ALGUNOS PERSONAJES HISTÓRICOS EN LAS CALLES DE SEVILLA
Padre Tarín
Se le rotula una calle con su nombre que desemboca en Jesús del Gran Poder.
Nació en Godelleta, valencia, en 1847, en el seno de una familia de acomodados labradores.
Estudio el bachillerato en los Escolapios y se matriculó en Derecho y Filosofía y Letras en la Universidad de Valencia.
Debido a su mala salud no fue admitido, como deseaba, como soldado carlista y en 1873 ingresó en el noviciado de la Compañía de Jesús que estaba en Château Poyanne (Francia) tras la expulsión de los jesuitas en la Revolución del 68.
Recibió las Ordenes Menores en 1876 y volvió a España en 1878 completando sus estudios de Filosofía en Carrión y de Teología en Oña (Burgos) donde fue ordenado sacerdote.
Como sacerdote estuvo
dos años destinados en el Colegio de El Puerto de Santa María de Cádiz donde
sufrió una herida en una pierna que no se curó nunca.
Retablo cerámico en la fachada exterior de la Iglesia
del Sagrado Corazón, en la calle Jesús del Gran Poder
Desde 1883 (primera misión en Arjona) hasta 1910 (última misión en Valdepeñas), recorrió, pese a su mala salud, más de 400 pueblos de las zonas más pobres del sur agrícola de España, Andalucía, Extremadura, Castilla y la Mancha utilizando los medios de transportes de la España de la época, diligencias, mulas y caballos, a veces el precario ferrocarril, conociendo las realidades sociales, económicas y culturales de la población, en una época en que el porcentaje de analfabetos ascendía a más del 60% de la población.
Todo ello, le hizo merecer el apodo de
“Perpetuo Trajín” por su incesante actividad, dedicando su vida a predicar la
palabra de Dios, haciéndola llegar a los pueblos más apartados de la Iglesia.
Durante seis años fue el Superior de la Residencia del Sagrado Corazón de Sevilla y fomentó diversas asociaciones como “El Apostolado de la Oración”, “La Asociación de San Casiano” para los maestros, o “La Asociación de Madres Cristianas” que promovió la Escuela Gratuita de la Macarena.
Se dedicó muy especialmente a los más
necesitados del barrio de san Roque y sus feligreses, casi todos obreros
anarcosindicalistas, le sacaban en hombros y lo paseaban por la plaza de Carmen
Benítez.
Dedicó especial atención
a los tuberculosos, enfermedad muy extendida en la población sevillana de las
zonas más bajas de la ciudad, azotadas por las riadas del Guadalquivir y de sus
arroyos, lo que despertó una gran admiración entre las clases sociales más
desfavorecidas y su biógrafo, el sacerdote y periodista Jose María Javierre lo
denominó “El León de Cristo”.
El 12 de diciembre de 1910, día de la Virgen de Guadalupe, una advocación muy querida por él, falleció horas después de comentar que era “buen día para morir”.
El día 13 sus
restos se trasladaron al cementerio, según Jose Maria Javierre “Parecía una
procesión clamorosa y entusiasta. Llevaron el cuerpo del padre Tarín
descubierto a hombros hasta el cementerio entre gritos que lo proclamaban
santo… “pero el gentío se opuso a que fuera enterrado y pidió el regreso al
templo, y el día 14, con sigilo, el cuerpo fue trasladado a la Iglesia del
Sagrado Corazón y se depositó en una cripta de la capilla de las Animas, donde
se mantiene.
Cripta de la capilla de
las Animas
El día 3 de enero de 1987
fue declarado Venerable por el Papa Juan Pablo II, aunque como Sor Angela de la
Cruz o el arzobispo Spinola, ha sido considerado santo y venerado por el pueblo
sevillano desde antes de fallecer.
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