domingo, 24 de septiembre de 2023

ALGUNOS PERSONAJES HISTÓRICOS EN LAS CALLES DE SEVILLA

Dr. Francisco Palomares García.

Francisco Palomares García nació en Requena (Valencia) en 1838.

Se formó en el Seminario diocesano de Cuenca y fue ordenado presbítero el 24 de septiembre de 1859, ocupando diferentes destinos en parroquias rurales de esta diócesis.

En 1860 fue nombrado coadjutor de San Nicolás y en 1864 cura ecónomo de San Martin y rector del Colegio de San Pablo para estudiantes pobre.

Posteriormente, por desacuerdo con su obispo Miguel Payan y Rico, abandona Cuenca y se traslada a Madrid, donde es empleado por los marqueses de Retortillo como capellán y preceptor de sus hijos.

Tras la Revolución de septiembre de 1868 acompañó a los Retortillo a Kesington (Londres) y en Inglaterra entró en contacto con ambientes protestante que le indujeron a su conversión.

 A su regreso a Madrid en 1870 se convierte a la fe reformada, en el templo del Redentor de la Iglesia Cristiana Española (ICE) regentada por Antonio Carrasco, periodista y colaborador de Castelar.  

Carrasco lo envía a Sevilla con el vicario anglicano L. S. Tugwel y aprovechando la ley de Libertad Religiosa de la I Republica compran al estado el convento desamortizado de San Basilio de la calle Relator, lugar donde nació la hermandad de la Sentencia, para habilitarlo al culto evangélico y como escuelas para niños pobres en junio de 1871. 

Iglesia de san Basilio en calle Relator

Entre 1875 y 1882 estudió Medicina, se especializó en enfermedades respiratorias y fue experto en el tratamiento de la tos-ferina, logrando una receta que la aliviaba y que en Sevilla llamaban el “Jarabe protestante”, pero no consiguió su deseo de tener un hospital para gente necesitada.

Palomares también fundó un Museo de la Inquisición en el que reunió una importantísima colección de documentos, manuscritos referentes a los autos de fe celebrados desde 1483 a 1819, útiles, sellos, testimonios, cuadros de Inquisidores, preseas y otras pertenencias del santo Oficio. Fue clausurado en 1936 y el material se mantuvo durante muchos años por los herederos de Palomares, pero se desconoce   si fueron vendidos a una galería londinense o si se fueron deshaciendo de ellos después de la Guerra Civil para no comprometer a la familia.

Otro aspecto menos conocido de Palomares es su adscripción a la “Masonería”, como pastor de la IERE (Iglesia Española Reformada Episcopal), en la logia Numantina nº 61, con el nombre de Galileo, y puede que la concesión del permiso para la apertura de San Basilio se pueda relacionar con el parentesco masónico de Cabrera y Sagasta.

Falleció en Sevilla en 1915 y está enterrado en el “Cementerio Protestante” de Sevilla, al que la intolerancia denomina “El Corralito” y en 1933 fue acordado rotular la antigua calle del Laurel como Doctor Palomares, pero este acuerdo fue revocado en 1936. 

Calle Laurel

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