RUTAS POR SEVILLA: Ruta Artística
Pietro Torrigiano.
Nació en Florencia en 1472, donde inició su formación
artística en la corte de Lorenzo de Medici, y murió en Sevilla en 1528. Fue
conocido por su carácter irascible y furioso, demostrado porque le rompió la
nariz de un puñetazo a Miguel Ángel, así lo relata Benvenuto Cellini y el
propio Miguel Ángel lo corrobora en su retrato como Nicodemo en la “Piedad
Bondani” donde se representa con una nariz desfigurada.
Durante algún tiempo participó como mercenario en las
guerras entre varias ciudades italianas, actividad que alternó con trabajos en
Roma y en Siena, donde esculpió un San Francisco de Asís para el altar de la
capilla Piccolomini.
Fue uno de los precursores del Renacimiento y difundió esta
tendencia por toda Europa e introdujo en Sevilla el marianismo en la escultura.
En 1521, llega a España, y trabaja primero en Granada y después en Sevilla, donde tuvo una gran influencia en el desarrollo posterior de la escultura sevillana.
En Sevilla realizó varios trabajos para el Monasterio de san Jerónimo de
Buenavista, como un “San Jerónimo Penitente” (ver) conservado en el Museo de
Bellas Artes, una “Virgen con el Niño” y un busto de la Emperatriz Isabel de
Portugal, con motivo de su matrimonio, actualmente en paradero desconocido.
San Jerónimo. Pietro Torrigiano. Hacia 1525. Barro
cocido y policromado.224 x 126 x 160 cm. Museo de Bellas Artes. Sala II. Sevilla
En la
sacristía del Monasterio de Guadalupe se guarda una copia del “san Jerónimo
Penitente”, similar al de Sevilla, pero conservando el “león” señalado por su
biógrafo Vasari.
En 1522, fue
procesado y encarcelado por el Santo Oficio, debido a que destruyó una réplica
de la escultura de la Virgen de Belén, porque consideró que el Duque de Arcos,
que se la encargó, no lo había retribuido adecuadamente y por ello el duque lo
denunció a la Inquisición. En el Castillo de san Jorge murió ese mismo año por
inanición al realizar una huelga de hambre.
Muerte de Pietro
Torrigiano en el Castillo de San Jorge de Sevilla. Grabado del siglo XIX
Francisco de
Goya valoró a este genio artístico y visitó dos veces el convento para
contemplar la obra del florentino y realizó un grabado dedicado al escultor. Se
trata de una aguada en sepia titulada “No comas celebre Torregiano”, en la que
se ve a un hombre frágil con los grilletes de la época en los pies y envuelto
en una manta.
Virgen de Belén. Pietro Torrigiano. Hacia 1525. Barro cocido y policromado.
142 x 75 x62 cm. Museo de Bellas Artes. Sala II. Sevilla
Esta tipología de Virgen con el Niño,
sedente, con una de las piernas reposando en unos cojines, postura que rompe el
hieratismo de la figura, la realiza Torrigiano siguiendo modelos ya ensayados
en sus años de juventud en Italia.
Dirige su mirada hacia el Niño, al que ofrece
una manzana, dándole a la representación el sentido de la "nueva
Eva", que viene a redimir a la humanidad del pecado original cometido por
la primera mujer.
El Niño, sentado en la pierna izquierda de su
madre, muestra también una actitud reposada y ensimismada, igualmente un tanto
fría.
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