejía de los cátaros o albigenses, secta herética de los siglos XI y XIII, que se extendió por toda Europa, desde la ciudad de Albi (Occitana), y que también era conocida como “cátara”, del griego kataros (puro). 

Era la llamada Inquisición Episcopal porque los obispos eran los encargados y obligados de investigar la herejía en sus diócesis. Estaba dominada por las ordenes mendicantes, especialmente los dominicos.

En 1.231-1.233 el Papa Gregorio IX creómediante la bula “Excomunictus”, la Inquisición Pontificia en varios reinos cristianos europeos. Con ella, correspondía al Papa el control centralizado de la misma, y el nombramiento de los inquisidores, estableciéndose una legislación común a todos los territorios que la solicitasen.  

Respecto a la península ibérica, hay que tener en cuenta su ocupación árabe, con una gran población musulmana, sobre todo en las regiones del sur, y particularmente en los territorios del antiguo Reino Nazarí de Granada que, hasta 1492, permanecieron bajo dominio árabe. 

Al mismo tiempo, en las grandes ciudades, como   Sevilla y Valladolid, en Castilla, y Barcelona en la Corona de Aragón, tenían grandes poblaciones de judíos, que habitaban en las llamadas “juderías”. 

Por ello, en los reinos peninsulares durante la Edad Media, existía una coexistencia relativamente pacífica, aunque no exenta de incidentes, entre cristianos, judíos y musulmanes. 

A finales del siglo XIV se instauró una ola de violencia antijudía, alentada por la predicación de Ferrán Martínez, arcediano de Écija. En Sevilla fueron asesinados cientos de judíos, y se destruyó por completo la aljama.  

Este hecho condicionó una conversión masiva de judíos y la formación, en el siglo XV, de un nuevo grupo social denominado “judeoconversos” o “cristianos nuevos”, que alcanzaron una gran importante posición social. Así, Andrés Laguna y Francisco López Villalobos fueron médicos de la corte de Fernando el Católico; Juan de Mesa, Juan de Mena, Diego de Valera y Alfonso Palencia eran escritores reconocidos; Luis de Santángel y Gabriel Sánchez eran banqueros que financiaron el viaje de Cristóbal Colon. 

Entre 1477 y 1478, el dominico sevillano Alonso de Ojeda, el arzobispo de Sevilla Pedro González de Mendoza y el dominico Tomas de Torquemada, comunicaron a la reina Isabel I la existencia de prácticas judaizantes entre los conversos andaluces. Por ello, los Reyes Católicos solicitaron al Papa Sixto IV la instauración de la Inquisición, que les fue concedida, en 1478, por la bula “Exigit sinceras devotionis affectus”, con el nombre de “Inquisición Española”. 

Escudo de la Inquisición española. A ambos lados de la cruz,la espada simboliza el trato a los herejes, la rama de olivo la reconciliacióncon los arrepentidos. Rodea el escudo la leyenda” EXURGE DOMINE ET JUDICACAUSAM TUAM. PSALM. 73”, fraseen latín que traducida al castellano significa “Álzate,oh Dios,  a defender tu causa, salmo 73(74).

Su objetivo era mantener la ortodoxia católica mediante la persecución de los falsos conversos, principalmente judíos, que, a pesar de haberse convertido al cristianismo, seguían procesando su antigua religión en secreto, posteriormente esta persecución se amplió a musulmanes y luteranos conversos. 

La Inquisición Española estaba sometida al control regio, con la potestad de nombrar y destituir a los inquisidores, aunque con la aprobación de Roma. 

Así, la Inquisición se convirtió en la única institución común a todos los españoles, como organismo policial interestatal, que podía actuar a ambos lados de las fronteras entre las coronas de Castilla y Aragón, mientras que los agentes ordinarios de la Corona no podían rebasar los límites jurisdiccionales de sus respectivos reinos. 

Por ello, en ciertas ocasiones la corona utilizaba a la Inquisición para detener a personas que habían sido condenadas en Castilla y se encontraban en zonas protegidas por fueros.

Por otro lado, los inquisidores, sin tener que depender de los prelados, eran una autoridad incomoda, puesto que al ser su misión de tipo religioso, tampoco obedecían a las autoridades civiles. 

Así, era un tribunal que estaba fuera de la jurisdicción Real porque era religioso, pero que también estaba fuera de la jurisdicción de la Iglesia, aunque teóricamente, dependía del Papa.

Los motivos reales que pueden justificar la introducción en España de la Inquisición por los Reyes Católicos pueden ser: 

  • El establecimiento de la una unidad religiosa, sin la intermediación del Papa. 
  • Debilitar la oposición política local a los Reyes Católicos. 
  • Acabar con la poderosa minoría judeoconversa, aunque esto se contradice, con la existencia de numerosos conversos en su administración.
  • Financiación económica, mediante la confiscación de los bienes de los afectados.

En un principio, la actividad de la Inquisición se limitó a las diócesis de Sevilla y Córdoba, donde Alonso de Ojeda había detectado el foco de conversos judaizantes, pero su presencia se incrementó rápidamente y en 1492 existían tribunales en ocho ciudades castellanas, Ávila, Córdoba, Jaén, Medina del campo, Sigüenza, Toledo y Valladolid. 

Su ámbito de acción se extendió después a los territorios conquistados en América: la Inquisición Portuguesa (1536-1821) y la Inquisición Romana (1542-1965).

Su abolición fue aprobada en las Cortes de Cádiz en 1812, y se hizo realidad el 15 de julio de 1834 por un Real Decreto firmado por la regente María Cristina de Borbón, durante la minoría de edad de Isabel II y a propuesta del Presidente del Consejo de Ministros, el liberal moderado Francisco Martínez de la Rosa. 

En la actividad de la Inquisición se pueden considerar cinco períodos. 

  • El primero, de 1480 a 1530, estuvo marcado por la intensa persecución de los judeoconversos. 
  • El segundo, de principios del siglo xvi, fue de relativa tranquilidad. 
  • En el tercero, entre 1560 y 1614, su actividad volvió a ser muy intensa y centrada fundamentalmente en los protestantes y los moriscos.  
  • El cuarto periodo ocuparía el resto del siglo xvii, y la mayoría de las personas juzgadas eran cristianos viejos. 
  • En el quinto, en el siglo xviii, la herejía dejó de ser el centro de atención del tribunal.  

Aunque la Inquisición fue creada para evitar los avances de la herejía, se ocupó también de una amplia variedad de delitos que solo indirectamente podían relacionarse con la heterodoxia religiosa. 

Así, se incluían todos los delitos verbales, desde la blasfemia hasta las afirmaciones relacionadas con las creencias religiosas, la moral sexual o el clero. 

Muchas personas​ fueron procesadas por afirmar que la relación sexual entre solteros no era pecado, o por poner en duda diferentes aspectos de la fe cristiana, tales como la presencia real de Cristo en la Eucaristía o la virginidad de María. 

La Inquisición era competente además en muchos delitos contra la moral, como bigamia, homosexualidad, la sodomía y bestialismo.   

El 31 de marzo de 1492, después de la conquista del reino nazarí de Granada, los Reyes Católicos promulgaron el “Decreto de la Alhambra”, para la expulsión de los judíos de todos sus reinos. 

Se daba a los súbditos judíos un plazo para elegir entre aceptar el bautismo o abandonar definitivamente el país, porque se consideraba que muchos conversos mantenían la práctica del judaísmo. 

Parece que esta idea de la expulsión procedió del entorno de la Inquisición.

Expulsión de los judíos de Sevilla.  Joaquín Turina y Areal. Centro de Interpretación de la Judería de Sevilla

Los judíos españoles emigraron principalmente a Portugal (de donde volverían a ser expulsados en 1497), al reino de Navarra (fueron expulsados en 1498) ​ y a Marruecos. 

Más adelante, los sefardíes, descendientes de los judíos de España, establecerían florecientes comunidades en muchas ciudades de Europa, como Ámsterdam, y el Norte de África, y, sobre todo, en el Imperio Otomano.

Los que quedaba en los reinos de España, por haber sido bautizado, podían ser denunciados si continuaban practicando la religión judía. En el lapso de tres meses se produjeron numerosas conversiones, por lo que se puede suponer que gran parte de ellas no eran sinceras, sino que obedecían a la necesidad de evitar el decreto de expulsión.

La Inquisición se reveló, igualmente, un mecanismo eficaz para extinguir los escasos brotes protestantes que aparecieron en España. Curiosamente, gran parte de estos protestantes eran de origen judío.

Pero, además de los judeoconversos y protestantes, los moriscos fueron también objeto de persecución por la Inquisición.

La expulsión de los Moriscos. Vicente Carducho. Gabinete deDibujos y Estampas del Museo del Prado

Otro objetivo de la Inquisición fue la caza de brujas, que en España tuvo una intensidad mucho menor que en otros países europeos (especialmente Francia, Inglaterra y Alemania). Un caso destacado fue el proceso de Logroño, en que se juzgó a las brujas de Zugarramundi.


Cueva de Zugarramundi (Sorgine Leizea) donde se reunían los brujos y las brujas para celebrar el aquelarre

Los libros también fueron objetos de la persecución por la Inquisición, para evitar la difusión de ideas heréticas, y se elaboraron sucesivos “Index Librorum Prohibitorum  et Derogatorum”. 

Índice de libros prohibidos de la Inquisición española. Edición de 1583

Estos índices eran listas de libros prohibidos por razones de ortodoxia religiosa, lo que ocasionó que determinados escritores religiosos, hoy considerados santos por la Iglesia Católica, vieron sus obras en el índice de libros prohibidos. 

Uno de los casos más destacados fue el de Fray Luis de León, denunciado por sus colegas de la Universidad de Salamanca, que sufrió prisión durante cuatro años (entre 1572 y 1576) por haber traducido el “Cantar de los Cantares” directamente del hebreo. 

Pero se incluyeron en el índice, en uno u otro momento, muchas de las grandes obras de la literatura española, aunque afortunadamente esta actividad inquisitorial no impidió el florecimiento del llamado Siglo de Oro de la literatura española.

Retrato de Gaspar de Quiroga y Vela. 1595. Luis de Velasco. Sala Capitular de la Catedral de Toledo. Inquisidor general responsable del Índice de 1583-1584.

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