miércoles, 22 de octubre de 2025

 AREA MUSEO

Museo de Bellas Artes.

Sala I

Se accede a la Sala I a través del patio del Aljibe por la puerta situada a la izquierda de la entrada desde el vestíbulo.

Detalle de la puerta de acceso

En esta sala se expone la colección de arte medieval español y el inicio de la escuela sevillana de pintura y escultura.

Vista general de la Sala I

Vista general de la Sala I

Escultura Medieval Hispalense.

“Los orígenes de la escultura medieval sevillana se remontan a la segunda mitad del siglo XV y están vinculados al imaginero francés que castellanizó su nombre como Lorenzo de Mercadante de Bretaña.

Su actividad en Sevilla está documentada entre 1454 y 1468 donde triunfó con el cambio estilístico que suponía introducir los gustos borgoñones. Esto se traducen la realización de obras en las que a veces predomina el espiritualismo nórdico y en otras ocasiones el naturalismo y minuciosidad de la pintura flamenca.

Trabajo el alabastro y el barro, material en el que realizo sus obras más populares: Las portadas del Nacimiento y el Bautismo de la Catedral hispalense.

Su influjo en la escultura sevillana del gótico final fue notable, siendo su principal seguidor Pedro Millán.

Pedro Millán es el primer imaginero local cuya actividad está documentada, concretamente entre 1487 y 1506.

Acostumbraba a firmar todas sus obras que fueron en su mayoría de barro cocido. Uno de sus mejores trabajos es el grupo del “Entierro de Cristo”, el más antiguo de los conservados en España. En él se mezclan las influencias de franceses e italianos que fueron los pioneros en este tema iconográfico que triunfa en Europa a mediados del siglo XV. Sobre la peana del frente del sarcófago entre los símbolos pasionarios y flores de cardo, aparece su firma con letra gótica “P MILLA IMA” (Pedro Millan imaginero).

Su estilo está dentro del gótico, si bien en sus últimas obras se aprecian ciertos rasgos renacentistas. Sus figuras son esbeltas, con amplios ropajes que se pliegan a los pies; los rostros enmarcados por abundantes cabellos y semblantes mostrando claras expresiones de dolor y tristeza, serenidad o alegría; en su imagen de Cristo lo representa con nariz afilada, barba escasa, torso con un cierto realismo, piernas largas, paño de pureza con pliegues y corona de espinas gruesas”. (Museo de Bellas Artes)

El Circulo de Juan Sánchez de Castro

“En el siglo XV aparecen en la pintura sevillana los primeros testimonios de artistas conocidos, así como de obras firmadas. De este siglo son las primeras manifestaciones pictóricas que conserva el museo.

La figura más destacad es Juan Sánchez de Castro, activo en la ciudad durante la segunda mitad del siglo. De este pintor no conserva obras el museo, pero sí de los artistas que trabajaron bajo la influencia de su estilo.

Entre las obras realizadas en este ámbito artístico hay que destacar el conjunto de cuatro tablas, procedentes del antiguo retablo mayor dela iglesia hispalense de San Benito de Calatrava, en las que se representaba ocho santos emparejados. A mediados del siglo XVII las tablas fueron sustituidas por otras encargadas a Valdés Leal y las originales se guardaron hasta ser depositadas en el museo por las Ordenes militares en 1908.

En este círculo artístico de maestros influenciados por Juan Sánchez de Castro se sitúa también la obra de autor anónimo “Retablo de la Pasión de Cristo” procedente de la colección Montpensier.

Al margen de esta influencia hay que señalar la tabla de “San Miguel Arcangel” cuyo estilo se relaciona con Juan Hispalense, pintor sevillano que trabajó la mayor parte de su vida en tierras castellanas”. (Museo de Bellas Artes)

Destaca grupo de esculturas pertenecientes a Pedro Millán que representan a Cristo atado a la columna, a Cristo Varón de los Dolores y el Llanto por Cristo muerto.

Cristo atado a la columna. Pedro Millán. 1451-1500. Bulto redondo en barro cocido. 188 x 48 x 49 cm. Museo de Bellas Artes. Sala I. Sevilla (ver)(Leer mas)

En el Museo de Bellas Artes de Sevilla se conserva un excelente “Cristo atado a la columna” (ver)(leer mas),en terracota adscrito al maestro Millán, realizado entre 1485 y 1490 para la iglesia sevillana de Santa Ana de Triana.   En 1971 fue encontrado totalmente destrozado y fragmentado bajo una mesa de altar. Presenta una mirada melancólica y maniatado por una gruesa soga al cuello. La singularidad de que aparezca coronado de espinas corresponde a la piedad medieval contemplativa, asociándose a la veneración de este pasaje el arrepentimiento del apóstol Pedro, y por ende a las prácticas penitenciales. La columna presenta motivos de decoración vegetal en el capitel.

Cristo Varón de Dolores. Pedro Millán. Hacia 1485 – 1503.  Barro cocido y policromado. 161 x 108,5 x 50 cm. Museo de Bellas Artes. Sevilla. (ver) (Leer mas)

En 1485 los canónigos de la catedral de Sevilla aprobaron la dotación de un altar para la capilla de San Laureano por parte del racionero Antonio Imperial. 

Dicho altar, desmontado en el siglo XIX, estaba compuesto por los grupos de la “Lamentación ante Cristo muerto” (hoy día en el Museo del Hermitage de San Petersburgo), el “Entierro de Cristo”  y el “Varón de Dolores” (ver) (leer mas) (expuestos en el Museo de Bellas Artes de Sevilla). 

Lamento sobre Cristo Muerto. Pedro Millán. Hacia 1490. Bulto redondo en barro cocido. O,62 x 1,23 x o,45 m. Museo de Bellas Artes. Sala I. Sevilla. (ver) (leer mas)

Es la representación más antigua conservada en España de bulto redondo.

Este grupo escultórico fue encargado por Antonio Imperial (racionero de la Catedral) para su enterramiento en la capilla catedralicia de san Laureano, junto a los grupos de “Piedad” (actualmente en el Museo del Hermitage de san Petersburgo) y “Cristo Varón de Dolores” (actualmente en Museo de Bellas Artes de Sevilla). Este retablo fue desmontado en el siglo XIX pasando a la Iglesia de la Purísima Concepción de El Garrobo (Sevilla), donde fue localizada por Francisco Murillo Herrera, desde donde ingresó en el Museo de Bellas Artes en 1970 (ver) (leer mas).

Virgen con el Niño. Mercadante de Bretaña, Lorenzo. Entre 1454 y 1467. Bulto redondo. Barro cocido y policromado. 1,34 cm. Museo de Bellas Artes. Sala I. Procede de la Desamortización de 1840 del Monasterio de Santa María de las Cuevas de la Cartuja. (ver) (leer mas)


Representa a la Madre de Dios figura de pie, ataviada con una larga túnica roja. Se cubre con manto azul ornamentado con filete reticulado y sobre la cabeza lleva una toca blanca. Tiene el pelo largo y ondulado, y la cabeza ligeramente inclinada hacia su izquierda, mirando al Niño que se halla sentado sobre su brazo.

El Niño Jesús viste sencilla túnica azul, tiene el cabello también ondulado y mira al espectador.

Detalle

San Miguel Arcángel. Atribuido a Juan de Sevilla, el Hispalense. 1480. Óleo sobre tabla. 149 x 85,50 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala I. Donación de D. Rafael González Abreu. (ver) (leer más)


En esta composición encuadrada en un marco conformado por elementos arquitectónicos góticos, el Arcángel San Miguel centra la escena sosteniendo en la mano derecha la balanza con sus platillos, en los que se están pesando las almas. 

Éstas aparecen representadas a una escala menor en número de cuatro en cada platillo, bajo el aspecto de momias. 

El brazo derecho de la balanza se inclina y desciende hacia ese mismo lado, debido a la fuerza que ejerce sobre él la mano del demonio, situado en el ángulo inferior derecho, que trata de apoderarse de esas almas para llevarlas al infierno.

Detalle de San Miguel

El demonio está representado con cabeza de toro y las fauces abiertas. Uno de los brazos, así como las extremidades inferiores, recuerdan las garras de las águilas. La parte del torso va recubierta de algo similar a las escamas, mientras que la zona inferior presenta un recubrimiento de plumas. Aparece medio tendido en el suelo resistiéndose al envite del arcángel que, pisándolo con su pie derecho y con una lanza, intenta vencerlo. En esta lucha es ayudado por un ángel que está intentando rescatar el platillo de la balanza de las manos del demonio. La escena, falta de perspectiva, está presidida por la figura del arcángel.

Detalle del demonio

Detalle del ángel

San Juan Bautista. Bermejo, Bartolomé. Hacia 1490. Óleo y temple sobre tabla. 47, 7 x 27,2 cm. Museo de Bellas Artes. Sevilla. Sala I. Donación de D. Diego Angulo en 1956. (ver) (leer mas)

La escena representa a San Juan Bautista (ver) acompañado del cordero, inserto en un paisaje rocoso y de frondosa vegetación, tal y como se entendía el concepto de desierto en las representaciones del siglo XV, época en la que éste se traducía por "solitario", un lugar sin la presencia humana y no desprovisto de vegetación, como en nuestro tiempo. Por esta razón, Bermejo representó a San Juan Bautista ante un paisaje en la soledad de la naturaleza.

Además, el paisaje no es un simple fondo, sino que representa el mundo redimido que aguarda la llegada del Mesías, un espacio donde naturaleza y espíritu se reconcilian.

Lo presenta de pie, jugando con el cordero - el atributo habitual que permite identificar al santo - de forma muy distinta a como se le representa en otros lugares en que el Bautista sostiene al cordero en una de sus manos o éste se encuentra a sus pies.

El cordero es símbolo de Cristo, el sacrificio redentor al que el Bautista señala en los Evangelios.

Bermejo incorporó también en esta obra unos saltamontes, que tal vez aludan a las langostas que Juan el Bautista comió para alimentarse, según el Evangelio de San Marcos (1,16).

A éstos se suma también la perdiz que Judit Berg interpretó como símbolo de la verdad de la Iglesia.

Virgen con el Niño. Niculoso, Francisco. El Pisano. Último tercio del siglo XV. Azulejo policromo. Mayólica italiana. 18, 5 18, 5 2,5 cm. Museo de Bellas Artes. Sala I. Adquisición de la Junta de Andalucía en 2005. (ver) (leer más)


Se desconoce si este azulejo fue concebido como una pieza independiente o si originalmente formaba parte de un conjunto mayor. Se trata de un azulejo plano, policromado y enmarcado, que representa a la Virgen sosteniendo al Niño en brazos.

Detalle


La imagen muestra a la Virgen de medio cuerpo, emergiendo de una corola floral mientras sostiene al Niño. Ambos aparecen rodeados por ramas de hojas y flores que culminan en racimos de bayas, recurso simbólico que los identifica como las flores más puras y selectas del género humano.

Virgen de la Antigua. Anónimo Sevillano. Hacia 1500. Óleo sobre tabla. 157 x 78 cm. Museo de Bellas Artes. Sala I. Procede de la Desamortización del Hospital Central. (ver) (leer más)

En esta escena, la Virgen aparece representada de pie, con el Niño Jesús en sus brazos, sobre un fondo de pan de oro. Viste túnica larga y manto dorado con decoración esgrafiada, y está tocada con un nimbo y coronada por dos ángeles. En su mano derecha tiene una rosa, mientras que su Hijo sostiene un jilguero con su mano izquierda. 

Detalle de la Virgen y el Niño

A los pies de la Virgen se halla la figura de un donante, un clérigo arrodillado y con un libro de oraciones abierto entre sus manos. Se representa con la coronilla tonsurada, vistiendo un amplio hábito blanco resuelto en numerosos y angulosos pliegues.

Detalle del donante

La solería, de tipo mudéjar, se representa con falta de perspectiva.

Retablo de la Iglesia de san Benito de Calatrava. Anónimo. Circulo de Juan Sánchez de Castro. Hacia 1480. Óleo y temple sobre tabla. Museo de Bellas Artes. Sala I. Procede del Depósito de las Ordenes Militares en 1907.

Se trata de cuatro tablas en madera de roble procedentes del antiguo retablo mayor de la iglesia de san Benito que la Orden de Calatrava tuvo en Sevilla, en la que se representan a ocho santos emparejados.

A finales del siglo XVII se llevó a cabo una reforma del edificio y se renovó su decoración. Se contrató la realización de un nuevo retablo mayor y se encargaron nuevas pinturas a Juan Valdés Leal, un conjunto barroco que en la actualidad se encuentra en la capilla de la Hermandad de la Quinta Angustia, en la parroquia de la Magdalena.

Las tablas del retablo anterior quedaron guardadas en otras dependencias de san Benito hasta el siglo XIX. Más tarde se trasladaron al antiguo convento dominico de Montesión y, finalmente, en 1908 se entregaron como depósito al Museo de Bellas Artes.

En el anverso aparece una cartela que dice:” La Autorización de su Majestad el Rey D. Alfonso XIII, Gran Maestre de las Ordenes Militares, acordaron los caballeros de las mismas residentes en Sevilla que estas cuatro tablas de su pertenencia fueran depositas en este museo conservando siempre su propiedad lo que verificó en 17 de febrero de 1908”.

Posteriormente han sido donadas al Museo por el Real Consejo de las Ordenes Militares de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa

El conjunto de ocho figuras que se integran en estas tablas muestra un repertorio de actitudes ensimismadas y amables y al mismo tiempo un bello sentido decorativo plasmado en los múltiples detalles que aparecen en los vestuarios de los personajes. También los suelos sobre los que figuran los santos, aparte de mostrar una perspectiva muy elevada, muestran tracerías de alicatados de vistoso aspecto que conectan con los fondos de la pintura totalmente revestidos de pan de oro (Enrique Valdivieso González, Pintura, en El Museo de Bellas Artes de Sevilla, Tomo II. Ed. Gever, Sevilla, 1991).

La primera tabla representa a san Jerónimo y San Antonio de Padua.

San Jerónimo (ver) (leer más) y San Antonio de Padua (ver) (leer más)

La segunda tabla representa a San Andrés y San Juan Bautista.

San Andrés (ver) (leer más) (ver) (mas) y San Juan Bautista (ver) (leer más) (ver) (leer mas)

La tercera a San Antonio Abad y San Cristóbal.

San Antonio Abad (ver) (leer más) y San Cristóbal

Y la cuarta a Santa Catalina y San Sebastián.

Santa Catalina (ver) (leer más) y San Sebastián (ver) (leer más)

Retablo de la natividad del Señor. Anónimo. Escuela Valenciana. Círculo de Osonas. Hacia 1500-1525. Óleo sobre tabla. 109,6 x 84,5 cm. Museo de Bellas Artes. Sala I. Donación de González Abreu en 1928

Esta tabla fue atribuida por Post, en 1950, al Maestro de Maguer, atribución que se ha venido manteniendo hasta su última restauración integral realizada, en el taller del museo, entre los años 2011-2013.

Detalle

A raíz de esta restauración se atribuye a un pintor anónimo del círculo de Rodrigo y Francisco de Osona, de la escuela valenciana, realizada en el primer tercio del siglo XVI.

Se desconoce su procedencia inicial. Perteneció a la colección de D. Eduardo Arévalo, posteriormente consta que en 1908 pertenecía a la colección de D. Federic Vaño, ambos en Valencia, donde debió adquirirla el coleccionista sevillano González Abreu, que posteriormente, en el año 1928, la donó al museo atribuida a un pintor Anónimo de la escuela cordobesa (web oficial del Museo de Bellas Artes de Sevilla).

Políptico de la Pasión. Anónimo. Circulo de Juan Sánchez de San Román. 1480. Óleo y temple sobre tabla.81 x 103 cm. Museo de Bellas Artes. Sala I. Procede por adquisición del Estado en 1970 del Convento de Santa Clara de Moguer

Este políptico representa cinco pasajes de la Pasión de Cristo, tema que comienza a proliferar en esos momentos en la pintura sevillana. La escena central representa La Vía Dolorosa o Camino del Calvario, la más bella del conjunto por su tamaño y composición. Se encuentra flanqueada por dos tablas, a la izquierda La Oración en el huerto y La Flagelación y a la derecha La Crucifixión y La Piedad. En esta última y, como espectador de la escena, la figura de San Francisco, que al mismo tiempo recibe la impresión de los estigmas del Cristo Seráfico, presencia anacrónica justificada por ser éste, el pasional, un tema iconográfico difundido especialmente por los franciscanos asentados en los santos lugares. (web oficial del Museo de Bellas Artes de Sevilla).

Oración en el Huerto

Detalle de la Oración en el Huerto

La oración en el huerto. Al fondo puede verse a Judas señalando a Jesús para entregarlo

Flagelación

Puede verse a Jesús atado a un pilar y siendo golpeado en la cabeza. 

En la zona superior izquierda puede verse a un “santo”, a una criada y a un gallo, que representa las tres negaciones de San Pedro.

Flagelación. Detalle de las tres negaciones de san Pedro

Jesús camino del Calvario

En el centro puede verse a Jesús con una cruz, sin perspectiva, ayudado por Simón de Cirene. 

Le siguen María, su madre, María Magdalena, Santas mujeres y algunos discípulos. 

En la parte superior se muestra el Monte Calvario o Gólgota donde están preparado el agujero para plantar la cruz.

Jesús camino del Calvario. Detalle del Cirineo y las Santas mujeres 
 

Jesús camino del Calvario. Detalle del Gólgota

Crucifixión

Imagen de Jesús crucificado mientras que María (su madre) se desmaya en brazos de San Juan.

Piedad

En la última imagen Jesús es recogido por la Virgen María y pueden verse las heridas de la pasión, los agujeros de las manos y pies y el costado.

Aparece la representación de san Francisco con sus estigmas.

Pila bautismal. Alfar de Triana. Siglo XIV-XV. Procede del Hospital de san Lázaro. Deposito de la Diputación de 1907.  

3 comentarios:

  1. Julio Sanchez Román22 de octubre de 2025, 5:11

    Muchas gracias Andrés. En muchos de mis paseos matinales (anticolesterol) acostumbro a entrar en esta sala para extasiarme sobre todo con las esculturas de Pedro Millan, del que tan poco se habla Cada día le encuentro un detalle nuevo semiiescondido.
    De nuevo muchas gracias, maestro, por tus continuas enseñanzas.

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  2. Por cierto, hace bastantes años, la Sala I se llamaba (y así estaba rotulada) "Sala de Primitivos"
    ¿Sabes si conserva el nombre?

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