RUTAS POR SEVILLA: Santos y Santas
San Pedro Mártir.
San Pedro de
Verona, mártir dominico, nació en esta ciudad lombarda hacia 1205, en el seno
de una familia vinculada a la corriente cátara, heredera en el norte de Italia
de antiguas ideas maniqueas. Sus parientes pertenecían al grupo popularmente
llamado “patarini”,
aunque esto no impidió que recibiera su primera formación en una escuela
católica bajo la guía de un maestro fiel a la doctrina de la Iglesia.
Estudió en la
Universidad de Bolonia y, siendo todavía muy joven, en 1221, quedó
profundamente impresionado por la predicación de Domingo de Guzmán. Movido por
su testimonio, solicitó el ingreso en la Orden de Predicadores y recibió de
manos del propio Santo Domingo el hábito dominicano.
Tras
completar su formación eclesiástica, fue ordenado sacerdote y enviado a la
predicación para contrarrestar la influencia de los “patarini”.
Dedicó su ministerio a la enseñanza cristiana de los laicos, a la difusión de
la devoción mariana y a la fundación de instituciones destinadas a salvaguardar
la ortodoxia. Entre 1232 y 1234 predicó intensamente en diversas ciudades del
norte de Italia, como Milán y Venecia.
Su reputación como orador, su amplia
cultura bíblica y la austeridad de su vida llevaron al papa Inocencio IV a
nombrarlo, en 1251, inquisidor de Lombardía y prior del convento de Como.
El 6 de abril
de 1252, sábado de Pascua, fue asesinado en el bosque de Barlassina, cerca de
Séveso, cuando regresaba de Como a Milán. Tenía 47 años. El agresor, Pietro da
Balsamo —conocido como Carino—, lo atacó con un hacha y lo remató con una
puñalada. Se creyó que el crimen fue promovido por el obispo hereje Daniele da
Giussano y por algunos nobles milaneses, entre ellos Stefano Confalonieri.
Abrumado por el remordimiento, el asesino ingresó más tarde en la Orden de los
Dominicos.
El cuerpo del mártir fue trasladado a Milán y sepultado en la basílica de San Eustorgio, en un magnífico sepulcro conocido como el Arca de San Pedro Mártir, realizado entre 1335 y 1339 por Giovanni di Balduccio.
Arca de san Pedro Mártir, obra de Giovanni di Balduccio.
(CC BY 3.0)
A él se atribuyeron numerosos milagros
en vida y todavía más después de su muerte. El papa Inocencio IV lo canonizó el
9 de marzo de 1253, apenas 337 días después del martirio, convirtiéndose así en
uno de los santos canonizados con mayor rapidez en la historia de la Iglesia.
Entre 1526 y 1530, Tiziano representó
su muerte en un célebre cuadro de altar que dio gran impulso a su fama como
pintor. La obra, difundida también en grabado por Martino Rota, se perdió en un
incendio en 1867, aunque se conservan algunas copias posteriores, como la
atribuida a Johann Carl Loth.
Su festividad
se celebra el 29 de abril.
Museo
del Prado
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